From: "Pablo Andres Guareschi"
Subject: Sos malisimo
Date: Thu, 20 Dec 2001 14:40:35 +0000
No podes ser tan malo escribiendo, por favor, me da cosa ver que una persona puede escribir tan mal, no se me da cosa... te juro que me das lastima mucha pena, aprende a escribir, y culturizate un poco, animal, tenes horrores de ortografia, y ademas no tenes tus ideas en claro, no probaste con el canto?, suerte, de alguien que es mejor que vos. ah, por fa no molestes.
From: "Melody Almeyda"
Subject: Re: hola
Date: Tue, 09 Apr 2002 18:37:51 -0400
Hola! Te diré cual es mi opinión de los DISQUE escritores y libretistas de ahora los llamados Escritores entre (COMILLAS)... Mira lo que pasa es que hoy en dia todo es una replica de lo pasado, por que todos son una copia de lo que hubo en el pasodo, pues se es mas facil ser un copion que ser un auténtico original. Mira si te fijas en Cervantes que rompio record con su Don Quijote te daras cuenta que ese si fue un verdadero y original y gran único escritor tan es asi que ese libro a sido catalogado el mas leido despues de la biblia. Y por lo tanto hoy en dia solo lo que existen y aparecen son DISQUE ESCRITORES MEDIOCRES UNA COPIA DEL PASADO.................... BYE BABY
CONCLUSION O MORALEJA ..... NO ERES EL ESCRITOR QUE ESPERABAS, TODABIA TE FALTA MUCHO CAMINO Y AUN NI HAS COMENZADO ........ APENAS COMIENZA A REPETIR PALABRAS USADAS POR OTROS IGUALES QUE TU ........ POBRECITO ...... PERO TE DESEO QUE SIGAS INTENTANDOLO AUNQUE LOS ESCRITORES NO SE HACEN .................................................. NACEN ..................
***
Hipermercado embrujado
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Las vitrinas fueron quebradas a cascotazos,
el estacionamiento luce sucio y florecen hierbas salvajes allí,
la entrada fue tapiada,
por eso ingresamos por un hoyo en la pared;
adentro está oscuro,
apenas un resplandor gris llega del frente;
parte del techo se desmoronó,
todo está cubierto de polvo,
las estantería parecen oxidarse entre telarañas,
algunos frascos cayeron en el pasillo y sus vidrios dispersados,
quizá ratas,
cientos de ratas que se mueven a toda hora
y sacuden la rancia mercancía con sus horribles tamaños;
los mostradores de la carnicería tienen sanguijuelas pegadas,
tampoco escasean los hormigueros y las cucarachas;
de las moscas tan sólo quedan sus larvas enmohecidas,
que agusanan las verduras marchitas y la carne pútrida,
desde luego,
hay un hediondo olor en todas partes,
algunos frascos de leche reventaron dentro del refrigerador;
en la sección de ropas abundan polillas y algunos gatos enfermos,
cuando llegamos a ese sitio todos corrieron asustados,
un nido de vestidos incluía un pedazo sangrante de rata;
el panorama es desolador,
frío testimonio del abandono apresurado,
sólo la juguetería parece en su lugar,
excepto por el juguete maldito.
La mente infernal
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
meses pasados creía verme dentro de mi mente,
era un bibliotecario atrapado en un cuarto apretado,
un pequeño foco colgada del centro del techo
alumbrando tibiamente como una burbuja amarilla,
el rincón aparecía repleto de diversos libros,
apilados de todas formas, tamaños, colores, tomos,
sentado en medio, manoteaba distraídamente entre ellos,
repasaba lecturas inolvidables y otras ya confundidas,
también encontraba muchas nuevas y recientes palabras,
imágenes, ilustraciones, olores y vastas emociones.
#
todo este tiempo me dejé llevar por mi prudencia,
no estaba viendo la ventana enterrada a mi espalda,
abrí la hoja... ¡todo un universo estaba respirando!
montañas bermejas bordeaban el lejano horizonte,
una llanura cicatrizada por cauces de ríos secos
se distorsionaba por las sombras de rocas impuras,
en tanto un humor maligno huía hacia el rojizo cielo:
el infierno deshabitado era en su pleno esplendor.
La paloma sobreviviente
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
¡pobre avecilla!
yace entre los escombros, debilucha y desteñida,
su plumaje, frágil, se desprende al menor soplido,
apenas un suave quejido se escucha en su garganta,
pero ahora está a salvo;
por fin los rescatadores llegaron hasta el sótano
de un edificio demolido por equivocación,
pasaron muchos días,
pero el esfuerzo fue premiado con un sobreviviente inesperado,
una palomita;
los bomberos sonrieron cuando las luces descubrieron su escondite,
donde ha agonizado, ¡pobre avecilla!,
picoteando a unos obreros putrefactos.
La marcha fúnebre
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Dos hileras de majestuosos corceles
arrastraban con brío una tosca carroza,
las cabalgaduras iban sin mayoral,
cruzando el centro de una aldea maldita,
donde un ejército ignominioso sembró fríos crímenes;
las ruedas de la diligencia rozaban los cadáveres,
innumerables miembros descuartizados y putrefactos
cubrían el sendero ensangrentado;
las cenizas de las casas incendiadas
llenaban el aire con una siniestra niebla.
Al paso de la indiferente procesión,
nubes quejosas de cuervos hambrientos
se precipitaban por sorpresa en vuelo,
desapareciendo enseguida detrás de los cuerpos hediondos,
huellas desgarradas de la aniquilación.
Después la diligencia se perdió en el horizonte,
donde se avistaban feroces humaredas
y el quebranto de una muchedumbre
teñía la sombría lejanía.
Sin sorpresas
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Una tenue línea se dibuja en la mejilla de una señorita
al sonreír para la televisión,
canta un farsante y tiene arrugas en los bordes de sus ojos,
he visto libros verdes y paisajes pintados con errores;
muchas personas realizan extrañas vigilias cada vez,
ellas no se conocen ni tienen noción de los demás,
suelen tenderse en sofás o camas, quizá en una simple silla,
el volumen de algo está sintonizado con escaso aturdimiento;
terminamos envidiando a alguien cuya vida no deseamos,
muy a pesar propio, el amor sucede como cualquier accidente,
entregamos el corazón a una persona que nos lo roba,
anotamos direcciones y leemos periódicos del mes anterior,
pudiera un día aparecer alguien y darnos un beso imprevisto,
pero todo es tan imposible cuando es tan fácil que suceda,
lo mejor es no esperar nada ni soñar,
estar en algún lugar donde no importe;
las escenas dramáticas ya no me emocionan ni lloro,
solamente me quedo mirando y espero que pronto termine,
porque todo debe terminar siempre.
Los domingos en el cementerio
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
De nuevo un día tan fastidioso,
deseé huir al fondo del mar,
cerrar los ojos y no tener miedo,
cuánto frío hace en medio de las palabras
que recorren las escaleras alfombradas,
así en las hojas de los árboles
cuando todo el vecindario se ha ido
a visitar a sus muertos,
los domingos en el cementerio
podrían ser días hostiles,
los niños sonríen al correr sobre el césped,
mientras las jovencitas se recuestan encima de panteones,
algunas parejas se acarician dentro de ataúdes,
y el padre de familia podría montar una parrillada
entre un par de cruces desteñidas,
muy pronto alguien hallaría un esqueleto
y uno de los amigos se quedará con un cráneo,
que días después apagará cigarrillos
durante los juegos de naipes o bingo,
entonces el anfitrión podría comentar:
"ese día ha sido repugnante, pero lo recuerdo".
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