miércoles, 13 de agosto de 2008

Lo peor de uno mismo



Contigo

(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

el pasado que hemos vivido nos pertenece, el otro pasado es nuestra ficción, el frágil cimiento de nuestra historia, que a pesar de las certezas es demasiado vulnerable a caprichos personales, y nuestro pasado es ficción de los demás, es hipótesis en el futuro de viejas humanidades, o es un rasguño en un desierto de arenas movedizas.

Una nube de cuervos ciegos
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

una nube de cuervos ciegos cruza por el ojo de una aguja, que yace anclada en un ojo vidrioso, cada tanto el párpado choca contra el metal, una línea luminosa atraviesa el hueco de la pajarera, alumbra un pedazo de nariz, es el día afuera una ventana quebrada, alrededor de un patio trasero, el abandono es evidente entre las cercas, donde dos cucarachas mastican frutas podridas, no viene nadie a preguntar, la puerta envejece sobre sus bisagras, las ratas están puliendo su hoyo, entre las costillas de un gato electrocutado, hinchado y violeta, la hierba silvestre se enraíza sobre las alfombras, entre sofás carcomidos, entonces vuela una avispa, se posa en un viejo árbol, que pronto se inclina y aplasta la cocina de la casa, despavoridas, vuelvan las moscas ensangrentadas.

La ausencia del fantasma
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

hay una silla blanca frente a la cama, está vacía, no hay miradas, pero la ausencia parece sentarse, entra flotando una brisa extraña, recorre el cuarto con su escalofrío, suelta un susurro, o parece una ilusión, respira suavemente, se acomoda con tranquilidad, no hay nada en esa silla, pero mirando sin querer, con el rabillo del ojo, hay una forma fugaz que toma asiento, una blanca palidez, un espíritu que no se presenta, no dice palabras, quizá un ángel o un terrible fantasma, no me dice, mientras termino de escribir, sentado en esa silla blanca frente a la cama.

Lo peor de uno mismo
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

el deseo penetró en mi corazón, dejé de sentir las raíces del afecto, las emociones de la locura se filtraron a mis venas, un brillo de pasión se desprendió a mi mirada, crecí sobre mis propios escombros con la rabia de la corrupción moral, todas esas intenciones mal engendradas, insatisfechas, los motivos muertos, los desperdicios de la memoria, lo peor de uno mismo es lo que atesoramos, como groserías bien cuidadas de ser pronunciadas, o quizá obscenidades imperdonables, el deseo me libera del resto de nosotros, existe una muralla que cuida a la cotidianeidad de temibles perversiones, y sin embargo esas miradas están observando desde la oscuridad para contaminar a todos los que sean posibles contaminar, cuando ello se sientan los suficientemente protegidos.

Consecuencias de la adicción
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Dejame cerrar los ojos cuando ya estés dormida, esta noche. Sabré pintarte los sueños en las escaleras de una mente introvertida. Porque soy la droga de mi propia mente, que te ve en tus ojos y la luna desciende en tus pupilas con su rostro de ansiedad.
Si me siento en el trono en el centro de mi cráneo, si tomo los controles para moverme como nunca antes, y te vuelvo a ver en la pantalla conectada a los glóbulos oculares; si me desarraigo de los colores para asumir esa inexistencia asesina; si sé que puedo tocar tu mano en el tiempo y luego desintegrarme entre pensamientos rápidos, inusuales.
Ser rápido entre las impresiones conscientes. Idear una estrategia con la punta de los dedos. Caminar a través de la habitación de tus sueños. Convertirme en tu mirada en pocos segundos, luego acelerar la desaparición adictiva entre la multitud destructiva.
Ser una emoción furiosa en medio del ritmo. Bailar sobre la tempestad en su límite de tensión. Conectarme a tu piel para escapar de la persecución química. Escapar de la explosión, antes del sueño, saltando al tren de la realidad prematura. Estremecerte.
Estremecer tus sentidos. Incendiar una tormenta debajo de tus párpados. Estremecer el aire que respiras casi a punto de despertar. Estremecerte. Estremecer tus sueños con mi mente fugaz. Estremecer tu pulso al borde de la locura. Sí, estremecerte por última vez, antes de que vuelvas a abrir los ojos para mí.

Desestimación
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

la vida humana es absurda, todo lo reduce al amor, como causa y respuesta a los conflictos, al padecer de supuestos corazones, desconfío de esa fe de los sentidos, quiero creer que hay algo más, un objeto que se escapa entre las sombras, un algo que no se mezcla con el deseo, con esa ansiedad por besar tu cuello, por respirar el fuego de tus cabellos, un misterio distinto al elixir de tus ojos, quizá una sustancia, una pasión más despiadada que tus besos, algo, algo más ferviente que tus abrazos, que tus palabras ardientes, más sobrenatural que tu cuerpo desesperado, o la angustia por tu ausencia, debe haber algo más, debería, sino mi búsqueda habrá sido inútil.

Uno se va quebrando
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

uno se va quebrando, rompiéndose a pedazos por dentro, miraba por la ventana la tarde lluviosa, extrañando esos futuros felices, pero con cada gota vacía se moría mi corazón, los temores llegaron antes de tiempo, es el paseo por aguas amargas, cuando se termina el crepúsculo y nos perdemos en la oscuridad.

Parpadeo ante el espejo
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

la humedad se posa en el cristal del viejo espejo, una lluvia magnicida cae como rastrillo, los relámpagos hormiguean las tinieblas, sacuden a las casas de inconfesos, el clima es brusco cuando las calles tienen piedras, no se sabe cuántos personajes grotescos brotan en las imágenes del espejo, se mecen entre los parpadeos y tocan los objetos reflejados.

Opinión
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

inesperadamente, en un día cualquiera en el futuro de nuestras vidas, voy a necesitar de tu opinión acerca de mí, no importa si sea buena o negativa, o indiferente, sólo bastará tu mirada preocupada, quizá sucedan muchas cosas y lo que respondas me lleve a cometer equivocaciones.

Ejercicio
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

a veces escribo como si fuera un ejercicio o un falso diario de emociones. no siempre mis textos me parecen satisfactorios. algunos me parecen tan ridículos, como si fueran fantasmas de una adolescencia perdida. quizá deba encontrar un enfoque más espiritual. son sólo palabras, tal vez tampoco sea real la persona que las escribe.

La impresión principal
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

la otra noche me visitaste en sueños, no supe qué decirte de la impresión, era tan difícil decirte lo radiante que estabas, y me sonreías como si yo fuera la felicidad de tu corazón, quizá te haya idealizado demás, paso el día pensando en tu persona, en todas esas casualidades y rutinas que deben suceder antes de que nos volvamos a ver, en cuántas veces deberíamos vernos hasta que te fijes en mí.

Fluída
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

ella fluye como un refrescante río
sobre los campos de mi cuerpo
se desliza mansamente
se deja llevar por los senderos de piel
desciende estrepitosamente en otros sitios
se desprende en arroyos
se arremolina
golpea con energía en riscos escabrosos
su curso no tiene fin.

Juegos sucios
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

estás apostando en juegos sucios
vendiendo el corazón vulnerable
asignando la derrota a cada jugador
abandonándote para crecer en ningún lugar
tu belleza melancólica tiene sabor a venganza
vas acumulando decepciones pasajeras
sembrando tu dolor en un sendero de olvidos
con tu pálida figura tan seductora
sonriendo falsamente en cada abrazo
fingiendo sentimientos que nunca experimentaste
vas por allí con tus ojos tristes
obligándote a no llorar por nadie.

Una presentación
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

lo que debo decirte no llega a mis labios
los ensayos reiterados se confunden y se me olvidan
mi discurso está arrugado en la papelera
el orden de las palabras va rompiéndose en cada instante
veo tu rostro ante mí
tu mirada entregada a mi atención
una dulce sonrisa que me arrebata
mientras voy alejándome de mi valentía
escondiéndome detrás de mis ojos
me muerdo el labio sin darme cuenta
deseando estar sepultado bajo rocas
la eternidad pareciera nacer desde aquí
me preguntas si estoy bien
no sé qué decir
te despides
tampoco sé qué hacer
apenas te vas
comienzo a reprocharme duramente
soñando con una mejor ocasión.

Conmigo
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

siempre estuviste conmigo
desde que existo, un sitio de mi corazón te ha esperado
como la puerta cerrada de una casa que aguarda a su huésped
me lancé a la vida acercándome a ciegas a tus respiros
no siempre ha sido bueno el camino
muchas veces me desvié hacia rumbos destructivos
pero tu ilusión ha permanecido intacta
te conozco en sueños y en un atardecer en que dormía mirando el ocaso
estás conmigo a donde me lleve la locura
o la calma
cruzando entre montañas
perdido en mares
o autobuses
al borde de una carretera
o en la entrada del cine
no importa el color del gobierno
o la distancia del cielo
no interesa el invierno
o la confesión de mis pecados
siempre estarás conmigo
aunque jamás te conozca.

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