martes, 30 de marzo de 2010

La sala de recuperación



“Milk It”

(Nirvana, 1993)

I am my own parasite
I don't need a host to live
We feed off of each other
We can share our endorphins

Doll Steak!
Test Meat!

Look on the bright side, suicide
Lost eyesight I'm on your side
Angel left wing, right wing, broken wing
Lack of iron and/or sleeping

I own my own pet virus
I get to pet and name her
Her milk is my shit
My shit is her milk

Test meat!
Doll steak!

Look on the bright side, suicide
Lost eyesight I'm on your side
Angel left wing, right wing, broken wing
Lack of iron and/or sleeping

Doll Steak!
Test meat!

Look on the bright side, suicide
Lost eyesight I'm on your side
Angel left wing, right wing, broken wing
Lack of iron and/or sleeping

Protector of the kennel
Ecto-plasma, Ecto-skeletal
Obituary birthday
Your scent is still here in my place of recovery!


"Ordéñela"
(Nirvana, 1993)

Soy mi propio parásito
No necesito a un anfitrión vivir
Alimentamos apagado de uno a
Podemos compartir nuestros endorphins

¡Filete de la muñeca!
¡Pruebe la carne!

Mire en las partes positivas, suicidio
Vista perdida estoy en su lado
Izquierda del ángel, la derecha, ala rota
Carencia del hierro y/o de dormir

I poseer mi propio virus del animal doméstico
Consigo acariciarla y nombrar
Su leche es mi mierda
Mi mierda es su leche

¡Pruebe la carne!
¡Filete de la muñeca!

Mire en las partes positivas, suicidio
Vista perdida estoy en su lado
Izquierda del ángel, la derecha, ala rota
Carencia del hierro y/o de dormir

¡Filete de la muñeca!
¡Pruebe la carne!

Mire en las partes positivas, suicidio
Vista perdida estoy en su lado
Izquierda del ángel, la derecha, ala rota
Carencia del hierro y/o de dormir

Protector de la perrera
Ecto-plasma, Ecto-esquelética
Cumpleaños del obituario
¡Su olor todavía está aquí en mi lugar de la recuperación!


La sala de recuperación
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
De: "Acido entre las albondigas" (1999)

Yo soy mi enfermedad. Soy el virus criminal que lame la infección de mis talones. Y lo que te enferma está frente a tus ojos, es lo que envenena tu corazón con cada latido, es lo que mantiene unidos los huesos del cráneo. Pero, ¿quién acusa de suicidio a la muerte natural? La autopsia no reconoce al asesino, y se escapa por mis narices. Ahora podría dejar el cadáver en el suelo y ser parte del enemigo, de la muerte que desprecian los muertos. Luego llamar a insectos, y nacen del aire atómico y comen su parte, y la mía.
Mientras el aliento se atora entre las caries puntiagudas. Y el desconocido trata de convencer de que no es médico. Aunque lo fuera no valdría. Después sus huesos quedarían también sobre el plato, en el centro de la mesa, con los utensilios sin usar.

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