miércoles, 27 de agosto de 2008

Poemas perdedores



Poemas perdedores

(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

las premoniciones de un drástico destino,
la sucesión de días olvidables,
la falsa señal en la ruta deslumbrada,
como un ciego perro guía,
o un augur pesimista,
el peso del fastidio,
hasta el desaliento tempranero,
me inspiran a deshacerme de mis cadáveres,
a sepultar lagos dentro de automóviles,
a esconder huesos en sacos de piel,
caigo en el error,
desisto de mis ambiciones
y certezas visionarias,
presento mis venas a tu veneno,
inyéctame el licor del fingido amor,
dame las drogas de tu piel,
intoxícame con tus caricias obscenas,
vierte en mí la lubricante ponzoña del delirio,
la enajenación
y la más sádica de las obsesiones existentes.

Intencionales
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

deseo muchas cosas,
hay escaleras cruzadas en todas partes,
llenas de deseos,
que conducen a laberínticas habitaciones,
conducen hacia dentro de las frutas,
o fuera de la mirada divina,
eso deseo,
extender mi listado de peticiones,
secuestrarme
y exigir que se cumplan mis intenciones,
o comenzaré a ser cruel conmigo mismo,
deseo,
para empezar,
tener amantes de doce años de edad,
deseo ser Rod Stewart,
para conocer únicamente a rubias,
deseo ser la roja velocidad,
chocar contra mis pies,
caer desde Saturno,
deseo un pisapapeles de oro puro,
un concierto de almas en pena,
deseo una ciudad de cristal,
y que se agite,
y que caiga la nieve,
deseo una ola gigante,
una medicina,
glicerina,
dos gotas de perfume en tu cuello,
una hora en la luna,
o un bisturí,
también una mesa para dos en Tenerife,
y deseo que estés allí.

Hachas liberadoras
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Los hacheros marchan hacia el bosque,
el negro bosque
cubierto por
un cielo abominable,
con la llovizna sangrando
sobre el filo de las herramientas,
van los miserables hacheros
con su paso asaltando charcos,
tristes y miserables,
con sus corazones desgarrados,
bebiendo del trago amargo,
tratando que la espesura
los oculte de sus recuerdos,
ese odioso sabor del pasado que
sus ojos encuentran en cualquier lado,
los malditos árboles están allí parados,
van a desolarnos,
destrozar sus nervios,
descuartizar sus venas,
liberar sus piernas.

Desconsuelo
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

envidio las vidas ajenas,
quisiera todas las penas para mí,
la amargura,
ese desconsuelo,
porque trato de contestarme,
encontrar ese misterio,
traspasar la mirada,
sin llegar a nada;
ser feliz es demasiado arriesgado,
sin embargo estás aquí,
silenciosamente,
sentada a mi lado toda la noche,
tu codo me roza,
no nos espera ningún sitio en el futuro,
sólo estamos en esta ocasión equivocada;
de todas formas,
el amor me va a destruir,
podés irte.

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