jueves, 31 de julio de 2008

El dominio del sueño

Visión sumergida
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Desde cuándo esta visión trágica acecha ante mi mirada,
quién puso este mundo con sus violencias y desamparos,
no hay ninguna respuesta bajo el agua,
la imaginación fluye hacia las calles,
se desborda a través de los cristales ópticos,
los rostros cansados asumen un gesto de terror,
sus falsas alegrías se rompen con las paredes,
siento que un mar oscuro nos está alejando,
rodea los edificios con sus oficinas,
el tendido eléctrico se sumerge,
qué pena que las cosas sean diferentes,
la salvación fue otra mentira,
están ahogados mis deseos.

Presentación II
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Ésta es mi muerte
mi actitud suicida
el deseo de saltar
de borrarme de la lista
ausentarme de las personas
combatir al destino con improvisaciones
veo a mis manos sosteniéndome al mundo
asido a una barra para no caer
para no ser arrasado por la gravedad
todo gira entre nosotros ferozmente
el sol cambia de posición cada día
bosques y ciudades amenazan atropellarnos
veo mis pies siempre al borde
cerca del nudo de la cuerda floja.

Viajantes
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Imagino que me gustas
que tu tristeza es tan bella
que tu hermosura es melancólica
tu rostro refleja el cansancio del viaje,
ellos vinieron de tan lejos
quizá de ningún lugar
descendieron de los carruajes
casi sin ningún equipaje
la tarde parecía mañana
el anochecer se contemplaba invertido
casi no dijiste una palabra
hundida en un sillón de la sala,
yo viajé en un compartimiento solitario
las persianas estuvieron bajas
no quise saber a dónde me dirigía
hemos un encontrado un sitio por casualidad
para participar del juego del destino.

Justificaciones
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Para ella es tan natural ser hermosa y tener éxito en seducir, en cambio yo me veo como una persona utópica, como si fuera un accidente inexplicable, capaz de provocar envidia a otros aunque nadie me preste atención por ser un factor secundario; por eso temo trascender, adquirir algún prestigio que me obligue a contar con argumentos lógicos, necesitaría justificaciones a todo lo que hago, para que mis éxitos no sean un robo y mis fracasos alguna estafa; creo que sería un alivio si ella me rechazara, que dijera que no me ama, porque no sabría qué hacer con mi idea de que soy indigno.

El dominio del sueño
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Puede bastar con un árbol
una pared
o conformarse con el suelo
para apoyarse,
entonces porciones de piel
cubren la realidad
el cuerpo atraviesa la mente
hacia océanos ciegos
no importa cuánto
haya cambiado el mundo
puede convertirse
en una balacera en la selva
o la furia del mar
alrededor de una barca
mientras giran oscuros paisajes
ante un escenario cambiante
en el dominio de latidos
y respiración inconsciente.

Un viajante
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
quisiera detenerme en cualquier parte del camino
que no tiene fin más que para el mío
cuando me sienta cansado,
convertiré el empedrado en mi lecho
el saliente de la vereda en almohada
como un viajante que busca su país en las miradas
que acumula el amor de persona que jamás veré
a través de paisajes que sólo disfrutaré una vez
huyendo de la justicia específica de cada región
pintando mi sombra en anónimos campos
saltando portones abandonados
latiendo en espejismos todavía lejanos
mi corazón pervertido y yo.

Amok
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Es increíble que algo deba fallar en la mente de alguien para percibir el error, alguno por allí va a perder su vida en el intento, mientras que lo mejor de otra persona será sólo un señuelo, llegan ecos de los rituales en el territorio prohibido, una salvaje obsesión despierta en un joven animal, se tensan las cadenas de los rehenes, el aire se llena de ilusiones mágicas, de quebrados y almas humeantes, vi en el sol los ojos de los tiempos, hay una angustia recorriendo entre los testigos, un depredador invisible olfateando a su presa, un charco de sangre en las manos para atraer al dios de la furia, la ofrenda que busca deshacerse de la vida, la danza diabólica de los espectros deformes, esa música sin músicos que nos pervierte, nos convierte en parte de una ceremonia de demencias sobrenaturales.

Señales
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
llegan señales de otra parte
son débiles transmisiones que no significan nada
llegan desde el otro lado de una ciudad
cruzando una montaña, detrás del bosque
desde un territorio que no pertenece
atraviesan las voces
un cielo de ruidos y suspiros
entre las grietas, los gritos
la música y la desesperación
todas estas cosas desaparecen
nos quedamos destrozados
me quedo sin tocar tu mano
cuando debe haber alguien
que desea decir algo importante
aunque en realidad no signifique nada.

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