miércoles, 11 de enero de 2012

el pecado del insomnio

después de un largo viaje me acosté a dormir
hay un lejano chirrido de una pesada puerta
el suave ladrido de inciertos perros
dentro de la silenciosa brisa de la ventana
recuerdo que estuve en tu país hace tiempo
el clima no es el mismo ni el espíritu
el río de la sangre es distinto otra vez
vamos volando sobre los viejos pasos
contemplando apenas el resplandor de los nuevos reinos
sueños que huyen como la noche al amanecer
abandonando torpes criaturas bajo su telón
construyendo utopías con los recuerdos


qué te aleja de una chimenea en una noche así
el viento silenciosamente insufla vida a las cortinas
en una casa grande y vieja los crujidos se vuelven voces
las sombras se convierten en rostros y figuras imprecisas
la imaginación te juega con los miedos más profundos
una triste soledad te abraza en esas horas
el pecado del insomnio te apagará la mañana
la mente dormida trocará tu pensamiento en falsos sueños


confías inmensamente en mí
aunque crean que le hablas al aire
escucho tu voz suplicante y muda
sigues convincentemente mis pasos
por más que confundan tu salto al vacío
yo sé que tomarás mi mano
bailaremos en la cuerda más floja
porque me miras de manera directa
aunque piensen que te extravías en el horizonte
yo atesoro tus fantasmales pupilas
la sombra de la nada inspira tu sonrisa
yo no soy el viento que te acaricia