martes, 4 de febrero de 2014

hipermercado



Repuestos para motos (*)
   Cada día soy distinto. Por las noches me cambian. Deben tener todo un arsenal con millones de mí, uno para cada día. Vienen mientras duermo y me desconectan el corazón. Después colocan mi cerebro en un nuevo cuerpo y con unos golpecitos se inicia la presión arterial y la late mi nuevo corazón. Supongo que es por eso que siento a veces incompatibilidad conmigo mismo.
   (*) Extraído de la única hoja escrita del diario personal de Norman F.

La sombra del Arca
   Noé me dijo: "Lo siento, tu especie ya está a salvo. Pero nos estamos quedando con poco alimento". Sus hijos me tomaron y luego arrojaron por la borda. Entonces tuve que aprender a respirar bajo el agua y a dormir cuando estaba despierto. Todos los días me coloco bajo la sombra del Arca. A veces mastico la madera. Estoy mejorando.

Reencauchataje en frío
   Cuanto más escribo siento que soy menos yo. Debe ser porque escribo historias sobre gente que va muriendo. Aunque pienses que estás parado, te estás cayendo por dentro. Algunos desean abandonar algún breve pasado poco antes de cancelar su suscripción al futuro. No ideas. Y la imagen se vuelve borrosa en el espejo dividido. Yo soy mi propio personaje que se va muriendo. Puedo verme desde los rincones despoblados, en un giro oscuro, en una habitación con sombras borrosas que están cayendo.

Exterminador profesional de plagas
   Tocan la puerta. F va y la abre. Afuera espera el fumigador, exterminador profesional de plagas. Apenas se abre la puerta, F recibe una terrible patada en el estómago y cae de espalda. El fumigador avanza dos pasos. Tiene un tanque oxidado colgado de los hombros. Se quita la máscara para extender las dos finas antenas de su puntiaguda cabeza. Apunta el rociador y rocía ácido recalcitrante encima del humanito.
   Queda una mancha coagulada en el piso.
   Una docena de cucarachas salen de detrás de la cómoda para festejar. Lanzan sus sombreros al aire y gritan y bailan y se abrazan.
   Nota: ningún animal fue lastimado en este episodio.

Cementerio de Mascotas III
   A Idjis le llevó cinco días alcanzar el cementerio indio. Cos no supo resistir y le contó la vieja leyenda. Ya hubo muchas muertes antes. Hace una semana que el circo abandonó el pueblo. El nuevo veterinario determinó que la mascota de Idjis murió de una inflamación cerebral. Posiblemente por la picadura en sus sesos de un mosquito que se haya metido dentro de sus orejas. Esa medianoche el animal resucitó, pero no era el mismo. Idjis se puso contento, y fue el primero en quedar aplastado en medio del pantano. La bestia anda suelta en el pueblo y ya van a haber muchas muertes otra vez.
   Notar: la cifra 666 (I) y la cruz invertida (II).

Anunciado en TV
   "Confieso ser corresponsal de CNN", declaró abatido el Presidente de Estados Unidos, esposado por sus falsos guardaespaldas, que eran en realidad agentes encubiertos.
   "Les vendimos todos los derechos. Tenían exclusividad de las guerras, los desastres naturales y cualquier otro conflicto mundial", agregó frente a las cámaras de la televisión independiente, con la vista hacia el suelo.
   Llegó alguien y le puso una bolsa de tela negra sobre la cabeza.
   "Si me están viendo, les pido que no me vean".

Tratamiento con pastillas
   "Ahora, la peor canción de la historia se la dedicamos a Bil, a quien odiamos todos". Un radioescucha se inclina por la puerta. Está todo bien, blanco y sin costuras. Al locutor le queda poco tiempo, enseguida vendrán los genocidas humeantes para ponerle brazos a la espalda.
   "Esta es Radio Neurosiquiátrico, transmitiendo para todos los pasillos del mundo, que es aquí".
   Del otro lado de la puerta, alguien cierra con llave.

Disconformidad al sur de Fidji
   Siento tanta ansiedad. Quizá no sepa qué decir ni cómo expresarme. Quizá sea impreciso. Tal vez no sea tan personal en primera persona. Los feligreses abandonan la sala, aburridos. Sí, mientras el campanario repiquetea en todo el campo con sus crujidos derrotados. Llegaron a una conclusión: El paraíso nunca existió.

Inapropiada higiene de los sueños
   La hormiga sobre mi cama. Puedo sentir unas tenazas alrededor de mi cuello, puedo estar acorralado entre ocho patas filosas. Esa noche mis ojos son miles en la superficie de su cabeza. Yo puedo intentar gritar, pero no serviría, ya estoy despierto.

Amor (ir)
   Llámame. Yo tomaré asiento, me pondré el casco y ataré mis manos a los respaldos laterales. Cuando estés discando sentiré los voltios a través de los alambres. Y yo responderé con señales inexplicables, humaredas y formas. Llámame, porque si estoy fuera de foco es porque estoy excitado.
   Quizá, después de todo, tu amor -que no existe- sí me corresponda. Llámame, la línea está chamuscada entre las páginas amarillas. Llámame, soy tu moral.

Afilación de herramientas
   Me gustaría desaparecer de aquí. Dejar de mostrarte mis ojos sin esperanzas y mi joven corazón intacto. Debes estar odiándome tanto como yo me odio. Necesito besarte con los ojos cerrados, un rato. Absorber todos los recuerdos que guardes de mí, antes de partir en la próxima brisa fría de ningún lugar. Ya decidí cómo deseo despertar al dormirme, en un sueño apacible sin tu voz despidiéndome sin la tristeza que nunca dejará de amarme. Mientras el corazón me falla una vez más, eso esperabas de una máquina ensambladora de automóviles.

U.R.S.S. 2000
   La despertó aturdido por el hueco ruido de la maquinaria pesada que se acercaba. Sus ojos giraban en el techo mientras cerraba la puerta onírica. Hizo un adrenalinado salto en el preciso instante en que la pared estallaba y destrozaba su cama con los escombros. El polvo se disipaba, en el caótico hueco emergía un imponente tanque ruso. Se abrió la escotilla con un chirrido forzoso, una cabeza con un casco salió por allí.
   "Felicitaciones, camarada, te ganaste una vida y 3.000 puntos de bonificación", le gritó a La el soldado, y volvió al interior del tanque, que ya maniobraba en reversa.

Itinerario luciferino
   Era un colectivo terrible, un modelo viejísimo. Con ruido por todas partes. Adentro apenas había luz, con apenas dos foquitos miserables. Las ventanas estaban llenas de polvo y no se abrían. No se veía bien hacia los costados, hacia la vereda. El colectivo aceleró y anduvo fuerte un buen rato. El camino parecía el peor sendero de tierra. Había mucho ruido y la estructura temblaba desastrosamente.
   De pronto paró la marcha, no el motor, y el chofer gritó, rodeado de oscuridad: "¡Se descompuso; bajen, señores!".
   Los cinco pasajeros bajaron en silencio. El colectivo arrancó y desapareció de vista, llevándose la tenue luz. Dejó a esos pasajeros en medio de la noche en un monte desconocido. Era el infierno. "Ahora sé qué significa esa letra I en el cartel del colectivo", comentó alguien.

Salpicaduras de líquidos
   El fugitivo que asaltó el supermercado El País llevaba un enorme pico de minero como arma. Cuando hincó el oxidado hierro sobre el mostrador, la cajera no pudo menos que desmayarse, por lo que personalmente tuvo que cargar el dinero de la caja registradora a una maloliente bolsita de arpillera. Las demás cajeras, de mayor antigüedad, habían sido adiestradas a mantener la calma en esta clase de conflictos y a tragarse la llave de la caja registradora a su cargo.
   "¡Salten del barco!", gritó con su voz podrida, mientras arrancaba el pico de la madera seca del mostrador. Enseguida una fina y ruidosa columna de agua emergió del agujero. El supermercado se hubiera inundado si no tuviese puertas hacia la calle.

Combate
   Buenos días, compañeros de lucha. Esta es Radio Guerrilla, transmitiendo para toda América, contra el maldito imperialismo de mierda. ¡El futuro es ahora! Esta es la emisora más buscada por los cerdos capitalistas, a quienes nuestra señal les hace sangrar sus apestosos oídos.
   Todos esos empresarios que están en el gobierno son unos maricones imbéciles. Enseguida, el pronóstico del tiempo.
   Ahora vamos a alegrarnos el día con algo de música. Aquí les va un poco de Mano Negra, seguido Public Enemy, a pedido de un oyente... traten de no morirse hoy, eh.

Fear (Miedo en vano)
   Al otro lado del camino estaba el sacerdote oscuro, con largas sotanas negras manchadas de sangre; llevaba un brillante puñal en la mano, mientras repetía frases mágicas y malignas. Tenía el rostro muy blanco y lleno de clavos puntiagudos de nueve pulgadas, al igual que en su calva cabeza. Rob volvía del trabajo, era el atardecer. Y en aquel sendero se encontró a ese tipo misterioso. Le entró el miedo y siguió caminando, tratando de disimular el pavor que lo cagaba con una falsa tranquilidad. El extraño parecía flotar sobre el suelo. Desde lejos Rob lo miraba muy fijo. No tenía otro camino para volver a casa, sólo ése y estaba oscureciendo. Al pasar al lado del loco sintió una ansiedad incontrolable. Apenas la voz de aquel señor dirigiéndose a él, Rob se puso a correr como nunca antes había corrido, llegó a su rancho, cerró la puerta con llave y la bloqueó con muebles, lo mismo hizo con las ventanas, se rodeó de crucifijos, ajo y otros amuletos. Respiraba muy perturbado. El corazón le partía el pecho. Tenía muchísimo miedo y temblaba.
   El extraño le había dicho: "Che, cuate, ¿qué hora pio tenés?".

La erosión del suelo tahitiano
   Ella es como una fresca melodía de jazz, una tarde melancólica de otoño, con las tejas del techo temblando de rumores, a punto de arrancarse por el huracán que lleva su nombre. Esta temporada.
   Miras por la ventana y crees ver su figura entre los vientos que se atan afuera. Así que las ramas golpean el cristal, insistentes, y la ola gigantesca hace sombra sobre el resto de la ciudad.

Todo debe desaparecer
   Es mejor que la gente te olvide. Que no dejes tu firma en el libro de visitas. Como aquella banda que una noche se quedó tocando para siempre en el pequeño bar, ese bar tan acogedor que nunca antes había existido. Y los músicos sonreían, mientras dejaban sus almas con las perfectas melodías. Donde todos parecían ser tus viejos amigos, pero jamás habías visto antes a toda esa gente brillante. Abierto sólo una vez en todo el universo. Luego podías alejarte despacio, acariciado por las canciones exquisitas en la espalda. En tanto el callejón despertaba sus charcos brillantes y los faroles caían entre sus luces azules tan difusas. Sí, qué fortuna, una puñalada.

Helados de kerosén
   "Hoy salvé al país, otra vez", se dice el Señor Presidente al borde de la cama, antes de dormirse. "Yo protegí el futuro de todos esos ciudadanos. Le puse mi firma personal a todos esos papeles. Merezco algo mejor. Debería aparecer más en la televisión. Mi esposa dice que soy más feo y viejo, y sin embargo hoy volví a garantizar el bien común en todo el territorio nacional. Los opositores deberían ponerse de mi lado, soy el salvador del país. Todo lo que hago es mejorar la vida del pueblo. Debería repartir más fotografías mías en las oficinas públicas. Ahora estoy deprimido, siento que no están valorando mis obras de gobierno. ¡Estoy harto! Creo que mañana comenzaré a ser dictador. Sí".
   Apagó la lámpara cercana a su cama y se durmió poco después.

Kyse (La colección Tramontina completa)
   Ya no deseo comer. Es horrible el sabor de cualquier alimento en mi boca. Esa sensación de hambre no es lo que mi mente eligió. La simple idea me provoca náuseas. Sé que comer me quita el control de mi mente, y en un complot encubierto va acabando con mi vida. Ese dolor en el estómago es sólo un efecto psicológico. Es la falta de experiencia para administrar el lado vegetativo del cuerpo. Pero debo luchar, porque sé que me atacarán con ácido estomacal en el cerebro. Tratarán de dañarme con tóxicos intestinales para que caiga en un shock y pierda el dominio, la batalla. Es la opción que tienen. Así, si me tienen en coma podrían llamar a sus aliados para que me pongan tubos en las venas. Qué asco, planean darme de comer a través de agujeros en mis brazos. Pero debo luchar.

Excepto para ambulancias
   Ando como una sombra inquieta por las calles perdidas de una ciudad perdida. Con el alma más oscura que mi imagen invisible. Moviéndome entre respiros olvidados en callejones húmedos rodeados de basura carnívora. Entre miles de pasos lentos que se apresuran para salir de la multitud de ratas, que no pueden dejar de pensar en el despeñadero donde deben arrojarse para mutarse en el mar infinito y lejano.

Einstürzende Neubauten
   El guerrero peleó durante dos días. Él solo, sin descanso, en medio del desierto, en medio de millones de salvajes hosts. Apenas tenía un martillo con que luchar, mientras las pequeñas bestias saltaban con sus bocas babosas abiertas, para luego arrancarle trozos de carne con sus triples filas de dientes punzantes. El guerrero los reventaba y se rodeaba de sus cadáveres en un charco oscuro de sangre. Arriba el sol salpicaba con dilatados rayos de calor sus heridas que se hundían hasta sus huesos. Venían más y más, y seguían mordiéndole, y él seguía reventándolos. Él solo, en medio.
   Nota: por respeto al público, las risas no fueron grabadas y no entiendo qué significa el título.

Suena como una aspiradora
   "Busco gente interesante, que confunda con recuerdos sus pesadillas soñadas", dice el manager al presentarse en el pueblo al que está llegando. "Estás en el infierno, imbécil", le saluda el alguacil. Ah, sí, este era el sitio donde el brillo de los ojos se desgastaba más pronto ante el exceso de colores sombríos. Se abría una amplia calle vacía, con arena arremolinándose y con arbustos disecados rodando al azar. "Como verás, todas las cosas tienen grietas y las puertas están bloqueadas... nadie sabe". A lo lejos se oyen disparos y cosas que estallan. El alguacil se ha ido corriendo hacia el rumbo contrario. El manager continúa contemplando la vacuidad misteriosa. Después el suelo se mueve alrededor de una cresta feroz de arena polvorienta y se lo traga por los pies, entero.

La legendaria Cuadrilla 12
   Es un nuevo día en la mina. Zacarías tiene un gesto extraño en su rostro, hoy. Miró al canario en su jaula, aburrirse. Todos soñamos con salir algún día de la mina y conocer el mundo de afuera. Esta es la legendaria Cuadrilla 12, un equipo de nueve mineros nacidos en estas oscuras cuevas. A trabajar.
   Josías nos lee las instrucciones que llegaron en el balde. Un balde sube y baja desde arriba; baja instrucciones y sube las cosas brillantes que nos pide que busquemos. Ninguno de los nueve sabe qué hay al otro lado de la cuerda del balde.
   Agustín ha calculado que el balde debe tardarse medio día en bajar hasta nosotros, aquí en la oscuridad de sólo tierra. Al principio, hace años, en la cuadrilla éramos doce, pero los que hoy no están seguro estarán bien muertos entre los túneles que cavaron para intentar escapar. El viejo Josías dice que hay toda una red de túneles de miles de cuadrillas anteriores y que sería imposible salir de aquí.
   Pero Zacarías está extraño, no habla. Tiene un plan en mente. Josías vuelve a inspeccionar la jaula del canario. No hay peligro.
   Trabajar. Todos los días, toda la noche, porque aquí abajo sólo hay noche. Sin descanso. Nos llenamos de polvo y sudor rompiendo las rocas, escarbando la tierra. Parece algo sin fin. Las provisiones de velas se agotan. Eulogio respira un momento, se fija en el canario, es bueno que siga vivo. Zacarías des

Sillas en general
   Paula dice: "A veces desearía estar en el camino de esa bala desperfecta para que todo termine". El viento mueve muy suave sus cabellos. Luego el silencio nos inunda. Mientras seguimos sentados al borde del despeñadero, escuchando los disparos allá abajo, en un espeso bosque. Yo también desearía a veces estar en tu camino, pero es mejor que termine todo.

El que lo dice lo es
   Tú me consideras feo. Pero me cegaré los ojos para no sentir culpa cuando desfigure tu rostro a golpes con un viejo madero astillado.
   Ni los lentes oscuros ni el maquillaje ni la cirugía estética podrían servirte. Estarás obligado a vivir con una máscara sobre tu rostro, en el sótano de un teatro abandonado.

Alerta epidemiológica
   ¿Por qué hay tantos divorcios los lunes? Aunque se suele postergar a jueves, a veces. Todo falla los domingos; el almuerzo es una batalla y la tarde se llena de huecos en la comunicación inalámbrica. Porque falla los sábados, las lecciones se malinterpretan y terminan con persecuciones en autos, con botellas rotas, parabrisas destrozados, a patadas y palabrotas.
   Todo falla los viernes, en que se acumula el trabajo de la semana y hay prisa por salir de dónde estés. El error viene del jueves, porque el pedido ya debió de estar el lunes sobre el escritorio del abogado.

Criminal
   Volver a sentirte mal, porque nada de lo que piensas es positivo. Y sube al techo, donde tiene su vieja ametralladora. Tiene su casa al borde de Calle Última, desmoronándose en la navaja del riachuelo ácido. Tiene a un Línea 15 en la mira, a 80 km/h. Esa lluvia gangrenosa cae sobre el sol de la tarde. Pierde el control de la imaginación, y el bus se absorbe por la zanja escabrosa. Buen tiro, hijo.

Impacto de partículas sólidas volantes
   Todos mis amigos tienen enemigos comunes. Yo tengo pocos amigos, pero no los conozco. Sin embargo, hoy están todos reunidos en mi cabeza.

Dinero
   Grance tuvo una idea original de suicidarse: asaltaría un banco, esperaría a la policía y luego saldría corriendo afuera a que lo acribillaran.
   Fue al banco, estaba abierto y vacío. La caja fuerte estaba abierta; el dinero, cheques, joyas y lingotes de oro esparcidos por el suelo.
   Grance subió al techo y se tiró de cabeza desde el quinto piso. 20 horas después despertó. Había perdido la memoria, pero recordaba el color del dinero.

Porquerías
   El artista se enfadó. Se le terminaron sus píldoras de óxido nítrico. Fulminó todas sus últimas obras. Es mejor así, porque semejantes porquerías visuales igual se valuarían en 39.300 dólares en el mercado.

Sobredosis de Coffee Break
   El tipo se quedó atrapado en su pequeño y sucio departamento en el séptimo piso. No podía salir por la puerta de tan obeso que era. Ni aunque pidas ayuda a gritos, nadie vendrá, porque así es este vecindario. La comida se te está terminando, seguro que te vas a morir de hambre.

Radiografía del tórax
   Mira, otro maldito y estúpido joven depresivo que se odia y desea estar muerto. Será imbécil. Tu mundo enfermo y triste que te rodea, no es tuyo, es de la televisión en tus ojos. Será mejor que empecemos a caminar, porque apesta quedarse aquí.

La importancia de apodarse Locho
   Ese muchacho se consiguió un empleo. Envió su currículum por correo y al día siguiente llegaron agentes de la Interpol y lo llevaron en un helicóptero.
   Cada año envía una tarjeta postal anónima.

Fe de erratas salvaje
   Todo mal. El mundo es tan pequeño, todos están escribiendo sobre el amor, la muerte, el dolor. Que algunos se sienten desafortunados dentro de la situación que los rodea. Otros que rodean al mundo en una sola situación. Esa gente no escribe nada, muere muy joven, sin vivir.

Leche de mofeta tibia
   Los hermanos menores del Pelotubi lo miran con odio, por eso lo atan con alambres de púa al ventilador del techo. Luego le insertan un caño de escape por el oído para drenar su cerebro, gota por gota.

Sin pase
   Al jugador estrella del equipo lo transfirieron a otro club por apenas 20 balones de fútbol nuevos.
   Cierto día de entrenamiento en la cancha atropelló a los demás jugadores con el carrito motorizado del camillero.
   Al Director Técnico lo enredó detrás de un arco y lo fusiló a pelotazos.

Lucecitas de Navidad
   Puedes mirar por la ventana y todo lo que veas te causaría náuseas y una migraña punzante. Todo apesta. Te das cuenta que hablar de amor no sirve para nada. Tampoco existe una conexión con tu propio yo. Todo es cero, en tu mente que se acaba, en tus movimientos que se van cancelando. La cuenta regresiva se inicia de cero. No hay nada aquí. Y yo no estoy escribiendo para vos.

So éxito (lprfmcdsqt)
   Súper Fracaso ve la señal de fracaso en el cielo. Toma su fracasomóvil para acudir al llamado. Llega a un istmo en desintegración, allí se topa con un profesor de matemáticas fracasado observando el mar sin sentido. Es una emboscada. Su archienemigo emerge de una roca y degolla a Súper Fracaso con una hoja blanca de papel.

Almas totalmente drenadas
   Se reportó una nueva víctima de la moda, a quien supimos darle golpes en la cabeza. Entre nosotros no nos hablamos. Y cuando me hablan todas las palabras se pierden en el vacío que siento. Las ideas imbéciles quedan flotando bajo el efecto invernadero. La mirada es sombría, ¿puedes sentirla?

Feliz de vos
   El oso pardo está feliz detrás de los barrotes de hierro. Mucha gente lo visita para arrojarle piedras. Mira el vaso en un rincón, ya no le queda agua. El empleado de gobierno se acerca para cargar su plato con cabezas podridas de pescados, alfalfa y lodo derretido. Cinco nuevas sabandijas nacieron en su espalda.

Polarizado Dark
   Los ojos están derretidos. Apenas distinguen esos defectos de la luz, llamados colores, entre las costras endurecidas. Comienza la sesión de acupuntura para los ojos, con clavos de 17 centímetros. Relájate, podría ser peor.

Hollywood's Morning (What's the history?)
   Apenas con un escarbadientes usado pude salir ileso del ataque pandillero, ellos armados con alfileres oxidados. El alcalde me otorga la llave del pueblo y recibo un beso en la boca de la Reina de Belleza. Sus labios son dulces.

El triunfador de hoy
   Soy realmente malo. No digo malo de maldad, sino malo de no tener suerte en nada. Escucho nuevas voces en el jardín. Debe ser más gente atrapada en el césped electrificado o tropezada con las minas antisubmarinos. Todos los días pasa lo mismo. Qué aburrido.

El fin de la edad del pavo
   Ya he quemado todos los muebles para seguir manteniendo el fuego de la chimenea. El televisor quedó en el suelo, encendido. Luego se apagó. Maldito cortocircuito. El televisor ya no sirve. Ahora tendré que pensar en algo, qué horror. No tengo ideas.

Cómo sobrevivir a las catástrofes - II
   Joaquín había desaparecido un sábado. 45 días después lo encontraron atrapado en el baño de un bar cuando los inspectores municipales lo estaban clausurando. Él dijo que se rompió el picaporte de la puerta, que nadie lo escuchaba por el alto volumen de la música y que había aprendido a comer cualquier cosa para poder sobrevivir.

Los efectos del ébola
   Anoche volví a leer tu poema. Por fin entendí tu estilo. Pero cómo puede tener éxito alguien que habla de sentimientos oscuros, desoladores. Cómo triunfaría con historias irrelevantes, que ocultan los verbos en martillazos sobre la sien derecha. Debería verlo.

Gran Asunción Swinging
   La peste bubónica golpea la puerta, insistente. Nadie responde por temor a resbalar sobre el piso encerado. La peste sopla y sopla, y la casa se derrumba a pedazos. Los tres cerditos también quedan infectados.

Suicidio colectivo involuntario
   Ya no quiero leer, aprender nuevas políticas de uso me repugna. Dentro de tu estúpido promedio de vida, la mitad estás encerrado en la apestosa escuela. La otra mitad te atan a un salario inútil. Así, cuando por fin crees que podrás vivir como quieras: te mueres. A veces antes.

Fracaso escolar
   Tus ojos son un precipicio. Ya no me mires. A veces miro el horizonte y me doy cuenta de que soy yo el que está en el horizonte.

Graffiti
   Hola. Esta es una declaración de amor. Mañana iniciaré un largo viaje a un lugar desconocido. Espero conseguir el éxito y volver a verte. Porque deseo estar muerto.

Pelotones de ejecución aéreos
   El techo de la casa se está quemando. Con razón hace tanto calor. Este verano va a ser poco divertido. Afuera el sol reparte quemaduras de tercer grado.

Radio H.G. Wells FM
   La policía utilizará como prueba las grabaciones de algunos oyentes. Claramente se escucha en ellas la acalorada discusión y los disparos, entre cristales que estallan y golpes extraños, transmitidos en vivo al aire. El operador de radio mató al locutor estrella por discrepancias en la programación musical.

zeugerbol ed opmeiT
   Tampoco puede ver el diagnóstico, en un extremo de la cama. Sí el cartel cerca de su cabeza: "etreuM". Las enfermeras ya no se acercan a su lecho. Sólo puede manotear su aliento descomprimido. Mientras los microbios mastican su carne por dentro y sus gritos huecos ya no se oyen a través de su garganta. La vista se deteriora hacia el techo, sería mejor que éste se desplomara encima suyo, de una vez por todas.

Hijo de ********
   El pequeño burgués fascista dobla la esquina. A veces es necesario atormentarlo. Música a alto volumen y pálidas figuras quietas mirándolo. Presionando el detonador de la carga explosiva, huyendo a toda velocidad en el avión supersónico, tratando de escapar de la onda expansiva, de la ansiedad destructiva. Pateando tu pequeño pedazo de tierra donde pisar.

Los delitos del carnicero
   Mentimos, pero no somos muchos. No debería mentir. Me siento perturbado por ello, no podría tener ideas mejores, porque no son eso.
   En realidad, el poeta excéntrico es un estudiante frustrado de medicina y trabajaba en una carnicería, hasta que el investigador privado francés encontró las pruebas para su enjuiciamiento.

Rubia insecticida
   Te pareces tanto a una mujer que deseo besar. Pon veneno para hormigas en tus labios y mátame. No soy yo, soy nadie. Estoy detrás de los ojos, por si acaso llevo conmigo una cápsula de cianuro en el bolsillo.

El lujo elevado a la categoría de disparate
   Leí que necesitamos conocer a "personas equivocadas" en el camino a casa hasta que, al fin, llegamos a la "correcta". Soy una persona equivocada, entonces. No debería ser sensible, ni dejar mi frágil cerebro en un frasco de vidrio al borde del techo de un armario con rueditas inclinado cerca de las escaleras resbalosas.

Llamale cangrejo
   Algún día podrían hacerte entrevistas y aparecerías en la televisión, también. Es sólo una cuestión de metamorfosis.

Inicio de clases
   Estuve hablando con el extraño en un rincón del bar. A pesar de haber sido domador de serpientes hablaba de cosas increíbles. A las 4.17 bebió un último trago y cayó muerto sobre la mesita llena de botellas vacías. Tal como me dijo.

Carnicería Sector
   Ese sí que era un poeta excéntrico. No hablaba de ojos, de bocas, labios, manos o cabellos sueltos. Alababa a las mujeres por sus órganos internos. Por sus tripas, arterias pulmonares, páncreas, amígdalas, cerebelos y esas cosas. Era extraño, pero no era médico ni carnicero. Era poeta.

Enfoques: Max cuenta su historia real
   A los nueve años dejé de ver mis pies. Odio las escaleras, por eso nunca me metí en ningún edificio de más de un piso. Los ascensores no tienen suficiente espacio para respirar. Nunca tomé un avión, porque nunca aceptarán que pague sólo por un asiento. Alguien escribió un cuento sobre mí, en que moría de inanición al no poder salir por la angosta puerta de mi departamento. Cuando como uso una pequeña pala como cuchara. Compro el pan del día por bolsas, cuatro. Un doctor me dijo que si alguien me disparara la bala no me haría daño, porque sería atrapada por la grasa. De todas formas, no deseo que nadie intente demostrarlo. Mi corazón no soporta más ejercicios. Tengo muebles especiales, de un material con el que fabrican las jaulas para gorilas silvestres. Por ahora consumo mucho calcio, ya que en mi estado necesito huesos muy fuertes. No pienso en el futuro, porque sé que seguiré siendo el mismo. A veces pienso en el pasado, así intento alimentarme con recuerdos. Pero no funciona y vuelvo a sentir hambre.

Funcionamiento defectuoso
   Si se corta la luz, silba. Si levantas el brazo pero ningún automóvil se detiene, mira al suelo con los ojos cruzados. Si alguien estornuda por tu cara, zapatea. Pero no te preocupes, pronto la luz volverá a ser roja y la esquizofrenia será contagiosa.

Cráneo
   Yeis cierra los ojos pero no puede dormir. El dolor de cabeza se disipa en insomnios quebradizos. El tercer hemisferio del cerebro se inflama en el centro del cráneo. Tiene una varilla de hierro atravesando de un oído al otro su cabeza. Un extremo hincado en la orilla muerta del Mar Muerto, otro captando relámpagos extraviados por la tormenta desértica.

88 millones de años
   La historia de la humanidad se inició cuando un analfabeto se decidió a dibujar lo que veía con sus ojos. Así, la historia del hombre está dada por ¡un dibujante!

Guerra Chanta
   El Vaticano invadió Jerusalén de madrugada. Su sofisticado ejército arrasó las tropas israelíes y palestinas. Llevaban artillería pesada hasta un pequeño cargamento nuclear.
   Estados Unidos declaró que no intervendría.

Barrer escaleras para arriba
   Cambia el mundo por mí, ámame. Tú haz el cambio, toma el cuchillo. Haz la evolución. La próxima etapa evolutiva del hombre no prevé brazos ni piernas. Ámame.

Polvo motorizado
   ¿Cuál es tu peor temor? El mío que creas que no me equivoco, que te identifiques con la distorsión de la ficción surrealista rotulada como tiempo presente, en tu videoclub amigo. En mil años serás el ancestro de un millón de desconocidos. Eres un pequeño tornillo en el gigantesco reloj del universo descompuesto.

Presentación del nuevo libro
   "Señor Rivera, escribe demasiado sobre la muerte".
   ¿Verdad? Y ni siquiera sé muy bien de qué se trata. Un buen escritor, se supone, escribe en base a experiencia sutil. Otros emplean apenas la imaginación, pero para eso deberían ser muy buenos. Yo soy pésimo, lo admito, pero no dejen de comprar mi nuevo libro: "Las telarañas dentro del cráneo de una momia egipcia cuyo sarcófago acaba de ser saqueado", al menos para comprobarlo.
   Como decía, la vida no es vivir, es esperar. Es una especie de etapa de la evolución. La siguiente: la muerte. La metamorfosis del hombre en polvo. Su capacidad mental avanza al nivel de las rocas. Quizá suene ridículo, pero creo. Bien, fin de la conferencia de prensa... Ah, no olviden, mañana mi secretaria estará firmando dedicatorias de mi nuevo libro en el Shopping Aljibe.

El artista del engaño
   Solía fingir enfermedades para hacernos creer que era muy débil, enfermizo. Habían semanas en que estaba en reposo tosiendo trozos de sus pulmones, que quedaban pegados en el techo. Todo falso. Una vez llegó con una pierna amputada y mentía diciéndonos que la gangrena no fue bien extirpada. Lo rodeamos y le quitamos las vendas. Tenía venas atadas, mucosa entre la carne y un hueso puntiagudo en el muñón de su muslo. Pero no caímos en la trampa. Otra vez lo vimos comiendo en un bar y de pronto brotaba abundante sangre por sus narices. Litros y litros, como si fuera una canilla de agua abierta al máximo. Parecía no poder respirar. Qué farsa. En estos días lo sacan por las tardes en la puerta de su casa, y se queda inmóvil sobre su silla, con su figura pálida y esquelética, los ojos desorbitados hasta la cabeza afeitada. Así cree que nos puede volver a engañar, ya no podrá.

Desvío a Ñemby
   Tengo una visión poco positiva del resto de la vida de todos. Esa es una maldita frase, me dice mi personalidad conspiradora. Tener éxito no es ser exitoso. A pesar de todo la rabia de perdedor huele en la piel. Quizás deberías despellejarte. Mientras unos pocos de litros de sangre merodean tu organismo. No me importa.

Hurbanidad
                   (con hache)
   No tomes los taxis negros, no los tomes.
No abordes los colectivos vacíos, no los llenes.
No: es la necesidad negativa.
Esos bolígrafos sobre la mesa, llévatelos.
Esas miradas en la plaza, asúmelas.
Eso no es lo que ocurre, ocurrió.
Un poco de frío frente a la Gobernación.
Unos cuantos micrófonos para aprender a gritar.
Aquel monumento que se estremece.
Esa señal para cruzar la calle, ¡ahora sí!
Si: atisbo irresponsable de confort.
Suelen llevarse esas revistas gratuitas.
Hasta los libros en oferta desaparecen.
Como un tibio olor a perfume.
O tal vez escasas hojas despeinadas.
El espacio se va reduciendo, somos muchos.
La agenda se termina, siempre debería.
Acaso se leen los graffitis, la protesta.
Se arroja la basura en el cubo,
se respetan los afiches del día.
No, aunque suene pesimista.

("¡Hola!")
   Hola, yo soy un personaje de este escritor. No sé si es escritor, no sé si escribe, sólo puedo pensar en lo que tiene en mente. No puedes confiar en mí, porque no soy yo, puedo cambiar de opinión y cometer un giro inesperado en esta historia.
   He estado pensando en la violencia. Quiero que hagas estas cosas por mí: una lista de cosas prohibidas que tienen éxito clandestino, una lista de las personas con problemas y millonarias que desearías matar, una lista de las enfermedades infantiles que afectaron tu personalidad, una lista de tus fracasos amorosos que te acortaron estúpidamente la vida, una lista de tus personajes favoritos de ficción que sería bueno partirles el cuello con un saco lleno de tornillos, una lista de las preguntas que le harías al Creador si lo encontraras en tu cocina, preparándose un sandwich y estirando fría cerveza enlatada de tu heladera. Ahora sabes que has desperdiciado unos cuantos mililitros de tinta que nadie te devolverá. Ahora puedes confiar en mí. Pensándolo bien, creo que tú también eres un personaje, aquí.

La mort s'ha fet
   Beni entró corriendo a la sala y nos asustó mientras sus amigos estábamos mirando el partido de Paraguay por las Eliminatorias del Mundial.
   —¡Vengan, pronto, se suicidó la Muerte! —gritó y se fue de vuelta, después supimos que fue junto a los restantes vecinos.
   Efectivamente, allí estaba la Muerte, muerta. Tirada en medio de la calle, con las piernas y brazos abiertos, vestida con una larga y espesa levita oscura. En su mano resbalaba un revólver, mientras su rostro destrozado chorreaba líquidos extraños.
   Hoy hace 6.741 años de aquel suceso. Paraguay llegó una vez a semifinales del Mundial. Estamos atrapados, ya no podemos morirnos. La Muerte nos abandonó a nuestra suerte. Esto apesta.

Almuerzo xristiano
   La misa del domingo comenzó a las 13 horas. El sacerdote estaba por iniciar su sermón cuando de repente vomitó sobre la Biblia del atrio. Su mujer dijo que habían almorzado carne asada con ensaladas de lechugas y tomates, vino y coca-cola. Algo le cayó mal.

El caso del camionero mentalizado
   El camionero fue absuelto. Alegó que el perfume francés de la víctima le había provocado locura temporal y por eso aceleró y luego saltó de su camión que se dirigía directo a un precipicio, con la francesa dentro.

Mala literatura
   Creo que nunca estaré en Buenos Aires, no/ No me perderé entre sus edificios vacíos/ ni veré a la gente, abajo, abandonarlos atrás/ El sol que cortaría el respiro de las lámparas/ o la radio que se retorcería entre pocas paredes/ No, que hay una sensación de sombras/ de habladurías, hasta la hora para acostarse/ para desprenderse de catálogos de viajes/ desfallecer, el viento en el séptimo piso/ una aureola, más balcones desolados/ La hora directa por el teléfono desconectado/ y el cielo azul que interfiere a la TV/ Transmitiendo en vivo desde el techo/ deteniendo el flujo de aire, eso dicen/ No estaré muy lejos, no debería/ para no verme obligado a volver.

Muy estúpido para la TV
   Hoy me sentí muy mal. Mi jefe me preguntó qué tal estaba su cabello y le dije que bien. Le mentí. No le puedo mentir a mi jefe. No pude trabajar tranquilo. Al día siguiente le confesé la verdad y me despidió.

Mal de la cabeza
   Nadie lo puede creer. Porque nadie ha sobrevivido. Todos están muertos, pues. La humanidad entera fulminada. El fin del hombre sobre la Tierra. Nadie esperaba que todos terminaríamos muriendo por culpa de los piojos. Piojos mutantes, alterados biológicamente por los químicos tóxicos del champú. Piojos caníbales que se alimentaban de cerebro humano y perforaban el cráneo con sus patas.

La añeja comida de avión del pasajero sentado al lado de la puerta para salida de emergencias
   Bell observa su bandeja como un mapa donde aterrizar los utensilios desinfectados. El pollo, el postre, el pan, la manteca, todo en el crucigrama. Luego le entregan el jugo de durazno, luego el café, acompañados de turbulencias. El cinturón de seguridad oprime la barriga inflada, gasiforme.
   La historia comienza en el baño, donde el cielo siempre es azul, donde la bruma se deposita a 10 mil metros de altitud. La temperatura exterior señala -47º. Hace tiempo que no hacía.
   La luz sobre el asiento, un payaso sentado sobre la turbia ala, afuera. Bell recuerda poco a poco lo que sucedió realmente. El comandante ingresó al baño y aseguró la puerta. ¿Quién no? Exigió ver el dinero (explicación: nueva enfermedad psicológica surgida por la escasez de dinero; unos creen que ya había acabado) y peleó con Bell, en el baño. Los urinarios secos, los espejos húmedos. Cuando despertó, despertó ya sin dinero.
   A Bell lo llevaron al parque, a hacerle algunas preguntas. Un agente lo seguía de lejos y anotaba qué libros compraba (una aerolínea le cedió un breve crédito). Bell era buscado en su país.
   El taxista no lo llevó al puerto. Lo dejó en el callejón, sin dinero, sin compras, sin agente secreto. Mientras el payaso reía de sus piruetas sobre el ala izquierda. Pero no se escuchaba desde adentro.

Sí, qué porquería
   Mátame, mi amor, que mi amor es inútil. Tanto sin sentido me rodea, qué decepción. Te he estado buscando toda mi vida, y ahora que te encuentro no estoy presente. Planeaba ser un alivio para tus ojos, acomodarte entre mis brazos mientras me iba. De pronto sentí náuseas cuando pensé que yo podría atraerte. De todo el universo de personas que desean estar contigo, creo que soy el menos afortunado. Miraba tus ojos cuando me mirabas, mi reflejo de perdedor en tus ojos tristes. Sí, qué fracaso, siempre. Sí, el amor y los nombres, qué porquería.

Alquileres para fiestas
   ¿Bailamos? Qué tal un ritmo frenético, lujurioso, con la fiebre a todo volumen en mi cabeza. Un trozo de sol estrellándose en un edificio de espejos. Sin cortaduras en los labios, sin dolor en los ojos. Alejados de las punzadas en la espalda, ya sin irritación. Asomando la cabeza por la ventana, desviando el viento dentro de tu blusa, llenándote de frescura. Encontré una porción del asfalto virgen en medio de la carretera, una fracción de segundos sin necesidad de respirar y la piel fresca en un arrebato al borde de la caída estruendosa.

Heartbreaker Z
   "Cuando sentí el cuchillo, ella dejó de sonreír, mi Delilah" -Tom Jones-.
   Cuando sentí la dentada y fría hoja de acero desgarrando mi pecho, ella me dedicó su mejor sonrisa. Seguro que está loca por mí. Sus suaves manos seguían firmes alrededor del mango de soporte y de la palanca de control, mientras seguía impulsando la temblorosa motosierra eléctrica contra mis costillas. Me siento muy bien, pues veo el amor en sus ojos hoy. Siento que me invade una ansiedad incontrolable, de besarla y enrojecer sus mejillas de estupor. Pero sus mejillas se van salpicando de gotas de carne y sangre que va despedazando la ruidosa máquina al toparse con mi corazón. La motosierra descuartiza las arterias, mientras roza uno de los pulmones, siento un nuevo latido parecido a un zumbido desprolijo. Es maravilloso, ella ha roto mi corazón con una motosierra eléctrica.
   * Incluye una cita de Eric Clapton.

Generalidad sobre las engrapadoras que engrapan mal
   "El problema está en los agujeros", las grapas reaccionan al revés, como dice José: "Asencillas un billete de 50 mil y enseguida desaparece". Es cierto. Nada funciona bien en este planeta, ni en su patio exterior. Conocí un frasco de jarabe para la tos diseñado especialmente para perder en el suelo una cucharada de su contenido al tomarse una cucharada. La televisión no es perfecta, Dios no vive en el televisor porque ha perdido audiencia frente al programa competidor de otra cadena. El rock está muerto, le cortaron las piernas con una moneda para llamadas telefónicas de larga distancia, y lo arrastraron toda la tarde por el camino central de la ciudad. Si queda algún tema pendiente conviene comprarse más libros abstractos.

El oscuro laberinto de agujeros
   apareció al día siguiente. Nadie supo qué pasó de él. A lo peor perdió la cordura y se internó en el oscuro laberinto de agujeros, en un intento desesperado por no soportar más la vida en esta mina.
   Dos días después, Josías nos leía las instrucciones del balde, pero no era lo habitual. Detectó una seña que decía que estábamos libres, que podríamos salir de aquí. Así que nos preparáramos porque a partir del día siguiente seríamos llevados de a uno hacia la superficie en el balde. Francisco y Pastor se alegraron demasiado, yo desconfiaba. Pero Pedro confesó su secreto, dijo que Zacarías no fue por los túneles, sino que tenía el plan de treparse por la soga del balde para hallar la libertad. El del mensaje pudiera ser Zacarías. Yo sigo dudando. Al menos, el canario respira sin problemas.

La Sociedad de los Buenos Vecinos Agresivos
   Se fue haciendo menos mentalmente equilibrado. Reconoció todas las patologías de locura en su personalidad. Roberto Rodríguez se vio reflejado con cada uno de los delirios enunciados como síntomas de su condición mental. Ya estaba comenzando a matar a mucha gente en su cabeza, ya no confiaba en la religión televisiva ni en el horóscopo matinal. Había pulverizado todos los espejos de su apartamento, para eliminar toda imagen suya de su memoria. Cualquier intento de verse bien. Porque nada estaba bien. Pero sus vecinos de piso hallaron la forma de sellar su puerta, gracias a un herrero amigo del casero, y rociaron bajo el umbral 26 garrafas de gas licuado. Cuatro meses después sus vecinos inventaron toda clase de escandalosas y repulsivas historias sobre Roberto para justificar su muerte. Pero en el fondo era una venganza colectiva porque Roberto jamás daba regalos a los otros en Navidad, ni compraba papel higiénico para el baño público, que él nunca utilizó. Nunca más se volvió a hablar del tema en el piso. Hoy, su cuarto está rentado a un joven matrimonio que sí satisface las reglas imaginarias colectivas.

Todos somos cachaqueros
   El pasajero estaba notablemente aturdido por la mierdosa cachaca a todo volumen que atravesaba el colectivo como espadas metidas por todas partes a una caja de cartón con gente dentro. Los enormes parlantes retumbaban y se desafinaban con los estupidizantes acordes. Encima, la marcha del coche Nº 51 era tan lenta, tan lenta, para ser un nuevo modelo brasileño de la línea Marco Polo 2000.
   El pasajero estaba tan nervioso que se aproximó detrás del chofer y jaló con rabia la cuerda del timbre hasta reventarlo. El coche frenó de repente, pero ya el usuario del maldito transporte público arrancó al imbécil de su silla y le partió la cabeza contra el molinete, sin darle ninguna oportunidad de reacción.
   Luego lo tiró por el ventanal de emergencias, pero sin haber jalado antes la palanca roja, tapada por un seguro de plástico. Bajó él también para atar al conductor contra la parrilla frontal del micro. Había roto el parabrisas con el molinete arrancado para sacar los enormes parlantes y liarlos alrededor de la cabeza del conductor. La estruendosa y asquerosa música no paraba de sonar, estaba tan alta, en un nivel desfigurado. Aquel pasajero se puso al volante, aceleró el móvil a su máxima potencia. Fue a embestir directamente a un muro de ladrillo visto. El renegado estaba ileso, se había puesto correctamente el cinturón de seguridad. Algunos otros pasajeros contusos gemían detrás.
   "¡Vamos, pues!", gritó alguien del fondo, y el hombre los llevó a todos a sus casas.

Tanto para...
   Cuando el prisionero recibió el mensaje se sintió muy feliz. Esa noche, al terminar las diarias labores forzosas, se escapó de su celda, evadió a todos los guardias y comenzó a subir las escaleras de la torre, en cuya cima vivía la Princesa. Subía muy animado pensando en ella. Las escaleras subían en círculos estrechos, no habían ventanas en los muros de grandes piedras de la torre, ni parapetos, ni nada.
   Pasaron varios días, el prisionero saltaba varios escalones, aunque era peligroso, porque podía resbalar y caer. En algunas partes de la torre era bastante oscuro, en otras habían agujeros breves entre los bloques de grandes piedras, por donde emergían débiles rayos de luz. De vez en cuando descansaba. Ya se estaba acostumbrando a dormir sobre los incómodos, fríos y sólidos escalones. Subir cada escalón era un proceso que se estaba mecanizando para sus músculos.
   El prisionero pensaba solamente en ella. Definitivamente los guardias no parecían interesados en buscarlo. Ya habían pasado unos meses y no había vuelto a ver a otros humanos, ni a escucharlos siquiera. Estaba perdiendo peso, y debía alimentarse de pájaros que anidaban en los huecos del muro.
   En cierta época tuvo que cazar ratas. ¿Cómo podían haber ratas allí? Él sólo pensaba en esa persona que seguro lo estaba esperando. En un tramo de la escalera halló unos huesos que parecían humanos, parecían estar bastante tiempo en ese sitio.
   Pasaron varias temporadas. Había sentido frío y calor, hambre y cansancio, pero confiaba todavía en que podía llegar hasta la Princesa, entonces todo el esfuerzo podía olvidarse.
   A veces no había nada nuevo para comer y se obligaba a raciones que estaba guardando en los bolsillos. Unas pocas veces resbaló. En una vez cayó varios metros, se golpeó en varias partes del cuerpo. Tenía el cabello y la barba muy largos.
   Por los pequeños agujeros llegó a sentir las tormentas, fuera de la torre; parecían muy cercanas aquellas nubes. A veces había niebla entre los escalones. Una vez se sentó y se puso deprimido, pensó que no valía la pena, que quizá ella no existía, que la escalera probablemente sea infinita, que ya no podía volver atrás y que moriría allí. Durmió un poco, al despertar retomó lentamente la subida. Pensaba vagamente en ella.
   Pasaron once años y doce meses. Ya estaba muy debilitado. Un día, arrastrándose desde hacía unas semanas, llegó al final de la escalera. Había una puerta de madera, cerrada. Le tomó mucho esfuerzo llegar hasta la puerta. Le tomó un día entero. Estaba tirado tan cerca del umbral. Golpeó apenas la puerta, ya no le quedaban fuerzas. Poco después se abrió y apareció alguien. La mujer se inclinó encima del prisionero y levantó su cabeza con sus suaves manos. Él la miró y murió allí, en sus manos. No le pudo dar la respuesta a la pregunta que la Princesa le envió mucho tiempo atrás.
                    ...nada

Bienvenido a Las Vegas (de noche)
   Odio mi cabello, odio mi piel, también mis pies, detesto mis dientes al igual que mi mirada. No me permiten ser tan invisible. Esto no es autobiográfico. Pero en el fondo es una mentira, no es ninguna revolución nueva, ni siquiera la violencia narrativa, la obtención de fama o el robo de cadencia registrada. No es nada, se me pasará. Mis pies se hunden en la arena, y en el horizonte sólo se ve el horizonte siguiente. Es la sensación desértica. Es la sensación poco optimista. Hubiera sido mejor si nada hubiera sido. Mi rastro es absorbido por la arena ardiente que me escolta. Este es el desierto donde tu YO se dispersa por todas partes, no existen límites aquí. Y cada día se siente menos. Te olvidas de todo lo que nunca quisiste aprender. Hasta que aquella arena se eleva a tus espaldas y luego te sepulta en ninguna parte. En el desierto, en el camino.

The Octaciano's Green Chevrolet Jazz Band
   —Todo lo que dicen es mentira. Suena lógico y razonable, pero nada es cierto. Aparentan que no existe ninguna otra verdad, pero no es verdad, no es, no. Se sientan al otro lado del escritorio y esperan que años y años de estudios suyos nos inspiren confianza en sus palabras. Hacen experimentos o suben al atrio donde despliegan conciertos dramáticos con un montón de palabras inventadas. Conceden palabras a los periodistas, esas mismas palabras. O buscan aparecer en televisión para que creamos que son serios y respetados. Já. En el fondo sólo desean aprovecharse de nosotros, de nuestro dinero, fe, inexperiencia, algo. O simplemente que les escuchemos un rato y asintamos con la cabeza y con el rostro asombrado sus construcciones de ideas huecas, innecesarias.
   —¿Estás seguro de lo que dices?
   —No.

Lunes
   Todos los días son lunes. Es la misma hoja del calendario que nadie arranca de la pared pegajosa y desagradable. Quizá si no estuviera atrapado en esta bolsita de plástico abrasante. El aire angustioso que me hace llorar sin voz. Quizá afuera sea el agua que me hunde en sus entrañas calamitosas. Quizá sean los neumáticos que rozan la carretera con ácida velocidad, muy cerca.

Estaba en pijamas cuando me acosté
   Es tanto el dolor que siento. Cada instante encuentro nuevos motivos para sufrir dentro de mí mismo. Por eso volví a la casa de los asesinatos, de la masacre. Limpié todas las evidencias. Conseguiré otra forma de incriminar al asesino.

Feliz-Feliz-Alegre-Alegre
   Mi amiga me dijo alguna vez: "La gente piensa que estoy loca, que soy extraña y que odio la vida. Sólo soy diferente". Por supuesto, los maestros nunca hacen reuniones con tus padres si siempre dibujas arcos irises y personas sonrientes.

Champión chino teknicolor™
   En la final de la Copa Mundial de Fútbol un grupo de pasapelotas secuestró al arquero de Alemania.
   Pidieron de rescate 118.000 dólares, un avión bimotor, una camioneta blindada sin calcomanías, y la amnistía de un guerrillero deportista.
   La Selección decidió convocar al arquero suplente, nomás.

Nothing really matters (Madonna 7:6)
   Otras ideas. Quizá cada parte del cuerpo sí tenga autonomía propia. Tal vez las manos tengan sus propias ideas, sus sentimientos. Y no te das por enterado. Quizá sean tan conformistas o estén bajo amenazas tóxicas del lado vegetativo de la mente. Pudiera ser que el sector simpático influya en las demás decisiones.
   Las palabras significan otras palabras. Las palabras no existen, apenas intentan representar cosas que existen porque pueden reflejar la luz blanca. Trata de no tener ojos. Así como la gente necesita de otra gente sólo para sentirse segura de lo que cree que cree. Es absurdo, ¿para qué otra gente?
   Por ejemplo el Gobierno. El Gobierno no existe. No es un presidente electo, no es un grupo de personas. Suena a algo grande, pero ni siquiera se parece al aire. Es una palabra. No sé qué significa realmente, pero es algo referente al bien común, a las necesidades y deseos comunitarios. La comunidad es la gente, que es el conjunto de individuos formados por millones de células que tienen partículas, divididas en moléculas, a su vez en átomos, que se van descomponiendo hasta llegar a cápsulas infinitesimales de nada, cero, vacío, inexistencia, antimateria.
   El todo es lo más pequeño, que no existe. Entonces el vacío en sí es el espacio donde se puede intercambiar más vacío. Entonces, ¿para qué tanto esfuerzo en escribir libros y en leerlos?
   El tiempo es una de las percepciones humanas (quizá sea otra cosa) que transgrede la teoría del volumen, aquella que dos cosas no pueden ocupar un mismo sitio al mismo tiempo. El tiempo ocupa cada porción de vacío físico y no. Por tanto deduzco que vacío=tiempo, vacío=todo y [...].
   Como el tiempo no existe tampoco, todo lo que ves y todo lo que tocas en tu vida está hecho de tiempo. Todo lo que no ves y todo lo que no tocas, también. Nosotros somos el tiempo y no. Entonces, no importa.

Esquizofrenia personalizada
   Cuanto más pienso, menos existo. El psicólogo pregunta si oyes voces en tu cabeza. Sí, una. Es la misma de siempre. Desde que nací tengo una. Todo el mundo tiene una voz en su cabeza. Su propia voz, que sólo puede escucharla el que la tiene. Cuando se trata de gente "normal" o "cuerda" esa voz se conoce como pensamiento. Nadie se detiene en ese detalle. Pero, esa voz, ¿es tu misma persona? ¿Cómo sería el silencio absoluto en tu mente?
   Un montón de microorganismos diseñando ideas: falso yo. Millones de neuronas esperando su dosis de oxígeno de la sangre circulante. Creciendo y envejeciendo. A veces se suman otros interlocutores, pero no los ves. Alguien leyendo las instrucciones genéticas, nada concuerda ahora. Cada persona tiene su esquizofrenia personalizada: puedes ver lo que quieras, puedes mirarte al espejo y enviar una imagen nítida a tu cerebro electrizado. Pero la imagen está invertida constantemente. Tanto espacio, una conexión lejana.
   Sería odioso vivir con los demás este momento, para luego traducirse en un fantasma invisible. No ver a los demás fantasmas, estar atado a un sitio peligroso, a un objeto. Rondar los huecos entre los seres respirantes. Atravesarlos sin que lo sepan. Nunca cansarse, ni dormir, ni dolor. Espero no ser tan bondadoso.
   El psicólogo habla de experiencias traumatizantes, casi al borde de algo desconocido. Sí, las cosas distintas. Cuando tu voz secreta roza a otras inexistentes, o simplemente se duplica y sintonizas mensajes nuevos. No es mi esquizofrenia personalizada. Yo veo las cosas con sus movimientos inesperados, con esa quietud en medio de innumerables movimientos. Me quedo.
   Que insisten en darte ayuda. No des señales de auxilio, te ayudarán.

Manifiesto consumista 1717250-Q
   Eugene ganó la Lotería Nacional de Israel. Ahora es multimillonaria. Pero hace seis años que está postrada en una cama de un hospital para pobres. Nadie la visita. Su doctor le confesó que el cáncer estaba avanzado, que le quedaban pocas horas de vida. Quizá sólo ese día.
   Eugene pidió que le guardaran el dinero en un banco. Trabajar duro, ahorrar y comprarte lo que buscabas. Luego se quedó dormida toda la tarde. Al día siguiente su rostro estaba en la portada del periódico, ella había ganado la lotería. Esa misma fotografía se repetía en la sección de exequias, 42 páginas después.

Yo (egocentrismo descontrolado)
   Me vi. Yo me vi. Una noche suicida, sin sueños ni pesadilla. Con los ojos acostumbrados a la oscuridad de mi sombra. Que soy un relato de oscuras masacres personales. Me levanté de ese mundo y caminé entre el silencio vacío de una casa asesinada. Vuelvo enseguida, me dije. Tardé miles de años por un sorbo de agua fresca. Pero era de noche y nadie notaba mi presencia ausente, porque nadie soportaba existir. Cuando volví a mi lecho me vi. Me vi dormido con los ojos sin sentido. Con los huesos vueltos eternos. Allí estaba. Por eso me crucifiqué contra el armario. Poco después un cuervo gigante me arrancó de la cama, dormido. Se desprendió del suelo y se disolvió en aquella noche. Yo me quedé. Ahora espero que se me mueran todas las ideas.

Nauseabundamente
   Los dientes se quebraban con cada mordida desesperada, mientras sus uñas se desmembraban en la madera. El dolor que le tapaba la boca, mientras levantaba la otra mano para llamar a su muerte pronta. Esas venas tan alteradas que se hinchaban sobre su espalda. El frío metal que se distorsionaba entre sus vértebras quebradas. Con los pies descalzos intentando correr qué fracaso. Sí, deseo que estés mejor, pero no puedo liberarte. Sus ojos se dilatan, se estrellan en la penumbra, en pequeños pedazos incontables. Esa sensación negra en las entrañas insanas. Si supiéramos sus pensamientos ahora. Cada respiro es su infierno personal. Cada segundo que estás allí. Nada va a mejorar.

¿De qué diario decís que sos?
   Hacía semanas que Cidí no hablaba con nadie. Clint le preguntó qué le sucedía, y Cidí le dijo que estaba muy ocupado. De nuevo pasaron muchas semanas. Entonces Carol le preguntó en qué andaba ocupado y le respondió que no tenía tiempo, entonces. Pasó un año. Curt se le acercó y le dijo por qué rayos no se dejaba de estupideces. Cidí ni siquiera le prestó atención. Fueron seis años. Al fin, Case le dio un puñetazo en el rostro y luego le preguntó cuándo iba a morirse para así dejar de hacerse el importante. Cidí reaccionó de su estado mental atrofiado y le dijo que en todo ese tiempo estaba pensando en lo que diría antes de morir, en sus palabras finales (si era posible, desde luego), ya que él creía que eso era importante y que los periódicos publicarían año tras año su frase de despedida en la sección de curiosidades, entre el horóscopo, el crucigrama, la receta de cocina y el estado del tiempo.

Fin
(Ver información en la página 71)

Dulce de Membrillo Pop
   "Ahora estoy a la moda. Creo que ahora encontraré a alguien con quien casarme. Ya conseguí un buen empleo", dijo la joven después de extirparse el ojo izquierdo en una cirugía barata.

Burla sangrienta, ironía mordaz
   En ocasiones me duele la espalda y necesito dos manos cariñosas tuyas. Ella no sabe que podría enamorarme de su cuerpo. Pero no me ahorques el cuello, que todavía no sé cómo resucitar. Puedo ser más sarcástico: cambiar tus sueño por agorafobia.

Psiquiatra desea trabajar
   Estados de decepción. La primera palabra que pronuncio al despertar es "No". Veo que éste es un buen día para un granizo de granadas radiactivas. Sé que el ejército argentino prepara una flota de misiles desarmables al otro lado del Río Pilcomayo. Es bueno.

Fervor
   El réfere anota el número que llevás en la espalda, esas brillantes líneas sobre tu camiseta desgarrada. El jefe de la policía ya te está esposando las manos y otros cinco oficiales te escoltan fuera de la cancha. Ya se escucha a una ambulancia urgente que deja surcos en el césped. Los jugadores del equipo contrario se abrazan, algunos lloran, de lejos, mientras están tratando de reanimar a su compañero lesionado. Tus compañeros están cabizbajos, no te quieren mirar. Media hora después por fin se decide reanudar el juego. A esas horas ya estás en la celda de la comisaría. El guardia que llavea la puerta te dice: "Tranquilo, ya no hay peligro de gol".

El mundo está en peligro
   —Ya que estamos aquí, estemos. ¿Qué estrella te gustaría derribar hoy? ¿Cuál gobierno derrocaremos? ¿De algún país cuyo nombre no te guste? ¿Te parece si esta vez cambiamos al Papa, de nuevo? ¿En cuál continente sería bueno armar una guerra entretenida? ¿Querés que soltemos nuevas enfermedades carnívoras en alguna región en especial?
   —Dices cosas tan románticas. Esta es la primera cita con la que siempre soñé.
   —Mira, estamos cerca. ¡Ahí está! Sí, con Estados Unidos a cargo, tal como lo dejé la última vez.
   —Se ve azul todavía. Me dijiste que aquí criaban humanitos...
   (mensaje de una señal de radio de posible origen extraterrestre, captado en un minúsculo receptor de onda corta, el 24 de diciembre de 1986, por Uza Nork, de ascendencia tailandesa, residente en Singapur por permiso especial)

Misteriosas desapariciones anuales
   "Cada año desaparecen miles de personas", me dijo el comisario, como si estuviera leyéndome una aburrida crónica sobre finanzas. Levantó un poco la vista de su periódico, desde su silla hundida en el escritorio enmarañado de basura; y señaló un muro de la habitación. Había un cartel de avisos.
   El cartelón estaba empapelado, violentamente quizá, de deformes papeles fotocopiados, de recortes de diarios, de cartones de leche, de tarjetas postales y de hojas arrancadas de la guía telefónica: "¿Ha visto a esta persona?", ¡caray! eran miles, miles de personas desaparecidas.
   A unos metros estaba un suboficial con una vieja y ruidosa máquina de escribir, cuyos teclados parecían pedales oxidados. Parecía copiar incansable montañas de notas con sus dedos puntiagudos; fuera de cualquier noción de su entorno. Nosotros ni nadie existíamos para su mente.
   El comisario me dijo que anotara mis datos, que se los pasaría a su suboficial para el registro policial y que me llamarían si tuvieran alguna novedad.
   Le pregunté qué estaba sucediendo, me enunció de forma rápida, como si me leyera una pequeña esquela de las cosas que mamá quería que le comprara en el almacén: terrorismo, deudas, fracasos, post comunismo, abducciones, fama... Me fijé mejor y vi que en realidad me estaba leyendo un papelito pegado al borde de su escritorio, cerca de las rodillas. Entonces desistí de preguntarle si ya habían podido resolver algún caso.
   Me alejé lentamente hacia la puerta, de espaldas. El comisario seguía leyendo, su ayudante seguía en su universo taquigráfico. Sentí que llegaba otra persona a reportar lo mismo. Salí corriendo entre la gente de afuera.
   Fue así como desaparecieron para siempre todos mis compañeros de colegio durante una excursión guiada en la Expo anual de Mariano Roque Alonso. Hasta hoy.

La muerte impuntual  *
   De alguna manera supuso su muerte, la presintió, más que sospecharla, la confirmó antes de que sucediera. La calculó con precisión, e incluso descubrió la fecha, hora, minuto, momento, en qué forma, dónde. Entonces, no hizo sino esperarla.
   Pero la Muerte falló. No acudió a la cita. Simplemente no fue a visitarlo, y tampoco le dejó recado alguno. Y así esperó en vano por cinco años. La muerte falló, no él. Sus cálculos fueron exactos. Quizá la Muerte se arrepintió, y decidió a último momento prolongarle la vida. Entonces, la Muerte sería más susceptible de lo que ningún ser vivo jamás imaginó. La Muerte tenía el poder de decisión. No se guiaba por un mero influjo de algo así como el destino. La vida de los hombres estaba en manos de una Muerte a veces indecisa, a veces falluta, a veces olvidadiza, aunque generalmente implacable. La Muerte podía ser caprichosa, pero si no le cortaba la cabeza a uno, se la cortaba a otro. Siempre trabajaba. Nadie vive por mérito propio, sino porque la Muerte se lo permite. La vida depende de la muerte.
   Quizá se equivocó de dirección, y se llevó a alguien con su mismo nombre. Entonces, pasados los cinco años, decidió volver a hacer el cálculo, partiendo de cero. Una vez más descubrió la fecha, hora, minuto, lugar y cómo, exactos de su muerte, y se sentó a esperar. Pasaron otros cinco años, y ella no apareció, otra vez, y sin dejar aviso alguno. Entonces, agarrándose de los pelos, desafiándola a los gritos, tardó unos minutos en calmarse y sentarse a reiniciar todos sus cálculos. Nuevamente llegó a la misma conclusión, muy parecida a las dos anteriores. No podía fallar ahora. Y se sentó a esperar.
   Sólo que esta vez se hartó mucho antes. No llegó al año de espera cuando decidió que todo eso era una tontería absoluta. Incluso se convenció de que la Muerte no deseaba buscarlo, definitivamente, o al menos por ahora. Pasó más de diez años esperándola, y se había olvidado de vivir. Fue ahí que se dio cuenta de que en realidad había estado muerto por diez años y un poco más. Entonces, se tomó una buena ducha caliente, se vistió, cenó en abundancia y decidió darse un paseo por la ciudad. Apenas salió del edificio, cruzó la calle y lo atropelló un camión.
   En sus apuntes revueltos en la mesa del comedor, pudimos confirmar que se había equivocado sólo por un día: el 17 no caía un miércoles sino un martes, que fue cuando murió, creyendo que era el 16. Había olvidado cambiar el calendario.
Valmon
* escritor inédito invitado

© CMGO 2000 - Ideas irreproducibles
Todas estas ideas pertenecen a un grupo de células cerebrales de una misma persona (excepto la obra de 'Valmon', "La muerte impuntual", págs. 51-52).
En honor a las neuronas ya muertas.

El asesino de la antena
   —Señor, ya llegó Scotland Yard.
   —Bah, esos excéntricos estarán tomando té.
   —¿Cómo lo supo? Están en el Raspoutine en este instante. Con bailarinas jóvenes y cócteles inéditos.
   —¿Qué tenemos nosotros?
   —Bueno, anoche el asesino atacó en el Hótel de Sens, en Quai Des Celestins; esta vez fue un escritor inmigrante, un tal Charles Giménez, nadie relevante... Suma siete víctimas, incluidos Jean-Michel Jarré y Alfredo Crillon.
   —Eh, ¿quién rayos es Alfredo Crillon?
   —Un trapecista. Tenía un show este sábado en el teatro Moulin Rouge. Pero ahora está muerto.
   —Mmm... ¿El último? ¿Fue en el Sens, dijiste? —Claude asintió con la cabeza— Pásame el plano de la ciudad.
   Claude lo hizo. El Inspector revisó el mapa un momento.
   —¡Ya lo tengo! Pronto, Claude, tómate un taxi rumbo a De La Croix Nivert; busca un edificio de seis pisos que esté a oscuras. Sube hasta el quinto piso, camina hasta el final del pasillo, hasta un ventanal, cuenta hasta tres, gira media vuelta y vacía tu revólver. ¿Entendiste? Yo te sigo.
   Claude asintió, con tremendo gesto de asombro.
   —¿Ya?, el Nivert, el hotel, quinto piso, final del pasillo, contar hasta tres y ¡PUM! Ahora, ¡apresúrate!
   Claude salió pronto de la oficina, caminó hasta la esquina de Rue Raffet, levantó la mano y gritó: "¡Taxi!". El coche se aparcó, Claude subió y ordenó: "¡Urgente!".
   El taxi llegó hasta la Avenida Remusat, cruzó el puente y siguió derecho por Convention unas seis cuadras, luego giró a la derecha, donde Claude bajó. Era De La Croix Nivert. El taxi se fue. La calle estaba desierta, con escasas luces a los lados. Metió la mano en los bolsillos de su abrigo -era otoño- y caminó. Quince minutos después se detuvo frente a un sombrío edificio, ninguna de sus ventanas parecía iluminada. Empujó la puerta de vidrios empolvados. El viejo portero dormía en la receptoría. Cerca se abría la puerta del ascensor. Claude subió y presionó el botón 5. Subió. No tenía musiquillas.
   Clink. Se abrió la puerta y apareció un pasillo alfombrado, largo, semioscuro, bordeado de puertas cerradas sin numerar. El pasillo vacío, con alfombra rojiza. La única iluminación venía de un enorme ventanal mugriento en el extremo contrario. Claude suspiró y se deslizó con cuidado. Se escuchaba de lejos el tránsito de Vaugirard, y gritos, y perros, y ruidos. Todos tan lejanos. Se detuvo a 20 centímetros del extenso bloque de cristal. 20 minutos después. Su aliento lo rasguñaba. Nada raro. Silencioso y oscurecido.
   ¡De pronto! Un taxi atropelló la vereda de la fachada y alguien salió corriendo hacia el interior del hotel. Claude asomó un poco para ver la escena. Abrió los ojos, estiró la mano a su arma, pero alguien lo tomó del hombro derecho, con fuerza. Mientras gritaba en una sacudida insuficiente, de su pecho, a la altura del corazón, brotaba una pequeña esfera metálica que crecía y dolía; angustioso. Y luego fue soltado. Claude cayó lentamente, infinitamente, en un giro. Cuando su rostro pegó la áspera alfombra, su arma pudo disparar un tiro hacia el pasillo, donde apenas alcanzaba a ver un pie veloz era arrastrado dentro de la oscuridad. Pero una puerta se abría y un grito ininteligible llenaba el ambiente.
   La puerta del ascensor se abrió y gritó "¡Claude! ¡Oh, no! ¿Estás bien?", corrió hasta él, lo tomó de la cabeza y era el Inspector.
   "¡Maldito! Te atraparé, aunque sea lo último que haga", bramó con la mirada al techo y el puño apretado.
   40 minutos después, en el Centre Hospitalier Ste. Anne (fue curioso, el St. Joseph estaba más cerca del atentado), un policía, un tal Blanc, explicó que el arma del crimen correspondía a la antena de televisión robada en setiembre pasado del pico de la Torre Eiffel. El caso fue cerrado al día siguiente. Por una simple razón.

Pretensiones de salario para el futuro
El cajero no sonríe, sentado en el supermercado
Es la calle, que te devuelve el correo
La plaza pública, hasta los síntomas de pocos tornillos
No digas más, es hora de morirse de mí
Mientras las cosas abstractas se hacen reales
y caen sobre nosotros
Triste, triste, tristeza en las manos muertas
Yo camino en la escena del accidente
soy el invitado secreto
Lo siento, me perdí fuera de cualquier esperanza
¿necesitas todo un mundo para no verme?
Aunque baje del viento sólo para besarte
con el cielo púrpura,
quebrado de ramas secas,
brazos de árboles enterrados
No quiero vivir dentro del teléfono inalámbrico
no quiero ser un órgano interno del microondas
quiero ver a los coches marchar detrás de los sonidos que caen de sus espaldas
y los dientes que deciden suicidarse, saltando de la boca
más la mujer que desaparece dentro del aire
El escritor asesinando a sus personajes realistas
sí, todos los héroes de la televisión son empleados psicópatas del Gobierno
¿Y si los ateos tuvieran razón?
¿Si Dios estuviera equivocado?
No sé, esa respuesta me fascina
te responde a ti,
Bienvenidos a Swazilandia, población: 961.638 habitantes
Debes hacer cartas como ésta antes de ocho días y repartir 24 copias
a cambio recibirás sorpresas muy agradables,
por más imposibles que parezcan.
Si no lo haces, morirás
Vendrá un narcotraficante a tu hamaca y te leerá su libro favorito
Punto aparte.
Hablemos de mi suscripción al oxígeno
¿Has respirado tu parte del día?
Será mejor que aplastes más cucarachas,
porque el aire se termina
Mira: azúcar cristal, grasa vegetal hidrogenada, soro de

leche en polvo
Mi familia me envía a buscar medio litro de agua,
el aire se infesta de hongos dentro de la iglesia,
el puente se cae y mucha gente muere ahogada
Espera un momento, me dice mi amor que no sabe que la amo
Espera al inspector, que las palomas están por eructar
Se llama rabia urbana,
es apetecible si el sueño quema los ojos
En ejemplar triplicado, con seudónimo de firma
Critiquemos al Presidente, que se depila las piernas para no quedar calvo
Critiquemos así, en ejemplar triplicado, con seudónimo de firma
se escuchan tiros en la selva,
la selva ahogada de mariguana, de agentes de la DEA
si la selva de los campesinos pobres, de los nativos desnutridos
de los árboles amputados por la motosierra capitalista
todo mal,
es el amor,
el amor deja rasguños
y el corazón siente la presión de las hamburguesas y los cigarrillos (aunque no)
y la mirada pierde brillo,
y MTV propone ritmos asquerosos
no hay rima,
es un invento para cobrar más impuestos federales
Mientras el albañil se corta las uñas bajo la ducha libre
ese conejo ensangrentado que se arrastra por el jardín
rodeado de perros salvajes con sus dientes desenfrenados
estoy seguro que es un duende disfrazado,
que roba los periódicos
Hablaba del cajero que no sonreía,
días después enloqueció
juntó a tres desconocidos y asaltaron el supermercado, en dos minutos
lo recuerdo,
porque los recuerdos llegan para despedirse
Yo no maldigo,
porque esto no es un tributo,
es un calendario casero, sin meses, sólo días
el diseñador de moda que perfecciona el nivel de vida de los africanos
o la estación espacial que se derrumba por escasez de recursos
Hablemos de Microsoft,
y su complot para robarnos la licuadora portátil
Si mi abuelo tuviera ruedas,
¿yo sería bicicleta? (chiste viejo, sexy)
Yo pasearía en las calles de China,
sería mi propio imperio
Es tarde para estar en la Tierra,
es tarde para ir a la fiesta
Hoy volví a sentirme abatido,
te vi los ojos y me destrocé un rato
me sentí tan lejos de ti, qué basura
imaginaba acariciar tu pelo en mi rostro, un rato
me senté en el fondo,
creo que odiaría que me ames
En el mundo condenado hay dos o tres que detestan tu opinión
"Soy latino", "Soy cristiano", "Soy abogado", "Soy ..." (complete la frase)
Parece que todos aprendieron a hablar, en la década de los 90
Epa, quizá ese Premio X estará en manos manchadas de saliva (los premios son un signo de fracaso en la lucha contra el ego)
O el editor de la comedia estará sufriendo un ataque
cardiaco, solo en el ascensor
¡Hey!
¿La revolución cultural no es letra 'ñ' suprimida del alfabeto?
El ñandú come un ñaque de ñame, hasta que un ñiquiñaque ñu lo asusta
y la ñaña se enoja por esa ñoñez, era un sueño, un niño de dos años
Soy joven (ser joven es un estúpido ideal que obsequian),
somos una generación sin guerras mundiales
ni depresiones económicas,
todo quedó reducido a un ritmo individual
Miss Sarajevo recibe un ramo de rosas,
ella es bonita
En tanto por CNN comparan con Hitler a cualquier líder antiimperialista
Es día de campo,
los dinosaurios están calentitos y crujientes
observa, las focas no saben aplaudir
por eso les rompen la cabeza, hay que aprender
Es domingo,
la misa no,
mejor el fútbol entre proletarios, y la violencia espiritual
Hablemos de las guerrillas, de los paramilitares, del ejército traicionero
Pongámonos la remera con la efigie del Che, mejor no,
qué absurdo, hay que destruir todo, no ideas
Subamos a una canoa y desviemos el curso rumbo a Miami, soy latino, (qué mierda, soy una silla, un pie, un mosquito)
Quisiera besarte por primera vez,
nunca he besado a nadie
Podría abrazarte y dibujar tu sonrisa con mis labios
Sabes, tu pulso crecería, y lo sentirías contagiándose en mi piel
Esa línea invisible que absorbe tus comisuras deliciosas
Ese brillo en tu mirada que podría congelar el tiempo,
cancelar la historia
Tienes razón, no es fácil la vida en la calle,
¿para qué demonios crearon las calles?
Ahí viene el guapo (el letrado),
cosechando las esquinas
cosechando al ganado,
qué temporada
ahí camina, con su adicción temblando entre sus piernas
El chico que te limpia el parabrisas,
la niña que lleva a su hermanito entre sus brazos
Pedro repartiendo fotocopias: "Somos huérfanos"
Mientras los hijos del Gobierno se zambullen en piscinas de licor ilegal, sexo anormal, dinero lavado, drogas y chicle
se rascan bajo el brazo y luego cambian de canal
Otro que viene a mirar qué clase de luz venden aquí
Otro que le pegan en las nalgas para que comience a vivir
¡Un momento! ¡Lo estamos filmando todo!
De hecho, Penélope lleva una cámara dentro del cráneo
Va mirando por todas partes,
absorbiendo la estrategia de márketing de la Iglesia,
pereciendo en insomnios consumistas, vacíos
aprendiendo a usar su cuerpo como objeto,
Aquel que saluda ante los lentes, (ése)
con su bolsa del supermercado
"Gracias por su compra", deje intoxicar los enlatados
He visto por televisión el terremoto volátil,
tú lo viste también (vos no lo viste, moriste allí)
He visto a esa gente dejar de creer que hay sobrevivientes
Esa desolación tremenda,
ese dolor que se adhiere al alma unipersonal
Despreocupa, la culpa es de Alá, no del Gobierno
profetizan unos imbéciles multimillonarios
Por favor, haz que el fin del mundo no sea tan doloroso
(acaso la generación del 79 debería presenciar el fin de la humanidad) [revisen sus tickets]
(lotería generacional: y el ganador es...)
hazlo, simplemente
que la stripper se cree profeta
pero apenas se vuelve a vestir, ya no interesa
sí, son los intereses creados
Todo esto va a pasar en 1980:
* el descubrimiento de una nueva medicina contra el cáncer
* atentados contra Yaser Arafat
* "algo" que chocará contra la Tierra
* revelarán nuevos cohetes soviéticos en La Habana,
apuntando a Springfields,
al coche rosado de Homero Simpsons
Es el jazz de Armstrong: "The wonderful's life"
es el cómico italiano: "La vita é bela"
es un cineasta cubano: "La vida es silbar"
la vida es lo que sucede
¿por qué tanto esfuerzo por ponerle reglas?
El jueves la he visto,
pero me gustaban los días miércoles
No sé cuánto puede durar el amor
¿cuánto puede durar el amor?
no sé, llevo mi sufrimiento silencioso y te digo que está todo bien
pero tarde, muy tarde,
caerá la lluvia desconocida que te regrese de todas partes
y de ningún lugar
cuando tu perfume,
y la fe que se desgasta en la radio
La acción neurológica disminuye
¿No es aquel el anciano que recitaba versos al revés?
Arroz al abad y daba la zorrA
Amor atrapa o aparta romA
Asir a la risA
ReconoceR
Lo siento no speek english
tampoco los indios conjugar verbos
El Llanero Solitario no entender lo que yo decir,
no saber distinguir,
sólo poder responder: ¿qué?
Masacrando políticos a tortazos de almidón
Es que todos los personajes de las cajas de cereales son estrellas punk, yeah!!!
Resuelve la ecuación: sen0º + 3cos60º + 2x1/2 - 4tg60º
Sino intenta alimentar a una esposa y ocho hijos con el salario mínimo
Sino ponte un pasamontañas en la cara y múdate a la selva de Lacandona, o donde sea que sea
Si la historia fuera traducida a otros idiomas,
¿Los japoneses hubieran lanzado la bomba atómica sobre Chicago y Las Vegas?
Si la Tercera Guerra Mundial empezara el 2 de enero del 2004,
¿desperdiciarían una millonaria ojiva nuclear sobre América Latina o África?
No suena poético
no suena ácido
no suena por que está escrito
Anarquía en el taxi
rebelión en la guía telefónica
19844891 es la cifra capicúa
y PG, apto para todo público (casi)
Los árboles son lágrimas del suelo,
el suelo es una forma de caminar
sin cursos de conducta para un duelo
ni calendarios eróticos que admirar
Admito que tiendo a plagiarme
Admito que pienso mucho en ella       (10)
que me invade una incertidumbre        (09)
que no me animo a hablarle de amor   (09)
¿Y si hoy te dijera que te amo?           (09)
¿Me besarías por consuelo?                (09)
Esperando en vano por ti                    (08
Esperando verte feliz                           (08)
Muy triste por mis sueños,                  (07)
desilusionado,                                     (06)
yo, muriéndome,                                 (05)
sin ti, solo,                                           (04)
oscuro                                                 (03)
triste,                                                   (02)
chau.                                                    (01)
El olor a campos de frutillas francesas,
los cerdos descansando en la laguna azul,
el periodista codeándose con la nobleza,
bromeando sobre el hemisferio sur,
riendo de las vías de desarrollo;
otra copa de champagne para el Tío Sam,
quien juega golf en 18 hoyos,
quien aspira sus estimulantes y roba monedas al ciego pobre, y luego lo apuñala por diversión
El muro, el bloqueo, el río Bravo
el horóscopo, la moda, el glamour
el té, Greenpeace y el test de personalidad
* Ud. encuentra un millón de dólares dentro de correo sentimental...
   a. Llama a sus amigos para organizar una fiesta extraña
   b. Dona el dinero a una secta, influenciado por su ministro
   c. Hace un concierto por la liberación del Tíbet
   d. Planea hacer turismo sexual en Tailandia
   e. Financia a los indios para recuperar sus territorios e independizarse
Cualquier respuesta forma parte de intereses creados,
integra los delirios de una sociedad filosa
encierra los deseos reprimidos por la falta de dinero
   f. Decide estudiar un curso de bonsai a distancia
   g. Otros
Decide que Argentina es un istmo de la Corona británica
Que Surinam no aparezca en el mapa
Liechtenstein, tampoco
Mira, es el cartero cruzando la zona de exclusión
mira otra vez, ya no está
Las cartas son novelas desenterradas
la industria de la estampilla
hasta el cofre al final del arco iris
Es Elvis que sale de su escondite
y decide demandar a todos sus imitadores
Es mi título de propiedad de un lote marciano
El último beso, como si fuera esta noche
el accidente entre dos Fusca modelo 76
Es idiota

los disquetes y el virus de la gripe inmortal
Uno, dos, tres... Fibonacci= seis
La fuente Helvetica hasta la guarania, bien
Un poco de diáspora surrealista,
un poco de sentarse a pensar (sin sentido)
01) Yo soy la puerta, la cu-
02) -na de algunas ideas, una mane-
03) -ra inexistente para atro-
04) -pellar a transeúntes, cuyas capa-
05) -cidades, deberían ser-
06) las de buenos malabares y ser-
07) -vir para algo más que
08) estudiar arqueología y
09) sólo satisfacer a unos tiranos-
10) -aurios con sus huesos en el museo.
Instrucciones de vuelo
el sentido de los números impares
prueba, Sweet Home Vía Láctea
prueba, Mr. John tosiendo de tuberculosis
diseñando planetas sobre el lienzo oscuro
siendo sarcástico con su propia saliva
aplastando plastilina para crear muros
recortando papel glasé para las atalayas
tapando con moco todas las salidas
—Espera, ¿del techo te olvidas?
—Es cierto, es que ya me iba
—Entonces esperas que yo lo consiga
—No te quejes, me debes la vida
—Tal vez, pero apenas me das migas
—¡Qué! Ahora me pedirás una amiga
—Si no es tanto, y rebozar la barriga
Después Adán se quedó buscando ese techo
puso nombre a unos cuantos animales, más
y vagó 40 años por el desierto;
el Edén apenas es un oasis breve,
una laguna transcripta y dos palmeras de contrabando.
Dime, ¿qué se siente besar al viento?
a alguien que sólo existe para ti.
¿Qué se siente verme bajar del viento?
abrazarte y besarte un instante breve
desaparecer luego,
desaparecer en tu imaginación.
Cómo se ve el mundo sin mí,
¿se estarán riendo, ya sin mí?
Dime, ¿ya contaste cuántas neuronas te quedan?
¿cuántas se te murieron mientras dormías?
¿Ya has probado ver televisión y no dormir?
¿Eh?
Desde las sombras al mundo se le ven las cartas
podría hacerte señas para que puedas ganar
Dime, ¿qué se siente mirar desde la popa?
Ver cómo el puerto se aleja sobre el mar
¿Qué tal la cura para el aneurisma?
Dicen que sabe a pollo, ¿sabe a pollo?
¿Qué tal mi voz en tu mente?
¿Te ha respondido el psicoanalista que soy yo?
Dime, ¿qué se siente cuando te miro a los ojos?
¿Qué se siente cuando acaricio tu pelo con la brisa?
Sólo preguntaba.
COpiosa es la lluvia detrás de la puerta ceRRada
el efECTO invernadero: ¿no ES tuyo?
BUENO, pensaba VOLVER A CASA, no
encontrarte DESPUÉS DE tantas horas disecadas
UN minuto
DesearÍA escucharte más fuerte
DESearía darte las GRACIAs por naDa
verte.
(Espacio en blancO)
parecería que Mad Max lo hace por diversión
a veces
riguroso negro, la casa se reserva el derecho de admisión
antología de las ideas del joven manos de tijeras
dark side of the moon (1973)
en algunos lugares no se permite fumar
sin embargo, existen fumadores empedernidos
casi sin quererlo,
a diez mil metros de altitud
no se permite respirar
sí, quien diseñó el universo
así quedaba claro el límite del edén
rubias, flacas y altas
el atornillamiento televisivo
necesidad de pocos comerciales
promociones directas por teléfono
avistamiento de locomotoras espaciales
zurdos que intentan utilizar un abrelatas para diestros.
Pensé que tenía algo mejor qué decir.