lunes, 26 de noviembre de 2007

Fotografiando decepciones


Fotografiando decepciones

(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

La niña recuesta la cabeza contra el cristal de la ventana
está tan aburrida, su boca se abre leve y ella flota
con su mirada perdida a miles de kilómetros
cruza sus manos y se congela, mirando perdida
el paso del vecindario a través del automóvil
ya está harta de los viajes al aeropuerto,
de ir y venir, recorrer el mundo con su familia,
todas esas empresas internacionales de su padre,
se siente tan pequeña y fracasada, allí sola
todo el silencio gira alrededor de su mente,
mientras en la vereda sigue corriendo un hombre,
portando un gran incendio sobre su espalda,
corre el hombrecillo desesperado, tan apurado
extiende las manos, apresurado por llegar a tiempo
hasta la parada del autobús en la esquina
donde espera el autobús listo para partir, partirse
en un segundo la última llamada de atención

La Pasarela deteriorada
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

El río se agita en remolinos frenéticos
debajo del puente de madera podrida
los tablones crujen y amenazan caerse
mientras allá abajo flotan rastros
de cientos de vidas esperando en orillas
peces que levantan la vista hacia el cielo
bolsas de basura que navegan lejos
Si arrojo una roca podría llegar hasta el mar

La luna sobre la ciudad negra
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

La melancólica ciudad se va apagando con la tarde,
con sus altos edificios amarillos de ojos cerrados,
edificios que reposan pesadamente entre cientos de personas grises,
empujadas éstas de los rincones de las calles por sombras tristes
----- No mires más abajo o se arruinará
De repente ella aparece como una luna hermosa
con su mirada encendida, fugaz
y sus pequeñas manos se agitan
cerca de su cuerpo, una melodiosa luz,
alcanzo a robarle una sonrisa,
a saborear ese pequeño gesto de sus comisuras
consigo de su boquita el brillo de sus dientes,
es cuando sus cabellos solares la irradian
y convierten su rostro en un escenario mágico
y a mí me convierte en único espectador
de tan exquisita representación de la belleza.
La ciudad se apaga y las paredes se cierran
pero ella me ha arrebatado
y ya no estoy detrás de mis ojos,
estoy en Francia, París.
----- se arruinó

La tristeza infinita
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Está llorando detrás del ropero,
una lágrima cae en su pálida mejilla
y el murmullo suave se va deslizando
a través de la inmensa casa vacía,
las paredes frías y húmedas no responden
al diminuto llanto abandonado,
y las tinieblas se dispersan en el aire,
la maleza traspone el umbral,
la brisa trae diminutas hojas secas,
sacude las sábanas sobre los muebles
y al polvo de la extensa escalera,
despertando de sueños al hollín de la chimenea,
una ventana estalla un golpazo
que se pierde entre los tronadores gritos
de la terrible tempestad crucificada en el cielo,
el aguacero se precipita silenciosamente
como una perturbación fantasmal
... es una agonía infinita y es eterna.

Los malditos desgraciados bastardos
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Los forajidos huyen por el patio trasero,
el viento de su huida ha cerrado la puerta tras de sí;
ellos se sumergen entre los arbustos de la noche,
escapan de las luces de las velas y emiten gritos endemoniados mientras corren,
se dispersan por el campo oscuro y profuso,
con sus miradas desquiciadas y sus sonrisas asquerosas,
malditos desgraciados bastardos;
escapan como ratas piojosas,
se creen parte de un rejuntado exitoso,
envalentonados fumadores de mal tabaco,
huyen los psicópatas apresurados,
alucinados por sus actos nauseabundos,
huyen como siempre huyen,
dejando atrás a sus pobres víctimas,
atrapadas en una miserable pesadumbre,
ajadas sus almas en un inmensurable dolor.

La crueldad de las cosas
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Un pequeño sentimiento siento por ti,
yo que te veo pasar tan lejos con tus flores
y no puedo pasar el portón al paraíso
custodiado por bravos perros del fracaso
porque siento sus mordeduras en los brazos
y me desangro en penas inútiles
arrojado en un baldío de espinas y abrojos
luego la noche me hoya con sus fríos pies
hasta que tu sol en el Este me despierta,
escucho tus pasos tan cercanos,
tomo un impulso y en pie me pongo
entonces tu mirada ardiente me conmociona
y el roce de tu mejor beso me toca
y duele más que las mordeduras, las espinas y la fría noche

La melancolía del vago momento
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Cómo mucho tiempo pasa en derredor
como una lluvia de instantes
entre las sombras solitarias y grises
mientras estoy cayendo dentro de mí
en un mar de niebla fría
cómo deseo que envíes tu pequeña voz
a través de la distancia
desde alguna roca arrojada en el pasado
desearía escuchar tu palabra triste
como una soga que baja del cielo
como un descarriado enviado de Dios
caminando por una calle de madrugada
leyendo algún titular entre papeles viejos
buscando una noticia entre tantas injusticias
el camino para escapar lejos de aquí
cómo deseo que envíes tu pequeña voz
a mi mente, a mi oscura habitación
mientras estoy cerrando los ojos
y me duermo por primera vez

El abanderado de los humildes
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Está ese pobre señor agazapado sobre una mesa,
no puede quedarse quieto en un solo sitio,
siempre está ideando planes, maquinando ideas,
organizando rifas, buscando donaciones,
construyendo manifestaciones
se lo ve detrás de los escenarios
junto al fuego de un tambor
empujando un carrito de buhonero
siempre está hablando con sindicalistas
persiguiendo perros con rabia
podando la maleza de la carretera
de lunes a viernes está con carga en el lomo
estibando en la ribera
con una pala, cargando la arena de la playa
sudando con los verduleros la gota gorda
con un palo, fustigando viejas alfombras
o cuidando coches ajenos en la plaza
este señor está imprimiendo camisetas
dando esperanzas a tanta gente miserable
erradicando la disentería de los arrabales
parece incansable, de noche no duerme
de día no come, pero cocina para los niños callejeros
reparte pan en el mercado
muele carne en los bares populares
siempre está todo transpirado
llama al sacerdote por teléfono
le pide alguna bendición para la escuela rural
también llama a los periodistas
para decirles que todo sale de su corazón
que se siente muy bien con su pueblo
que su bolsillo está abierto al desempleado
su casa está abierta para el campesino triste
toma la azada y abre un surco donde se erigirá una capilla
alcanza una palangana para fregar la cuneta
son cientos de actividades solidarias
Luego llegan las elecciones y gana su lista
ahora el pobre señor se esconde detrás de un escritorio
toma una calculadora y mide el presupuesto
decide restar fondos al hospital
decide disminuir el plantel de maestros
le llama por teléfono a un operador político
le consigue un empleo en la Hacienda
ordena a la policía aporrear a cualquier marcha
con el meñique levantado, bebe su copa de champagne
mientras mira desde el balcón de su residencia
los infinitos campos de su propiedad
resguardados por patrullas de perros y cámaras secretas
este señor llama al chofer de su limosina
y sale a pasear por los burdeles de lujo
se emborracha y se sostiene en senos juveniles
mientras cuentas chistes estúpidos
es el gran abanderado de los malos chistes

Masticando carne joven
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

El destino ensarta su tenedor en mi espalda
me arranca del suelo que camino
y me conduce a la boca del infortunio
donde me atrapan los dientes de la frustración,
me mastican como un terrible bocado,
rechinan mis huesos y fluye el meollo,
luego soy escupido con saliva apestosa,
paseo por el tétrico aire lentamente
hasta chocar contra el duro muro del futuro
y rodar pegajosamente por su superficie
soy un inservible trozo de carne
atrapado en una fétida sustancia

Explicación alternativa
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

[... y después me pregunto
de dónde saco
semejantes ideas,
pero no sé.
Luego respiro
otra bocanada más
de aire]

Historia de una bala
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Los dedos de dinamita escarban la tierra
y se arrojan los mineros tras los brillos
como cuervos que merodean el arado
los metales llenan baldes y viajan
conocen el fuego y son pulidos
pequeños trozos son construidos
e impregnados por una marca registrada
son embalados en cajitas y viajan
ocupan vitrinas aseguradas, esperan
Una tarde un ebrio sale a la calle,
celebra su maldita euforia
librando a proyectiles de su quietud
la velocidad empuja a las balas enloquecidas
pero una sola basta
para encontrar la carne inoportuna;
la gota de acero es detenida
en un sobre de plástico
viaja
y termina en cualquier museo policial
Pero son tantas las balas y destinos

Clase Alta para arriba
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

El aroma de Embarras du choix
entre tus brazos largos y finos
que me abrazan, dulce corazón,
con tu rostro blanco y precioso
rozando mi mejilla,
tu cabello rubio y sedoso
rodeándome el pecho
en la tarde tan sofisticada,
mi queridísima ojitos celestes,
tan pequeña y tan fantástica
tu pulso se irradia en mi espalda,
mientras, soñolientos, juntos
dormimos el ocaso de la tarde naranja,
mi infinita angelita rosa,
mientras la tarde se deshace de sí misma
a través de los campos de golf
del césped perfecto del inmenso patio
que rodea a la mansión castellana
y yo me muero en tu aroma febril,
y el agua se muere en la piscina,
la gran piscina robada del mar,
tan calma y eléctricamente
en este sueño juvenil infinito,
tus manos sobre las mías,
tus manos de terciopelo puro,
mi adorada niña de sonrisa rosa,
qué cielo nos atrapa abrazados,
yo abrazado por ti,
un cielo inmenso de champagne,
con escaleras de plata y satén,
no sé para qué te digo,
no te digo nada, mejor
que tu aliento mudo,
navegando tu boquita entreabierta,
me da hambre de besos,
allí, asombrados por el espíritu
de cientos de estatuas de mármol,
dispersadas por el dedo de una lluvia,
de un capricho de un mal decorador
de patios millonarios,
así que sigo sintiendo tu pequeño pecho
y tu mejilla divina
y tus comisuras con su aroma a niña,
lejos del lejano campo de golf
del amor al dinero
de la pasión por las riquezas
o el aprecio hacia lujo,
en esta tarde diseñada para magnates
de la revista Fortunas,
yo, un pobre diablo
encerrado entre tus brazos de heredera,
con mi cuna en casa de adobe,
y mis pasos en zapatos hambrientos,
y tú, y tú, que bella estás,
respirando cerca de mi boca,
de mi mirada melancólica,
abrazado a tu abrazo,
a tu frágil cuerpo,
a tu única dicha entre incontables tesoros,
viajes, idiomas, billetes, bancos,
siento tu ciego amor juvenil,
y yo siento tanto pesar,
pensando yo en cosas tristes,
gente sin techo, niños sin pan
calles sin paz, mentes sin paz
coqueteando yo tu aprecio interminable,
tu mirada desde el cielo,
compadeciéndome mi alma pobre,
tú que naciste en hospital caro,
estudiaste en institutos exclusivos,
bailaste en fiestas suntuosas
y rechazaste tantos amores
tanta superficialidad
para escogerme a mí,
perdido una tarde como ésta,
en la calle, primero
luego en tus ojos, robados del cielo,
yo, coqueteando con la clase alta
con tus sentimientos de clase alta,
yo, que elegí el rumbo perdedor
y me pierdo

Los nuevos escritores jóvenes
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Todas esas cosas del futuro,
las experiencias tecnológicas,
fantasías y decepciones virtuales,
el derecho a un abogado y el mercado de autos usados,
influyen en un no sé qué,
de no sé qué de nada;
la sentencia del crítico,
el puntaje del 1 al 5 del periodista defraudado por su propia ineptitud,
los falsos brindis en bibliotecas hasta las reuniones con discoteca intervienen de alguna manera en quién sabe cuál sentimiento,
en cuál expresión anglosajona;
todas esas palabras por el suelo,
esas reglas de márketing,
la depresión autoprovocada,
la vibrante falta de talento,
los trabalenguas colectivos trazan mapas de bits y booms,
alimentan a artistas de etiqueta y este libro se terminó de imprimir en la gran editorial de España;
entonces se definen generaciones,
se fusilan a los poetas con poesía,
se venden libros todavía sin escribir,
hasta se firman ruidosos contratos con aburridas ropas deportivas,
todo por nada más que nada,
lo que casualmente conduce a derrochar malos chistes y literatura y malos intentos de no intentar nada nuevo ni nada bello.

La sequía más larga del año
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

una brisa llega desde mi sueño,
fatídico sueño desértico,
y se acuesta sobre el pastizal,
apoya la cabeza sobre las espigas,
qué fatídico calor desértico,
la pesadez del aire,
lleno de soles ardientes
como yemas en aceite hirviente,
reparte de su canasta,
cual grises flores de pastizal,
los bostezos tan cansinos,
aburridos,
la brisa agita su cama seca,
mueve las sábanas sudorosas,
y mis ojos se irritan de polvo,
qué sueño desértico,
bostezo un aire pesado,
luego desciendo hasta la sensual cama
de tantos pastos secos,
la brisa provocativa y ardiente
me estira del brazo
y caigo con mi sofocante sueño,
muerto de pesado sueño,
de sed cansadora y desértica

Naufragantes en Guadalcanal
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

La inmensa calma del mar, un domingo por la mañana,
la arena húmeda reposa ante el sol liviano
los horizontes de cielo y mar juntan sus labios azules
es un día tan perfecto y el silencio es sonido,
la brisa se mece entre las palmeras tan frescas
La isla se llama poema y reina un eterno aroma
mientras tus manos navegan en pequeños círculos,
con tus ojos cerrados sueñas que estás feliz,
recostada en la orilla, con tu piel de arena,
tus labios flotan, rojizos, y me estremezco
eres esmeralda pura, acariciada por suaves olas
diminutas, llegan, y recortan tu figura resplandeciente
y respiras con un ritmo quieto y sueñas tan alto
Qué belleza, al verte, tendida en la playa brillante
El cielo está libre de aviones de guerra,
ya terminaron las batallas en tierra adentro
Es delicioso volver a encontrarte, mi querida Paz.

Los días que paso sin ti me deprimen horriblemente
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Al terminar la jornada me siento tan decepcionado,
me duelen los ojos y suspiro con tanta tristeza,
me miro al espejo, luego camino al anochecer
por pequeñas calles vacías, sin rumbo definido,
voy en busca de tu pequeña voz.
huelo en la noche tus mejillas sonrosadas,
siento tus sonrisas latiendo tan cerca
en las aceras, gatos callejeros, basureros urbanos.
escucho tu nombre en los labios de mendigos,
miro en los charcos y pesco tu sombra frágil
tus manos han rozado viejos afiches de circo,
ceñidos en postes de una esquina abandonada
me alegra perseguirte con ansia, mi bella inspiración
eres mi musa de madrugada, te busco y me hallas.

El último minuto de vida en Chernobyl
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

En tus ojos encontré a la mujer que buscaba
todos los días te veía, verte ir y venir
pero ahora te encontré, en tus ojos tristes,
tu semblante está tan pálido de amor,
sueltas tu pelo, estás inclinada sobre mí
Qué hermosa es tu tristeza, nena, eres tú
estoy pintado sobre el frío pavimento
mientras la ciudad sigue en llamas,
el viento envenenado mece tu largo pelo
tus dedos reposan sobre mi pecho herido
y me besas con tus labios tan tristes
es así que te encontré realmente
ya no me dejes, bésame para siempre
mientras las sirenas retumban alarmantes,
los escombros caen de todas partes,
la ciudad se quiebra
ya no hay más nada qué hacer

Espectros ensangrentados
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Luego de muchos días, el poeta concibió una idea nueva, tituló su obra como "Espectros ensangrentados", y esto fue lo que escribió:

La ventana estaba abierta, el viento venía
las luces de las velas descendieron al mínimo
la habitación se cubrió de sombras monstruosas
y la oscuridad mayor fue la cabeza quieta
del escritor concentrado en su mesa
frente a la hoja en blanco, lápiz en mano
esperando en el segundo piso de un hotel
al borde de un barranco con vista al vacío
mientras la noche abría su ojo siniestro,
observaba ese cuarto miserable, iluminado
en las elevadas vigilias, un puntillo luminoso
El poeta esperaba el momento, el instante
esa oportunidad que trae el silencio
las frutas de la imaginación solitaria
Se escucharon los pasos aterradores
ya estaban caminando por las paredes exteriores
estaban escalando hasta la ventana abierta
de pronto emergieron de ese cuadro inquietante
aparecieron todos ellos, los peores espectros
estaban parados en medio del cuarto
mirando al poeta con sus ojos desorbitados
se acercaron con sus manos ensangrentadas
y las posaron fuertemente sobre la hoja
En ese momento el poeta escribió,
luego de muchos días

Fugarse de este abismo
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Viajar tan lejos como sea posible.
Llegar hasta rincones inalcanzables.
Mirar el camino de más adelante.
Huir del resto del mundo.
Escapar de los censos mundiales.
No deberle dinero a nadie.
Caminar a través del campo.
Saltar las cercas espinosas.
Pisotear propiedades privadas.
Embarrarse en suelo extranjero.
Ya no ser prisionero de ningún gobierno.
Ser libre,
vivir sin diplomas.
Ser desalojado del sistema
...Mejor no,
tampoco vale la pena.

Descripción de mi talento
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Soy un personaje vacío y triste
soy tan invisible para tus ojos
como un libro que nadie ha leído
el sueño que nadie ha soñado
la felicidad que nadie ha vivido
la esperanza que nunca ha existido
es que tengo tanto miedo
voy refugiándome en las sombras
escapando de tus palabras dormidas
oculto mi corazón,
no quiero volver a perderme
nadie sabe cuáles sentimientos abrigo
soy tan inexpresivo
porque me debilita esta fortaleza:
mi mente brillante

El fin de semana en Ita Koty
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Un recuerdo puro viene de tan lejos
de una tarde de fin de semana
desde un rincón inexistente
cerca de un arroyo en el bosque
cuando estaban todos felices
danzando la música alegre
sonriendo, bajo la sombra
estaban sacando fotografías
jugando en la arena, también
el picnic de los veraneantes
había tantos amores y besos
el cielo anaranjado, definitivo
entonces me acerqué a la orilla
miré mi rostro en el agua
y me pregunté una estupidez
sobre las bombas atómicas
que pueden rasgar la belleza,
cualquier sueño de los niños,
arrasar planetas paradisiacos
saqué otra fotografía más
y también me sentí decepcionado

algo
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

"Cadena agradable, preferible a la libertad"
Cupido, en Orfeo y Eurídice, de Calzabigi.


Mi fortaleza está cayendo a pedazos
estoy siendo llevado por el río
donde me paraba con firme indiferencia
las lágrimas me llenan los ojos
hasta mis pesadillas se vuelven dulces sueños
me está atando esa pasión indescifrable
estoy encontrándome en nuevos espejos
mi vida se alza al viento y te busca
porque hay algo en tu sonrisa atrapante
tu voz tan dulce que me llama de lejos
desde el mar bajo la claridad de la luna
y tus manos me saludan con anhelo
ya no resisto a mi corazón secreto
tu amor me aprisiona con sumo placer
y me libera de la cárcel de mi propio yo

Un recuerdo puro en medio del desastre
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

El siguiente instante se encuentra perdido
Una alfombra sucia cuelga del alambrado,
el pasto sigue creciendo, llena la calle
pero todavía hay tristes noches lluviosas
y los empedrados brillan como estrellas
Estaban las personas en situaciones
que no comprendía hasta hoy
vi sus caras camufladas, tan pronto
Viajando estaba en el sitio inoportuno
y las ventanillas estallaban con lentitud
Asomé para sacar otra fotografía:
estaban huyendo con las manos alzadas,
desparramando zapatos por el camino,
personas desgraciadas ocultas tras las mesas
y arriba una pequeña nube solitaria
que me hizo recordar algo tan bonito
pero ahora estoy lejos, estoy decepcionado

Una situación habitual
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Qué horrores se yerguen dentro de mí
es indescriptible el ansia criminal
que me atrapa y siento que soy peligroso,
estoy escondido detrás de mis ojos
esperando el momento para asaltar,
para sacudir tu maldito corazón
Deseo estar ahora allí dentro,
conocer todas tus intimidades
deseo destruirte, aniquilarlo todo
porque no puedo seguir de esta forma
te amo tanto que tanto te odio
no puedo levantarme, siento escalofríos
no siento ningún otro sabor, enloquezco
¡demonios!, necesito hacer algo urgente
dejar de caer en este abismo hacia ti
quisiera ocultarme en el infierno
sólo el sufrimiento podría salvarme
del fuego de tu excesiva ternura
mi temor consiste en mí mismo
soy el peor de los obstáculos
es irremediable, estoy condenado

Yo soy lo mejor
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Estoy corriendo hacia mí
dentro del negro túnel de mi mente
se oyen los ecos de pasos frenéticos
Calma, falta poco, volveré a ser yo
de nuevo seré tan feliz conmigo mismo
reconstruiré el muro a mi alrededor
esta vez nada hará que salga otra vez
nadie se acercará más a herirme
sus palabras de amor no las oiré
toda su hipocresía no llegará a mi vista
me abrazaré y lloraré por mi retorno
mi hijo pródigo es mi espejo,
un loco aventurero que salió a arriesgarse
conoció el mundo, probó todas las sensaciones
pero ahora estás de regreso
haré una fiesta, porque soy yo, al fin!

La despedida del western
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Estaba ella sentada sola, esperando
miraba su cabello que se agitaba lento
es la ciega melodía de una brisa furtiva
y ella cerró la ventana, de repente
No podía ver su rostro, estaba lejos
sólo observaba su figura quieta,
atrapada entre tantos asientos vacíos
Recordé haber leído esto antes,
pero aquí era otra cosa, estoy seguro
afuera el sol iluminaba el andén
con una pesada luz, como nunca
y sorprendía el viento con silbidos
entre las tejas de una caseta desteñida
miré el reloj, mientras todo se desvanecía
fui encendiendo la máquina, por última vez
el ferrocarril se arrastraba con melancolía
mientras el pueblito abandonado se iba,
desaparecía entre cerros, se hundía en la tierra

Resumen de mi vida (*)
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Estoy alejado de las caricias,
no bebo de la rosa copa de los besos,
no soy engalanado por abrazos apasionados,
ni descienden a mí las miradas brillantes,
es un soledad de palabras la mía
(*) no es autobiográfico.

Lujuria de ojos azules
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Veo tus ojos azules y me hundo en ellos. Me dan ganas de besarte apasionadamente. Nunca antes besé a nadie de ojos azules, y en tus ojos hay una seductora tristeza. Cada vez te tengo más cerca, me estoy hundiendo en tus ojos de mar. Como el náufrago que siempre regresa al desafío de las profundidades. Es tanto el deseo, la tentación e inapreciable es el saludo del pecado, ahora que te tengo entre mis brazos, y me consume el fuego de la juventud.

Crisis de madrugada
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Cada noche cuando tengo que volver al sitio,
al universo paralelo de sueños neuróticos,
cuando cierro los ojos,
cuando duermo contra mi voluntad
vuelve a mí la voz de todas las noches
una voz terrible que me perturba
que me dice cosas que me destrozan
mi alma sufre en un rincón de la habitación
y es inmensa la oscuridad en derredor
pero es más horrorosa la temible sombra,
que secretamente se mueve en el aire
y suelta sus palabras ardientes a mis oídos
una legión de voces invade mis sueños
el temor y la desesperación vienen aquí
mi mente excitada seduce a crueles ideas
la fiebre me consume, la enajenación

El secreto mejor guardado de la fama
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Me cuesta tanto enamorarme
no puedo compartir mi soledad
cuando miro a espejos siniestros
mi imagen se muestra alejada
hace tiempo que me mudé de sitio
vivo en instantes del futuro
pero a donde voy no existo todavía
ni mi corazón soporta el viaje
abandoné todos mis sentimientos
dentro de una cajita de cobre
y una mañana nublada
paseé por la playa desierta
luego arrojé mi vida al mar
así que nunca volví a saber
mientras el oleaje retornaba
junto a mis pies, borrando huellas
mis secretos están ahogados ahora
ya no podrás descubrirme

( )
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Oscuros sueños que no recuerdo me vigilan
ahora que tengo más amigos, tan solo me siento
atrapado infinitamente en hoteles que no terminan
luces apagadas, frío y terror, pobres sentimientos
De niño nadie se sentaba a mi lado
vagaba como espectro leve en el cementerio
Unas avispas iban y venían a un panteón olvidado
un ataúd semi abierto era su vasto imperio
estoy desaparecido, ya que nadie me busca
me aguijonean la piel, son cientos
los insectos excitados por la miel y la sangre

Un sitio favorito para gente decepcionada
(Carlos Miguel Giménez O.) [cmgo1979@yahoo.com]

Las elevadas cumbres de montañas oscuras
se agitan en demencial silencio
detrás de nieblas pesadas y ardientes,
pequeños árboles quemados sitian las faldas
mientras cantos aturdidores flotan en el aire
de un cielo gris, perpetuado por nubes criminales
así que la claridad es condenada y prohibida
El sitio es visitado por sangrientos demonios
que acuden solitarios con sus almas de dolor
se sientan sobre rocas ásperas, calcinadas
ponen sus manos sobre sus rostros crueles
y lloran desesperadamente largas horas
Éste es el paraíso de lo sombrío y la muerte
un mundo alejado de fantasías felices,
es donde me gustaría quedarme para siempre
escribiendo poemas desdichados y malditos.

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