viernes, 8 de agosto de 2008

Instantes de dicha fingida

El fantasma de la seducción
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

los suspiros de las mujeres se dispersan en el aire,
en una marea de aromas perfumados y flores frescas,
huellas de vestidos arrastrados sellan los pasillos,
diminutas sonrisas trasponen los muros más altos,
mientras las miradas tímidas son arrebatadas de las niñas,
cuando el ocaso desaparece se lleva todas las virtudes,
se inicia el apogeo de una presencia perturbadora,
la aparición asfixiante de una sombra atrevida,
que se escabulle por las alcobas con suma agilidad,
asalta a las almas femeninas entre sus oscuros deseos,
transgrede los ansiosos pudores, enciende la piel íntima,
el príncipe pagano, cuya figura es fugaz y asombrosa,
satisface los dulces corazones con su talento sobrenatural,
ya evade todas las medidas, escapa harto de triunfos,
y a su paso desenvuelve las fragancias de preciosas dignidades.

Instantes de dicha fingida
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

no recuerdo dónde te había visto, ni sé desde cuando tu nombre se volvió tan importante para mí, ya no sé qué sentir, solamente me llena esta melancolía de amor, puedo ver mis pasos a tu lado, todos esos momentos que recorrimos por traición, engañando a nuestras almas con respecto a lo que pueda suceder, me toca tu mirada triste que se va apagando con suave lentitud, pero no me atrevo a llorar, ni a caer más entre tus brazos cuando sospecho que he fracasado, quizá algún día me pierda en el ocaso y desaparezca para siempre de este lugar, te juro que no te escribiré, que evitaré los senderos para volver a tu corazón, no sé, estoy tan confundido, no esperaba que realmente seamos nosotros juntos quienes debamos ser elegidos para ser felices; me extravío, me desangro y no quisiera que en tu silencio me perdones, porque me veo caminando con paso vacío, desplomándome con sumo pesar, con los ojos llenos de rabia y frustración, sobre una tumba solitaria, que me recuerda todo el tiempo que me aleje por temor a sonreír contigo en un final feliz.

Una prisa
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

quisiera apresurarme en traerte del futuro para tenerte conmigo, me gustaría dejar de esperar, arrancarte de todos los falsos abrazos que debes dar antes de llegar a mí, de evitarte ese mar de besos que deben poseerte en los labios para que tu boca sea mía, porque no comprendo cuánto más debo seguir mi rumbo, mientras nos aleja todavía una cadena de casualidades, que me empalidece el corazón por culpa de su infinita lentitud; sigo aferrado a la ilusión, estás en algún sitio, no sé cuánto de cerca, y eres mejor de lo que mi mente te ha dado, en esta desesperada soledad que debo sufrir para aprender a extrañarte.

Provocación
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

siento una fuerte seducción de tu parte, hay algo de vos que me provoca y me hace desearte, quizá sea una torpe fantasía, o una ilusión que esquiva la lógica para atraparme con tu ser tan delicado y excitante. con palabras simples irradiás tanto poder romántico, aún más que eso, puro fuego de inocencia y atrevimiento, pero de seguro no necesitás palabras, con apenas el perfume de tu alma, o el brillo de tu mirada secreta, con mínimos suspiros basta para que te apoderes de corazones ajenos. estuviste en mi mente como intrusa entre mis ideas plomizas en estos días. me inspirás, sacás de mí ese furor de vientos provocativos. me gustaría besarte, incendiarme en tu boca, ser consumido por tu viva llama de amor.

La rubia de doce años
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

flota una rubia brisa desde tus cabellos,
un incendio de dulce seducción se desprende
de los finos rayos solares que rodean tu rostro,
un frágil aroma se desnuda en el aire,
los perfumes placenteros pueblan las tormentas,
salidos de tu cuerpo secreto, fruta apasionada,
oculto tras tus vestidos, cual tesoro prohibido,
tu deliciosa sonrisa se eleva entre las nubes,
como una tierna y traviesa golondrina,
así atravesás el campo por las noches anónimas,
cruzás las praderas, sobre el ganado dormido,
te remontás sobre ríos mágicos, mudos mares,
llegás a donde quieras, a la ventana indicada,
para estar sin tu presencia en algún lugar,
y cantar tu melodía al corazón que te extraña.

En los ojos ahogados
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

el cielo está nítidamente azulado, desde la profundidad de un lago, entre las paredes de negra tierra, y los bordes contorneados por pequeñas plantas que flotan libremente sus hojas sobre las aguas, como una cortina tenue, una distorsión vidriosa del resto del universo, los respiros se sienten acuosos, hasta los parpadeos se hacen involuntarios, cuando el ahogado mira al cielo, con melancolía por el aire superficial.

Disculpas
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Lo siento, cuánto lo siento, no encuentro la forma, las palabras para disculparme, me arrepiento, siento una terrible sensación de desprecio, no sé qué puedo hacer, estoy acorralado en mi disgusto, no fue mi intención, ojalá pudiera ser distinto, que nunca hubiera sucedido, no quise jamás que todo terminara de esta forma, de ninguna manera.

El castillo abandonado
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

la nueva temporada se avecina en un crepúsculo en el horizonte borroso,
las sombras del castillo van desapareciendo entre sus viejas piedras,
se van filtrando hacia las habitaciones y pasillos interiores,
los fríos y descoloridos rincones albergan siglos de misterios,
un tipo de musgo venenoso se aferra a la roca con rabia,
la desoladora silueta de la fortaleza emerge sobre las colinas,
sus elevadas torres rasgan el naciente cielo con su rigidez mortuoria,
una espesa oscuridad se mece en todos los ventanales,
reina un espectral silencio, una terrorífica calma invade en derredor.

La entidad nociva
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

en el abandono de mi habitación siento tu presencia fantasmal, invisibles suspiros revelan tu visita durante mi angustia, me acosa tu imagen que no deja sombras en ningún lugar, me siento rodeado por tu mirada inquisidora, casi podría estar escuchando tu voz de sentencias, pero no, son sólo alucinaciones en el vacío del silencio, nada más es la perturbación de los sentidos debilitados, son aquellos momentos en que mis defensas están cayendo e ingreso en una desesperada paranoia, devastado por los mismos viejos temores, y me ahogo gota por gota en un rencor contra mí.

Tan pronto
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

wow. la vida es tan pronto. rápido se cuela entre los dedos y huye en la corriente. es como una carrera en una escalera de madera, con el fuego devorando las espaldas y los maderos hundiéndose en el vacío con cada paso olvidado. la carrera nos mantiene, el movimiento nos aleja del paisaje. sólo llega el humo a la nariz cuando vamos cayendo hacia el fondo negro.

De cualquier manera
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Quién se preocupa de cualquier manera, hemos comprado cuerpos en cualquier esquina como en cualquier incubadora, llenamos nuestra sangre de tanta saña y de sustancias, vendemos en cualquier televisión tu imagen, el dinero que otros ahorran ya no sirve, nuestros autos huelen el aire con mayor velocidad, los gatos quedan destripados sobre el pavimento, y no importa si no son gatos, con sólo presionar un botón la licuadora desangra a los peces, nos entretenemos arrojando botellas, nuestras discotecas seducen pequeñas inocencias, borramos de sus mentes cualquier fe, aumentamos sus edades para el crimen, gozamos de impunidad entre amigos, nada nos preocupa, nadie puede perjudicarnos, somos una aspiración.

Mujeres filosas
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

sus labios desprenden una sonrisa cruda
en su mirada hay un juego de dagas superpuestas
bajo cejas delineadas en puntiagudas terminaciones
una nariz delgada y pequeña se alza en medio de pulidas mejillas,
contorneadas por cabellos salvajes,
largos brazos y manos finas,
rematadas en lustrosas uñas,
cinturas de marfil,
piernas afiladas descienden hasta tacones peligrosos,
vestidos de encajes cortantes,
colores brillantes,
maquillaje y pose,
un caminar tajante,
bailes frenéticos,
sensualidad,
y la sangre hirviente.

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