viernes, 28 de enero de 2011

pequeños ejercicios de shopping

{contrariamente, musica para acompañar la lectura}



estoy pensando en hacer un poema de vos
de tu mirada a partir de tus ojos
de tus besos a partir de tus labios
de tus caricias a partir de tus dedos
pero la palabra es siempre insuficiente
ante tu cuerpo  tu latido  tu alma


que hace un zapato perdido en una calle olvidada
o es el pie el que ha perdido este rumbo
desandando desde este descuido y de esta quietud
en este espacio potencialmente efimero y cambiante
que brutal certeza ha desunido  la complicidad
que misterio sincroniza con el instante unico


juega una niña en algun patio
cruzan juntas la calle dos hermanas
espera una madre en alguna parada
cuan largo es el dia al terminar poco a poco
buscando una idea o registrando pocos instantes
la version puede cambiar tanto desde ayer
este martes se pierde entre martes insulsos
el agresivo romance de anteayer
hasta la furia social de esta tarde
el muro derribado es solo una consecuencia
el cansancio se edifica sobre una frustracion
sin comprar  ni vender  ni encontrar tus ojos


por que al atardecer las muchachas bonitas lucen como si hubieran tenido un dia horrible
podria ser bastante aburrido el resolverlo
podria mejor cambiar dinero de otro pais
podria haber olvidado el telefono para siempre
que simplemente anochezca floreciendo la brisa
descartando todos los planes impostergables
improvisando una rutina complaciente

jueves, 13 de enero de 2011

fuera de inspiración






[desde el punto final incompleto]


las nuevas palabra del día son:
entrañas  ermitaño  diadema  transformación
la definición del morbo está en decadencia
las paredes del cielo zarandean al viento
la idealización del escándalo casi iguala al amor
cada día abordamos el metro (bus) sin conocernos
nuestras burbujas de educación quizá sean similares
o lejos en la campiña cerrada te conozca mejor
tal vez nunca vaya a entrar en una sala de cine
probar sushi o comprender una escalera mecánica
nunca he leído un libro completo
jamás aprendería a nadar de espaldas
a conducir un barco o a encontrar una vena
yo sé que la canción puede marcarte toda tu vida
pero no puedo andar cantando lo mismo siempre







la oscuridad de la noche se ha infiltrado en el sueño
lo que sea que hacías en la computadora
repentinamente se perdió para siempre
los gritos y el pánico siguen a las explosiones
las ventanas abiertas no ofrecen ninguna claridad
ni aunque callen todos
nada se comprende acerca del silencio
del falso rumor de una lluvia distante
se olvida quiénes estaban presentes
el miedo toca sutilmente por las espaldas
es difícil aprender a despertar



las naranjas se están pudriendo
llega la noche con su bosque largo
se trepa a las nubes bajas su sombra
llega el sol con una crueldad nueva
es su ardiente suspiro de furia
que fustiga la piel leprosa
las oxidadas venas del hierro viejo
se afiebran y huyen los gatos sobrevivientes
ahora el horizonte está maldito
porque el viento ha pasado por aquí
se lleva nuestro aliento de condenados



quise que las pupilas fueran románticas
nuestra noche es un cementerio de estrellas
la clorofila es amarga y no refugia el perfume del rocío
la melodía de la mañana desafina al sueño
si cada vez un objeto apareciera fuera de lugar
me doy cuenta de que ignoro tu voz
nada puedo sentir si pronuncian mi nombre
cuando me sumerjo en otra rutina ideal
todas las conexiones de mi alma dan a una universo libre
donde respiro latiendo sin rumbo ni desesperación
ya habrá alguna luz si estuviera buscándola
mientras tanto me acomodo al hecho del sigilo
entre los reflejos que las olas florecen en el techo



la pornografía también carece de memoria
“estoy cansada, quiero ir a casa”
dice la más anciana del billón de fotos
la periodista le responde que están en su casa
está repleta de fotos por todas partes
no puede entrar a calentar sus huesos
no puede volver a un recuerdo en el campo
el tacto carece de memoria y de sentimiento
es complejo hablar del amor
vivirlo o gozarlo o simplificarlo
quizá se pueda vender por una miseria
pero el dinero carece de inteligencia
en una promiscuidad que sale en las noticias
en una apatía tan fácil de contagiar
el árbol de ayer aguarda que nos sembremos en sus entrañas