el mar golpea despreocupadamente la base de cemento
pedazos de camalotes se despedazan entre las olas
siempre fluyendo como pasajeros desorientados
los pescadores se aburren tomando sol mientras esperan
muy lejos un barco cuece su perfil enigmático
el sol de mediodía se fragmenta en un lienzo onírico
pareciera que nada importa fuera de las oficinas
que los impuestos se pierden irreparablemente
en tanto más barcos asoman en el horizonte brillante
las aguas que tocan tambo y regresan a áfrica
mientras enfrente el aeropuerto se agita como un
hormiguero
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