lunes, 26 de noviembre de 2007

PARAISOS CARNALES

“sex is violent... sex is violent... sex is violent...”
Jane's Addiction – “Ted, Just Admit It”
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El lugar indicado en el momento menos oportuno

x
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
La imagen solitaria:
Un rincón vacío del patio de comidas,
Sección fumadores, abandonada...
Las sillas cabecean inmóviles a la mesa,
Hay penumbra amarilla, silencio leopardo,
Un cenicero limpio en el centro,
Un extinguidor de incendios probables,
A la izquierda el interruptor intacto,
Es una prisión secreta de arquitectura,
Un pasadizo para ocultarse pronto,
Paredes cruzadas en el color amarillo,
Pisos brillantes, pero de lumbres distantes,
No se ve, pero está allí, para siempre.

y
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
El lujo es una sensación tan fría,
Un amplio espacio de sombras artificiales,
Una chimenea apagada y quemada,
De negros ladrillos sin piel,
Unas alfombras gruesas, opacas,
Paredes decoradas de retratos congelados,
Adornos misteriosos, deshabitados,
Lucecillas débiles, clavadas en el techo,
Unos sofás en el desierto de cosas,
Engordados de telares ilustrados,
Bordeando a una mesita de vidrio,
Libre de grasosas huellas digitales.

z
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Soleado día en la mitad de la nada,
una llanura desértica sin confines,
cortada por la tijera del viento caliente,
enorme cielo despejado, pesado aire,
derretidos los horizontes imprecisos,
cadáveres de yerbas marchitas,
espinas resecadas entre el polvo amarillento,
inesperado cercado emergiendo nítido,
una alambrada oxidada, abandonada,
fila de postes viejos, carcomidos,
con alambres de púas aflojados,
la hilera viene y sigue simplemente,
sin precisarse su origen ni destino,
el suelo se resquebraja,
la erosión asienta su reino desolador.

aa
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
La ribera del río debilitado,
sus negras aguas se arrastran apenas,
la profundidad es misteriosa aún,
la pendiente está poblada de matas,
arbolillos jóvenes con hojas pardas
se inclinan y se agitan en cadena,
en la otra costa, no distante,
otro paisaje crece aislado,
un suelo sepultado por lodo,
lodo oculto por altas plantas,
fuertes tallos amarillos,
largos pétalos de verde pálido,
que se mecen con amargura,
todo por culpa del viento,
que no puede huir nunca más.

ab
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Los camalotes verduscos flotan quietos,
se apiñan y juntan sus hojas rígidas,
una porción de tierra húmeda brilla
en medio de la oscura lagunilla,
un claro se abre paso entre las plantas,
y el sol besa la piel del agua gris,
a cierta distancia tan próxima
una carretera flota vacía,
se extiende con vista panorámica,
secuestrada entre largas plantaciones,
cañaverales altos y profusos,
cerrados para los intrusos.

ac
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
El fino sendero de arena
cruza el monte de silencio espectral,
unos árboles en medio del camino,
bajan sus ramas y estorban sus hojas,
la bifurcación clandestina aparece,
y el callejón derecho es breve,
se notan pocos rastros en su vía,
se cuela entre los matorrales
para callar en un borde del río,
un rebozado trozo de mar,
que se mueve espeso, tan lento,
un viejo sauce hunde sus llantos
entre los cabellos del agua ensombrecida,
se agita en una danza muda, soberbia,
la brisa calma sale de los rincones,
mientras los pequeños remolinos
giran tan fugaces y delineados,
sólo un murmullo dejan caer.

ad
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
La avenida solitaria en momentos de la madrugada,
Una senda infinita capturaba por cierta niebla,
Con las luces anaranjadas entre la fila de árboles,
Una pertinaz llovizna trajo su frío rocío
Sobre el pavimento azul,
Parece un siglo perdido flotando del suelo,
una imagen postal oxidada y triste,
el silencio se cuela entre las casas apagadas,
que apenas se escuchan las crispaciones ardientes
en el centro de la Tierra, apenas, a lo lejos,
mientras el cielo se muestra blindado,
cerrado por profundas nubes de la noche.

ae
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
La vieja lancha flotando en el muelle,
El viento sigue el curso del río
Y llega hasta el puente,
Donde deja su voz para nadie,
Pequeñas olas crecen al borde del bote,
El agua se agita como espigas de trigo,
Una pequeña ramita viene lentamente,
Semi hundida, arrastrada por impulsos,
La superficie parece electrizada,
Con escamas de terciopelo,
En una playa próxima
El oleaje estampa su largo nombre,
Pero lo reescribe de nuevo,
La arena mojada brilla
Cual si fuera una tersa piel,
La tarde se va derritiendo,
Los domingos pasan rápido
Cerca del desierto de un río.

af
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
Bajo el puente pasan cosas extraordinarias,
Dos caminos se reúnen, de repente,
Y la vieja madera cruje sus huesos,
No hay parapetos, sí tablas sueltas,
Clavos que huyen de sus posiciones,
Y huecos para mirar debajo,
Un arroyo fluye fuera del mundo,
Entona su canto ensimismado,
Allá, en la sombra del puente olvidado,
Palpitan su éxito las bolsas de basura,
Trozos de cualquier cosa surgen,
Se entregan entre plantaciones húmedas,
Camalotes desteñidos, algas contagiosas,
Todo aquello que se quedó en el pasado,
La duración del día es distinta allí,
Luego una víbora asoma y se va.

ag
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
El río de la lluvia busca volver,
Cruza por la calle sin destino,
Se acomoda en los surcos del empedrado,
Roza las veredas, busca alcantarillas,
Sigue su curso hacia abajo,
Pequeñas gotas saltan
Desde la punta de las hojas,
Mares imposibles llegan a formarse,
Resplandecen a pocas cuadras,
Los charcos se ahogan de cielo,
Fluye el agua a través del tiempo,
Utiliza todos los escondites,
Luego se evapora.

ah
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
El barranco cae,
En su cima un deforme sendero
Sigue a lo largo,
Grupos de cebollas reposan
En costados perdidos,
Entre malezas imperfectas,
Una escalera de desechos
Florece en una cara,
Al otro lado una torre,
Un circular silo,
Sus paredes parecen eternizadas,
Con ladrillos marrones,
Una puerta de hierro
Está anclada en el barro endurecido,
Adentro el vacío se refugia,
Arriba, el techo
es una porción magnífica del cielo.

ai
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]
junto a una carretera de poco uso,
se sostiene en el olvido del campo vacío
un viejo cartel publicitario,
con sus chapas oxidadas y borrosas,
tormentas pasadas desfiguraron
la pintura y texturas,
no queda mensaje comprensivo,
maderas podridas soportan
el peso del decadente letrero,
enredadas por carnívoras plantas,
el solitario panorama lleno de malezas,
a lo lejos permite una visión:
elevadas torres de alta tensión,
ancladas entre nubes grises,
como gigantes moribundos,
abandonados por el tiempo.

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