jueves, 14 de junio de 2012

para quien para que


¿y qué somos esta mañana?

simplemente consumidores

simplemente difusores

llenando el público

completando la encuesta

la posibilidad de un salario más

otro cliente

otro paciente

otro lector

qué somos en este día

en el gran muro del efemérides

en millones de páginas de olvido

en millones de álbumes de fotografías

repitiendo los pasos del mañana hacia el ayer

siendo el beso pasajero y superficial

entonces qué seremos mañana

otra torta en que se apagan las velas

una pequeña voz para una canción nueva

un instante en la sucesión de propiedades

un voto

un aplauso

un parpadeo





no quiero que mañana sea el límite

que la hora no sea ese límite

que la distancia no sea el límite

que la mente no me permita avanzar

ni que los clavos de mis zapatos me entierren en este lugar

no quiero que el dinero sea el problema

ni el disenso o la necesidad de protestar

que un menú o un mapa me restrinjan

la lluvia o el miedo a la oscuridad

la sensación de inseguridad o de represión

no quiero que ningún alerta me cierre el mar

o que el amor me prohíba amar

ya no quiero que la bomba sea atómica

ni que el sueño se convierta en pesadilla





finalmente incendiaron toda Alaska

los míseros iglús se derritieron todos

los pingüinos y osos polares se quemaron

un niño en la costa encontró un carguero ruso

otro vio miles de delfines moribundos

entre redes rotas y tambores de petróleo

la carretera fronteriza se hunde en el océano

olas enfurecidas cubren el campo y los patios

flotan pedazos de escuelas e iglesias

le prendieron fuego a Siberia

ardió todo el hielo y toda la nieve

las llamas se expandieron a Groenlandia

tras incendiarse Islandia y Finlandia

el aire se siente pesado para respirar

si llueve fuerte no podremos volar

habrá que elevarse por encima de las nubes





cómo pasa el tiempo y se tarda el invierno

la peor tragedia es siempre la que uno vive

desde la pequeña visión del niño que crece

que atraviesa los cumpleaños y las cicatrices

y no se aprende nada en tan poco tiempo

no terminamos nunca de soñar ni de despertarnos

ni de desvestirnos y ya llueve otra vez

no podemos descansar lo suficiente

tampoco caminar tanto con pocos días

cuando la primavera ya cambió a todas las aves

y ya el mar devoró antiguos mares





hoy nos envuelve un fragmento de otoño

que no te sorprenda si ya no soy el mismo

si vuelvo a no querer crecer más

si decido dejar de vivir como ahora

si dejo todo sin decir nada a nadie

en este día desierto y ruidoso

en que el insomnio me ha desplazado a la rutina

solo para organizar fiestas y elegir obsequios

pagar cuentas e inquietarme ante una cena

leyendo letreros de casas que no podré comprar

pero soñando fuerte y ansiosamente

llevándome a paisajes de vacaciones

haciéndote presente





si empezamos a tener miedo

a creer todo lo que dicen las noticias

a dejar de fumar

de beber

de coger

si destilamos el aspecto vulgar de la poesía

no más poder

ni dinero

ni fama

si elegimos a un nuevo Papa

si abandonamos la leche

la carne

la sal

dejando de cosechar y de sembrar

no mas revoluciones

ni arte

si empezamos a votar en blanco

a abandonar todo seguro

sin casarnos y sin tener hijos

no más deudas

ni préstamos

ni alquileres

si empezamos a dejar de aplaudir

a aceptar como mentira toda mentira

a dejar la gasolina

la televisión y los aeropuertos

no más iglesias

ni zares

ni héroes

no mas cáncer

sin prejuicios

ni preconceptos

sin futuros funestos

adiós a las vanidades





(episodio intermediario)





otra vez no tengo nada que decir

lo que debía sentir ya lo sentí

solo me resta negarlo todo

admitir que perdí demasiado

cada época pasó sin efemérides

el trago amargo para dormir

el descubrimiento de un profundo vacío

detrás de las luchas y las ocupaciones

para poder comprar una máscara

para que la nueva moda tenga éxito

y que el que fabrica clavos de ataúd

tenga una solitaria y digna cena

sin pensar en el amor que encierra





no hay alivio

se va la fe

habrá que convivir con el malestar

terminar el día con el mal sabor

con la fractura adentro

saltar los instantes de lucidez

para acecharse en la debilidad

para hundirse en el ardor

habrá que incendiarse prematuramente

convivir con lo que queda

rechazar los sueños nuevos

para mantenerse en la misma noche





la reiteración



centenares de miles de camiones

transportan sellados contenedores de ácido

tras arrasar las calles callejones y carreteras

pueblan centenares de miles de kilómetros

a lo largo de la funesta ribera

donde innumerables embarcaciones

duermen desprolijas