miércoles, 9 de julio de 2008

El año que perdí completamente la conciencia

El año que perdí completamente la conciencia
(Carlos Miguel Gimenez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
la ventana se derrite
la realidad entra fuera de foco
se desestabilizan las alas del ventilador
es aquí donde me quiebro
llueven tormentas sobre mí
el paracaidista jamás tocó el suelo
en cambio llovieron bebederos y letreros de neón
siguen allí, incrustados en las calles
el baile lento de mi mano
escogiendo la escena para abandonar el escenario
el vestuario para el fuego
el sabor del lápiz labial para el beso
el final de la cuerda viene del alma
algo se soltó del futuro que no sabemos.

Los actores
(Carlos Miguel Gimenez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
ojalá sea cierta la inmortalidad del alma
así podría seguir amándote en la eternidad
en esta temporada puede que sólo me toque verte pocas veces
en la siguiente cita existencial podría besarte
en otra tal vez hasta nos casemos
o inscribamos una tragedia inolvidable
qué haríamos sin cuerpos aguardando en la nada
imagino que repasamos siglos y reímos
nos formulamos los próximos papeles mundanos
preparemos otro romance desde esa inmaterialidad
como los actores que suspiran detrás del bastidor.

Tatuaje
(Carlos Miguel Gimenez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
si sos un ángel que olvidó su misión?
vi en tu espalda el tatuaje de alas
el leve dibujo sobre una vértebra
como aprendiz del vuelo celestial
los serafines deben extrañarte en sus lechos
si al venir al mundo te volviste en demonio?
tu cuerpo lleva infiernos que me hacen sospechar
si te empujaron desde la cumbre en un juego?
eso explicaría tu repentina aparición
el golpe que tuvo mi vida al verte
no sé de cuál fantasía viniste a mí
acaricio tus alas suaves e invisibles
me remontas contigo en un vuelo
placenteramente divino.

Todo ensangrentado
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Terminé todo ensangrentado por dentro
pero no lo recuerdo
ni dónde sucedió la noche
sólo estos pies que manan huellas
pisadas revertidas que llevan a la intriga
una voz poderosa me despertó ayer
pensé, aunque fue en vano
miré en la ventana al paraíso en llamas
me encontré desterrado entre las sombras
como una forma ensangrentada sin forma.

Desembarcadero
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
la brisa de la mañana golpea los muros como animal herido
como un escozor que araña cristales, desflora umbrales
impunemente aterroriza el vacío del muelle
con sus tablas goteando el aceite criminal
bajo el umbrío purgatorio del puente
mil corchos flotan en la mancha repugnante
con peces destripados
garzas quebradas
y cachorros asfixiados
la gota de sangre infecta los cortes sumergidos
como un barco hundido surca la bahía.

Esta noche
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
¿Y si fuera esta noche?
Qué me llevaría del mundo en los ojos
cuál visión querría sellar en mis pupilas
sabría pronunciar las palabras definitivas
y si tu mano no estuviera a mi alcance
si no hubieran más lágrimas ni tristezas
tan sólo un indiferente silencio
o si mirar atrás pudiera quebrantarme
todo lo escrito sería una equivocación
lo expresado se derrumbaría de pronto
el corazón se apagaría con amargo sabor;
tu figura se nublaría en mi mente
habrá alguna ventana abierta
no, no podré escapar
ni esta noche ni ninguna.

Corrupción
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
No tenía una idea clara
la ciudad entraba por la ventana
y cortaba un pedazo de cama
donde reposaban tus pies
la noticias son abrumadoras
crecen las humaredas sobre los edificios
inundan las calles
nace el escombro reciente
coches abandonados con sus puertas abiertas
una sirena omnipresente e inútil
temblaban las paredes
vibraban unas monedas sobre la mesa
la corrupción nos consumía
nos entregábamos a sus puertas
no apuñalamos a nadie en la noche
nuestro grito no hirió a los muertos
en qué nos volvimos.

Estragos
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
A dónde fueron las familias felices
en qué quedaron todos los tratos
la ciudad aparece completamente demolida
los estragos de la guerra son evidentes
edificios de huecas fachadas
ventanas rotas, llenas de escombros
calles desoladas
mutiladas por los derrumbamientos
no existen postes ni publicidad
no quedan árboles ni transporte público
esta inmensidad de cemento quebrado
de cenizas polvo y ausencia
a dónde fueron los enamorados
las futuras escuelas
los posibles apellidos
no queda nada a mis pies.

Ordinario
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Me arde el corazón
Fue arrancada la espina
Que envenenaba
La ilusión
De un amor ordinario
No dormí
Y me dejé llevar
Por las perversiones
El daño
Me ha vuelto cruel
La oscuridad me vence
Si el aire se llena de tormenta
El agua se agita con violencia
Y en derredor se torna tenebroso
Es que murió un latido
Hoy tampoco valió la pena.

Ya no te quiero
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Toco madera, nos tocan
La punta de la oreja, en derredor
Como únicos sobrevivientes, aferrados
Al solitario asiento del siniestro
La violencia de los aparatos, huesos
Intactos, quizá la conciencia
Del caos tarde en enfocarse
Un tanque vacío, una baraja
La oportunidad de superar las vallas
En la cínica carrera del reloj
Que no debe llegar a cero
Ni la mecha o el participante
En el accidente, en el amor
La fortuna.

Carta
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Pensaba escribir una carta
Irme a esperar un instante
Detrás de las ventanas
Donde el atardecer palidecía
Sin actos ni evocaciones
Antes que prendiera el dolor en los huesos
O las decepciones acusaran al sueño
El emblema de un tiempo confuso
Porque me mata esa imagen
Tan cadenciosa, sus manos en mí
Tomándome con el abrazo repentino
“Quiero besarte”, escribo
Pero es inútil escribir.

Orilla
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
De pie ante el mar
Enfrentando la vasta soledad
Al viento el inconsistente deseo
El mundo cerrado de conversaciones
La frontera abstracta de la mirada
Como un espejo traspasado
(Sangra los reflejos falsamente)
Un exilio hacia lo más profundo
Cediendo al ensangrentado veneno
Huyendo de la superficie del cielo
No espero nada para mí.

Porvenir
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Sigue lloviendo dentro de la noche
Es el mismo rumor a través del tiempo
Despertando esa melancolía sin sueño
Aquí pudo haber sido el paraíso
Bajo las casas y las autopistas
Nos metíamos en el seno del bosque
Con pies descalzos entre árboles del cielo
La luz nos bañaba cruzando el rumor
De las hojas y el viento en idílico letargo
Tu sonrisa despertaba un sendero
En el rumbo de un manantial secreto
Cómo podíamos pensar que terminaría…
Tu piel me guió a una nueva fantasía
Éramos parte de una dimensión extraña
Enredados en un abrazo caíamos al suelo
Bajo la luna aprendimos a besar
Ninguna angustia arruinaba las mañanas
Bailábamos la lluvia del atardecer
Ninguno creía que ello perecería.

Sudestada
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
La veo venir mañana
Los camiones derribados a los lados
Las llamas corriendo junto a la carretera
Las olas crepitando contra muros y cercas
Nubes gigantes navegando con furia
Se quitó el color de los ojos
Meció sus cabellos en vientos fugitivos
Sus labios iban pronunciando el escalofrío
Completamente cambiada en su manera de sentir
La ropa tendida se prendía en los ramajes
Los tejados sembraban lápidas en el patio
Una canción silbaba en la penumbra
Se iban volando los besos y los olvidos.

Sospecha
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
En tu casa se dan cuenta de que me gustás
Cuando te beso las comisuras descuidadamente
Poso la mano sobre tu hombro desnudo
Cuando te sentás frente a mí
Tus miradas me empalagan la sangre
Una ansiedad silenciosa envuelve mi pecho
Si tus pies me tocan bajo la mesa
(o el roce de tu codo en una sala oscura)
me sonreís cómplicemente, o eso creo
se me helan las palabras cuando debería hablarte
cuando tendría que robarte en un abrazo
estoy seguro que saben que me atraés tanto
aunque sos la más joven y te protegen, supongo.

Sed nocturna
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Voy a soñar el futuro
Yo mil veces nadie
Serán tus ojos amarillos
En pie en un cuarto distinto
Mi personalidad lo va a envenenar
Lo que sienta será angustia
Pero tu voz me deja sangrando
El cielo es otra vez púrpura
Despierto con los ojos cerrados
Con un vaso aferrado en la mano
Siento la soledad bajo la ropa
(la muralla caerá un día
desnudando la vida desconocida)
estaré allí hasta el final
aguardando la marca en la roca
que mi nombre quede en tus labios.

La barbarie
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Nuevas almas despiertan en este instante
Se bañan en el sueño de la materia
Beben del lenguaje estéril
Para poseer cada objeto
Para trocar el símbolo en herramienta
Pero cada última palabra que viven
Se escribe en la novela de la memoria
Habrán los que no reconozcan el soplo mortal
Un crimen indefinido que siega impulsos
O el pánico de la multitud en zozobra
Luchando a ciegas rumbo al pozo.

Los amantes
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Nadie sabe exactamente cómo surge
Si nacemos con ese instante dentro
¿de verdad aparece una sola vez?
Te había deseado desde la primera mirada
Sin saberlo realmente, nada
Con un gesto el vestido cayó a tus pies
Nos dolía mirarnos, sin poder evitarlo
Tus ojos intimidatorios; tu cuerpo, dócil
Esa piel que esperaba mis manos
Ansiábamos ese dolor nuevo y mutuo
Que quedaría en uno de los dos para siempre
Herida abierta a un mundo nunca sentido
poseyéndonos como nadie volvería a hacerlo
una ciudad invisible penetrando por la ventana
o la cortina alta sacudida por el calor
que apenas nos distanciaba de afuera
que daríamos cuenta sólo al recordar.

Tarde
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Pudiera estar en cualquier lugar
Haber nacido mil años atrás
O muerto mil años más tarde
Mudo en la noche del barco
Herido sobre las manos del escombro
Mirándome en una vidriera
O ante un espejo oxidado
Cayendo por dentro o despertando
Perdido en una multitud
En la furia de la batalla
Con los pies en la arena
Con las manos cubriendo la mirada
Una madrugada por encima del frío
Viendo avanzar al olvido
Pero encuentro tus ojos
En el primer día que te enamoras.

Lágrimas tibias
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
La lluvia no nos reconoce
Es indiferente a nuestros instantes
Aún cuando sea el fondo más perfecto
Estaba allí cuando no hubo respuesta
El primer día en que te perdí para siempre
También antes, cuando empecé a perderme
Cruzabas la calle con tu sonrisa intacta
Años después, en una madrugada
Cuando me dolía recordar sin querer
Se quebró un relámpago sobre la calle
Llenando a esta tristeza de fulgores
Ahora no llueve, todavía es temprano.

Armisticio
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Ahora que estás lejos y cambiaste
¿Se siente el amor en las venas?
Si yo amo los árboles, la mañana, la calle
A los perdidos, el jueves y la indiferencia
Pero no me amo a mí mismo
Bailé contigo en una época fría
Tu mano cortaba el viento en la ventana
Sin saber lo que estabas pensando
La madrugada alza otro desfallecimiento
Y las semanas se acumulan en el pecho
La mala sangre no nos deja aceptarlo
Tu voz se iba cortando en la línea
¿nos atrevimos demasiado? ¿o tan poco?
Es una mañana poblada de ausencia
Si el corazón no murió tanto
Habrá siempre un beso esperando.

Voyeur
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
no te podía escuchar en ese momento
en que tu cuerpo me rozaba
no podía tomar tu mano siquiera
apretados en derredor como estábamos
no te estaba viendo tampoco
observaba a una pareja besarse
verla a ella cerrando sus ojos
inmovilizados en una pose delicada
qué excitante contemplarlos
ninguna agitación los perturbaba
desaparecíamos todos de repente
quedábamos acá vos y yo
y la distancia entre nuestros labios.

Las figuras
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
es mentira que mis demonios terminan en el papel
no puede ser
porque a todas esas bestias las abandono en tu cama
y los aplastamos con mil movimientos
de nuestros cuerpos embriagados de infiernos
ni es cierto que yo te ame
si la pasión nos consume
aunque vaguemos de hotel en hotel
que nos aceche una terrible sensualidad
sin que podamos cruzarnos cinco palabras
qué sucede con lo que quisimos alguna vez
que se arrincona en una esfera de luz
y no tiene nada que ver con el placer
nuestras sombras trazan tantos caprichos
contra las escudriñadoras paredes.

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