Repuestos
para motos (*)
Cada día soy distinto. Por las noches me
cambian. Deben tener todo un arsenal con millones de mí, uno para cada día.
Vienen mientras duermo y me desconectan el corazón. Después colocan mi cerebro
en un nuevo cuerpo y con unos golpecitos se inicia la presión arterial y la
late mi nuevo corazón. Supongo que es por eso que siento a veces
incompatibilidad conmigo mismo.
(*) Extraído de la única hoja escrita del
diario personal de Norman F.
La
sombra del Arca
Noé me dijo: "Lo siento, tu especie ya
está a salvo. Pero nos estamos quedando con poco alimento". Sus hijos me
tomaron y luego arrojaron por la borda. Entonces tuve que aprender a respirar
bajo el agua y a dormir cuando estaba despierto. Todos los días me coloco bajo
la sombra del Arca. A veces mastico la madera. Estoy mejorando.
Reencauchataje
en frío
Cuanto más escribo siento que soy menos yo.
Debe ser porque escribo historias sobre gente que va muriendo. Aunque pienses
que estás parado, te estás cayendo por dentro. Algunos desean abandonar algún
breve pasado poco antes de cancelar su suscripción al futuro. No ideas. Y la
imagen se vuelve borrosa en el espejo dividido. Yo soy mi propio personaje que
se va muriendo. Puedo verme desde los rincones despoblados, en un giro oscuro,
en una habitación con sombras borrosas que están cayendo.
Exterminador
profesional de plagas
Tocan la puerta. F va y la abre. Afuera
espera el fumigador, exterminador profesional de plagas. Apenas se abre la
puerta, F recibe una terrible patada en el estómago y cae de espalda. El
fumigador avanza dos pasos. Tiene un tanque oxidado colgado de los hombros. Se
quita la máscara para extender las dos finas antenas de su puntiaguda cabeza.
Apunta el rociador y rocía ácido recalcitrante encima del humanito.
Queda una mancha coagulada en el piso.
Una docena de cucarachas salen de detrás de
la cómoda para festejar. Lanzan sus sombreros al aire y gritan y bailan y se
abrazan.
Nota: ningún animal fue lastimado en este
episodio.
Cementerio
de Mascotas III
A Idjis le llevó cinco días alcanzar el
cementerio indio. Cos no supo resistir y le contó la vieja leyenda. Ya hubo
muchas muertes antes. Hace una semana que el circo abandonó el pueblo. El nuevo
veterinario determinó que la mascota de Idjis murió de una inflamación
cerebral. Posiblemente por la picadura en sus sesos de un mosquito que se haya
metido dentro de sus orejas. Esa medianoche el animal resucitó, pero no era el
mismo. Idjis se puso contento, y fue el primero en quedar aplastado en medio
del pantano. La bestia anda suelta en el pueblo y ya van a haber muchas muertes
otra vez.
Notar: la cifra 666 (I) y la cruz invertida
(II).
Anunciado
en TV
"Confieso ser corresponsal de CNN",
declaró abatido el Presidente de Estados Unidos, esposado por sus falsos guardaespaldas,
que eran en realidad agentes encubiertos.
"Les vendimos todos los derechos. Tenían
exclusividad de las guerras, los desastres naturales y cualquier otro conflicto
mundial", agregó frente a las cámaras de la televisión independiente, con
la vista hacia el suelo.
Llegó alguien y le puso una bolsa de tela
negra sobre la cabeza.
"Si me están viendo, les pido que no me
vean".
Tratamiento
con pastillas
"Ahora, la peor canción de la historia
se la dedicamos a Bil, a quien odiamos todos". Un radioescucha se inclina
por la puerta. Está todo bien, blanco y sin costuras. Al locutor le queda poco
tiempo, enseguida vendrán los genocidas humeantes para ponerle brazos a la
espalda.
"Esta es Radio Neurosiquiátrico,
transmitiendo para todos los pasillos del mundo, que es aquí".
Del otro lado de la puerta, alguien cierra
con llave.
Disconformidad
al sur de Fidji
Siento tanta ansiedad. Quizá no sepa qué
decir ni cómo expresarme. Quizá sea impreciso. Tal vez no sea tan personal en
primera persona. Los feligreses abandonan la sala, aburridos. Sí, mientras el
campanario repiquetea en todo el campo con sus crujidos derrotados. Llegaron a
una conclusión: El paraíso nunca existió.
Inapropiada
higiene de los sueños
La hormiga sobre mi cama. Puedo sentir unas
tenazas alrededor de mi cuello, puedo estar acorralado entre ocho patas
filosas. Esa noche mis ojos son miles en la superficie de su cabeza. Yo puedo
intentar gritar, pero no serviría, ya estoy despierto.
Amor
(ir)
Llámame. Yo tomaré asiento, me pondré el casco
y ataré mis manos a los respaldos laterales. Cuando estés discando sentiré los
voltios a través de los alambres. Y yo responderé con señales inexplicables,
humaredas y formas. Llámame, porque si estoy fuera de foco es porque estoy
excitado.
Quizá, después de todo, tu amor -que no
existe- sí me corresponda. Llámame, la línea está chamuscada entre las páginas
amarillas. Llámame, soy tu moral.
Afilación
de herramientas
Me gustaría desaparecer de aquí. Dejar de
mostrarte mis ojos sin esperanzas y mi joven corazón intacto. Debes estar
odiándome tanto como yo me odio. Necesito besarte con los ojos cerrados, un
rato. Absorber todos los recuerdos que guardes de mí, antes de partir en la
próxima brisa fría de ningún lugar. Ya decidí cómo deseo despertar al dormirme,
en un sueño apacible sin tu voz despidiéndome sin la tristeza que nunca dejará
de amarme. Mientras el corazón me falla una vez más, eso esperabas de una
máquina ensambladora de automóviles.
U.R.S.S. 2000
La
despertó aturdido por el hueco ruido de la maquinaria pesada que se acercaba.
Sus ojos giraban en el techo mientras cerraba la puerta onírica. Hizo un
adrenalinado salto en el preciso instante en que la pared estallaba y
destrozaba su cama con los escombros. El polvo se disipaba, en el caótico hueco
emergía un imponente tanque ruso. Se abrió la escotilla con un chirrido
forzoso, una cabeza con un casco salió por allí.
"Felicitaciones, camarada, te ganaste
una vida y 3.000 puntos de bonificación", le gritó a La el soldado, y
volvió al interior del tanque, que ya maniobraba en reversa.
Itinerario
luciferino
Era un colectivo terrible, un modelo
viejísimo. Con ruido por todas partes. Adentro apenas había luz, con apenas dos
foquitos miserables. Las ventanas estaban llenas de polvo y no se abrían. No se
veía bien hacia los costados, hacia la vereda. El colectivo aceleró y anduvo
fuerte un buen rato. El camino parecía el peor sendero de tierra. Había mucho
ruido y la estructura temblaba desastrosamente.
De pronto paró la marcha, no el motor, y el
chofer gritó, rodeado de oscuridad: "¡Se descompuso; bajen,
señores!".
Los cinco pasajeros bajaron en silencio. El
colectivo arrancó y desapareció de vista, llevándose la tenue luz. Dejó a esos
pasajeros en medio de la noche en un monte desconocido. Era el infierno.
"Ahora sé qué significa esa letra I en el cartel del colectivo",
comentó alguien.
Salpicaduras
de líquidos
El fugitivo que asaltó el supermercado El
País llevaba un enorme pico de minero como arma. Cuando hincó el oxidado hierro
sobre el mostrador, la cajera no pudo menos que desmayarse, por lo que
personalmente tuvo que cargar el dinero de la caja registradora a una
maloliente bolsita de arpillera. Las demás cajeras, de mayor antigüedad, habían
sido adiestradas a mantener la calma en esta clase de conflictos y a tragarse
la llave de la caja registradora a su cargo.
"¡Salten del barco!", gritó con su
voz podrida, mientras arrancaba el pico de la madera seca del mostrador.
Enseguida una fina y ruidosa columna de agua emergió del agujero. El supermercado
se hubiera inundado si no tuviese puertas hacia la calle.
Combate
Buenos días, compañeros de lucha. Esta es
Radio Guerrilla, transmitiendo para toda América, contra el maldito
imperialismo de mierda. ¡El futuro es ahora! Esta es la emisora más buscada por
los cerdos capitalistas, a quienes nuestra señal les hace sangrar sus apestosos
oídos.
Todos esos empresarios que están en el
gobierno son unos maricones imbéciles. Enseguida, el pronóstico del tiempo.
Ahora vamos a alegrarnos el día con algo de
música. Aquí les va un poco de Mano Negra, seguido Public Enemy, a pedido de un
oyente... traten de no morirse hoy, eh.
Fear
(Miedo en vano)
Al otro lado del camino estaba el sacerdote
oscuro, con largas sotanas negras manchadas de sangre; llevaba un brillante
puñal en la mano, mientras repetía frases mágicas y malignas. Tenía el rostro
muy blanco y lleno de clavos puntiagudos de nueve pulgadas, al igual que en su
calva cabeza. Rob volvía del trabajo, era el atardecer. Y en aquel sendero se
encontró a ese tipo misterioso. Le entró el miedo y siguió caminando, tratando
de disimular el pavor que lo cagaba con una falsa tranquilidad. El extraño
parecía flotar sobre el suelo. Desde lejos Rob lo miraba muy fijo. No tenía
otro camino para volver a casa, sólo ése y estaba oscureciendo. Al pasar al
lado del loco sintió una ansiedad incontrolable. Apenas la voz de aquel señor
dirigiéndose a él, Rob se puso a correr como nunca antes había corrido, llegó a
su rancho, cerró la puerta con llave y la bloqueó con muebles, lo mismo hizo
con las ventanas, se rodeó de crucifijos, ajo y otros amuletos. Respiraba muy
perturbado. El corazón le partía el pecho. Tenía muchísimo miedo y temblaba.
El extraño le había dicho: "Che, cuate,
¿qué hora pio tenés?".
La
erosión del suelo tahitiano
Ella es como una fresca melodía de jazz, una
tarde melancólica de otoño, con las tejas del techo temblando de rumores, a
punto de arrancarse por el huracán que lleva su nombre. Esta temporada.
Miras por la ventana y crees ver su figura
entre los vientos que se atan afuera. Así que las ramas golpean el cristal,
insistentes, y la ola gigantesca hace sombra sobre el resto de la ciudad.
Todo
debe desaparecer
Es mejor que la gente te olvide. Que no dejes
tu firma en el libro de visitas. Como aquella banda que una noche se quedó
tocando para siempre en el pequeño bar, ese bar tan acogedor que nunca antes
había existido. Y los músicos sonreían, mientras dejaban sus almas con las
perfectas melodías. Donde todos parecían ser tus viejos amigos, pero jamás
habías visto antes a toda esa gente brillante. Abierto sólo una vez en todo el
universo. Luego podías alejarte despacio, acariciado por las canciones
exquisitas en la espalda. En tanto el callejón despertaba sus charcos
brillantes y los faroles caían entre sus luces azules tan difusas. Sí, qué
fortuna, una puñalada.
Helados
de kerosén
"Hoy salvé al país, otra vez", se
dice el Señor Presidente al borde de la cama, antes de dormirse. "Yo
protegí el futuro de todos esos ciudadanos. Le puse mi firma personal a todos
esos papeles. Merezco algo mejor. Debería aparecer más en la televisión. Mi
esposa dice que soy más feo y viejo, y sin embargo hoy volví a garantizar el
bien común en todo el territorio nacional. Los opositores deberían ponerse de
mi lado, soy el salvador del país. Todo lo que hago es mejorar la vida del
pueblo. Debería repartir más fotografías mías en las oficinas públicas. Ahora
estoy deprimido, siento que no están valorando mis obras de gobierno. ¡Estoy
harto! Creo que mañana comenzaré a ser dictador. Sí".
Apagó la lámpara cercana a su cama y se
durmió poco después.
Kyse
(La colección Tramontina completa)
Ya no deseo comer. Es horrible el sabor de
cualquier alimento en mi boca. Esa sensación de hambre no es lo que mi mente
eligió. La simple idea me provoca náuseas. Sé que comer me quita el control de
mi mente, y en un complot encubierto va acabando con mi vida. Ese dolor en el
estómago es sólo un efecto psicológico. Es la falta de experiencia para
administrar el lado vegetativo del cuerpo. Pero debo luchar, porque sé que me
atacarán con ácido estomacal en el cerebro. Tratarán de dañarme con tóxicos
intestinales para que caiga en un shock y pierda el dominio, la batalla. Es la
opción que tienen. Así, si me tienen en coma podrían llamar a sus aliados para
que me pongan tubos en las venas. Qué asco, planean darme de comer a través de
agujeros en mis brazos. Pero debo luchar.
Excepto
para ambulancias
Ando como una sombra inquieta por las calles
perdidas de una ciudad perdida. Con el alma más oscura que mi imagen invisible.
Moviéndome entre respiros olvidados en callejones húmedos rodeados de basura
carnívora. Entre miles de pasos lentos que se apresuran para salir de la
multitud de ratas, que no pueden dejar de pensar en el despeñadero donde deben
arrojarse para mutarse en el mar infinito y lejano.
Einstürzende
Neubauten
El guerrero peleó durante dos días. Él solo,
sin descanso, en medio del desierto, en medio de millones de salvajes hosts.
Apenas tenía un martillo con que luchar, mientras las pequeñas bestias saltaban
con sus bocas babosas abiertas, para luego arrancarle trozos de carne con sus
triples filas de dientes punzantes. El guerrero los reventaba y se rodeaba de
sus cadáveres en un charco oscuro de sangre. Arriba el sol salpicaba con dilatados
rayos de calor sus heridas que se hundían hasta sus huesos. Venían más y más, y
seguían mordiéndole, y él seguía reventándolos. Él solo, en medio.
Nota: por respeto al público, las risas no
fueron grabadas y no entiendo qué significa el título.
Suena
como una aspiradora
"Busco gente interesante, que confunda
con recuerdos sus pesadillas soñadas", dice el manager al presentarse en
el pueblo al que está llegando. "Estás en el infierno, imbécil", le
saluda el alguacil. Ah, sí, este era el sitio donde el brillo de los ojos se
desgastaba más pronto ante el exceso de colores sombríos. Se abría una amplia
calle vacía, con arena arremolinándose y con arbustos disecados rodando al
azar. "Como verás, todas las cosas tienen grietas y las puertas están bloqueadas...
nadie sabe". A lo lejos se oyen disparos y cosas que estallan. El alguacil
se ha ido corriendo hacia el rumbo contrario. El manager continúa contemplando
la vacuidad misteriosa. Después el suelo se mueve alrededor de una cresta feroz
de arena polvorienta y se lo traga por los pies, entero.
La
legendaria Cuadrilla 12
Es un nuevo día en la mina. Zacarías tiene un
gesto extraño en su rostro, hoy. Miró al canario en su jaula, aburrirse. Todos
soñamos con salir algún día de la mina y conocer el mundo de afuera. Esta es la
legendaria Cuadrilla 12, un equipo de nueve mineros nacidos en estas oscuras
cuevas. A trabajar.
Josías nos lee las instrucciones que llegaron
en el balde. Un balde sube y baja desde arriba; baja instrucciones y sube las
cosas brillantes que nos pide que busquemos. Ninguno de los nueve sabe qué hay
al otro lado de la cuerda del balde.
Agustín ha calculado que el balde debe
tardarse medio día en bajar hasta nosotros, aquí en la oscuridad de sólo
tierra. Al principio, hace años, en la cuadrilla éramos doce, pero los que hoy
no están seguro estarán bien muertos entre los túneles que cavaron para
intentar escapar. El viejo Josías dice que hay toda una red de túneles de miles
de cuadrillas anteriores y que sería imposible salir de aquí.
Pero Zacarías está extraño, no habla. Tiene
un plan en mente. Josías vuelve a inspeccionar la jaula del canario. No hay
peligro.
Trabajar. Todos los días, toda la noche,
porque aquí abajo sólo hay noche. Sin descanso. Nos llenamos de polvo y sudor
rompiendo las rocas, escarbando la tierra. Parece algo sin fin. Las provisiones
de velas se agotan. Eulogio respira un momento, se fija en el canario, es bueno
que siga vivo. Zacarías des
Sillas
en general
Paula dice: "A veces desearía estar en
el camino de esa bala desperfecta para que todo termine". El viento mueve
muy suave sus cabellos. Luego el silencio nos inunda. Mientras seguimos
sentados al borde del despeñadero, escuchando los disparos allá abajo, en un
espeso bosque. Yo también desearía a veces estar en tu camino, pero es mejor
que termine todo.
El
que lo dice lo es
Tú me consideras feo. Pero me cegaré los ojos
para no sentir culpa cuando desfigure tu rostro a golpes con un viejo madero
astillado.
Ni los lentes oscuros ni el maquillaje ni la
cirugía estética podrían servirte. Estarás obligado a vivir con una máscara
sobre tu rostro, en el sótano de un teatro abandonado.
Alerta
epidemiológica
¿Por qué hay tantos divorcios los lunes?
Aunque se suele postergar a jueves, a veces. Todo falla los domingos; el
almuerzo es una batalla y la tarde se llena de huecos en la comunicación
inalámbrica. Porque falla los sábados, las lecciones se malinterpretan y
terminan con persecuciones en autos, con botellas rotas, parabrisas
destrozados, a patadas y palabrotas.
Todo falla los viernes, en que se acumula el
trabajo de la semana y hay prisa por salir de dónde estés. El error viene del
jueves, porque el pedido ya debió de estar el lunes sobre el escritorio del
abogado.
Criminal
Volver a sentirte mal, porque nada de lo que
piensas es positivo. Y sube al techo, donde tiene su vieja ametralladora. Tiene
su casa al borde de Calle Última, desmoronándose en la navaja del riachuelo
ácido. Tiene a un Línea 15 en la mira, a 80 km/h. Esa lluvia gangrenosa cae
sobre el sol de la tarde. Pierde el control de la imaginación, y el bus se
absorbe por la zanja escabrosa. Buen tiro, hijo.
Impacto
de partículas sólidas volantes
Todos mis amigos tienen enemigos comunes. Yo
tengo pocos amigos, pero no los conozco. Sin embargo, hoy están todos reunidos
en mi cabeza.
Dinero
Grance tuvo una idea original de suicidarse:
asaltaría un banco, esperaría a la policía y luego saldría corriendo afuera a
que lo acribillaran.
Fue al banco, estaba abierto y vacío. La caja
fuerte estaba abierta; el dinero, cheques, joyas y lingotes de oro esparcidos
por el suelo.
Grance subió al techo y se tiró de cabeza
desde el quinto piso. 20 horas después despertó. Había perdido la memoria, pero
recordaba el color del dinero.
Porquerías
El artista se enfadó. Se le terminaron sus
píldoras de óxido nítrico. Fulminó todas sus últimas obras. Es mejor así,
porque semejantes porquerías visuales igual se valuarían en 39.300 dólares en
el mercado.
Sobredosis
de Coffee Break
El tipo se quedó atrapado en su pequeño y sucio
departamento en el séptimo piso. No podía salir por la puerta de tan obeso que
era. Ni aunque pidas ayuda a gritos, nadie vendrá, porque así es este
vecindario. La comida se te está terminando, seguro que te vas a morir de
hambre.
Radiografía
del tórax
Mira, otro maldito y estúpido joven depresivo
que se odia y desea estar muerto. Será imbécil. Tu mundo enfermo y triste que
te rodea, no es tuyo, es de la televisión en tus ojos. Será mejor que empecemos
a caminar, porque apesta quedarse aquí.
La
importancia de apodarse Locho
Ese muchacho se consiguió un empleo. Envió su
currículum por correo y al día siguiente llegaron agentes de la Interpol y lo
llevaron en un helicóptero.
Cada año envía una tarjeta postal anónima.
Fe
de erratas salvaje
Todo mal. El mundo es tan pequeño, todos
están escribiendo sobre el amor, la muerte, el dolor. Que algunos se sienten
desafortunados dentro de la situación que los rodea. Otros que rodean al mundo
en una sola situación. Esa gente no escribe nada, muere muy joven, sin vivir.
Leche
de mofeta tibia
Los hermanos menores del Pelotubi lo miran
con odio, por eso lo atan con alambres de púa al ventilador del techo. Luego le
insertan un caño de escape por el oído para drenar su cerebro, gota por gota.
Sin
pase
Al jugador estrella del equipo lo
transfirieron a otro club por apenas 20 balones de fútbol nuevos.
Cierto día de entrenamiento en la cancha
atropelló a los demás jugadores con el carrito motorizado del camillero.
Al Director Técnico lo enredó detrás de un
arco y lo fusiló a pelotazos.
Lucecitas
de Navidad
Puedes mirar por la ventana y todo lo que
veas te causaría náuseas y una migraña punzante. Todo apesta. Te das cuenta que
hablar de amor no sirve para nada. Tampoco existe una conexión con tu propio
yo. Todo es cero, en tu mente que se acaba, en tus movimientos que se van
cancelando. La cuenta regresiva se inicia de cero. No hay nada aquí. Y yo no
estoy escribiendo para vos.
So
éxito (lprfmcdsqt)
Súper Fracaso ve la señal de fracaso en el
cielo. Toma su fracasomóvil para acudir al llamado. Llega a un istmo en
desintegración, allí se topa con un profesor de matemáticas fracasado
observando el mar sin sentido. Es una emboscada. Su archienemigo emerge de una
roca y degolla a Súper Fracaso con una hoja blanca de papel.
Almas
totalmente drenadas
Se reportó una nueva víctima de la moda, a
quien supimos darle golpes en la cabeza. Entre nosotros no nos hablamos. Y
cuando me hablan todas las palabras se pierden en el vacío que siento. Las
ideas imbéciles quedan flotando bajo el efecto invernadero. La mirada es
sombría, ¿puedes sentirla?
Feliz
de vos
El oso pardo está feliz detrás de los
barrotes de hierro. Mucha gente lo visita para arrojarle piedras. Mira el vaso
en un rincón, ya no le queda agua. El empleado de gobierno se acerca para
cargar su plato con cabezas podridas de pescados, alfalfa y lodo derretido.
Cinco nuevas sabandijas nacieron en su espalda.
Polarizado
Dark
Los ojos están derretidos. Apenas distinguen
esos defectos de la luz, llamados colores, entre las costras endurecidas.
Comienza la sesión de acupuntura para los ojos, con clavos de 17 centímetros.
Relájate, podría ser peor.
Hollywood's Morning (What's the history?)
Apenas
con un escarbadientes usado pude salir ileso del ataque pandillero, ellos armados
con alfileres oxidados. El alcalde me otorga la llave del pueblo y recibo un
beso en la boca de la Reina de Belleza. Sus labios son dulces.
El
triunfador de hoy
Soy realmente malo. No digo malo de maldad,
sino malo de no tener suerte en nada. Escucho nuevas voces en el jardín. Debe
ser más gente atrapada en el césped electrificado o tropezada con las minas
antisubmarinos. Todos los días pasa lo mismo. Qué aburrido.
El
fin de la edad del pavo
Ya he quemado todos los muebles para seguir
manteniendo el fuego de la chimenea. El televisor quedó en el suelo, encendido.
Luego se apagó. Maldito cortocircuito. El televisor ya no sirve. Ahora tendré
que pensar en algo, qué horror. No tengo ideas.
Cómo sobrevivir a las catástrofes - II
Joaquín había desaparecido un sábado. 45 días
después lo encontraron atrapado en el baño de un bar cuando los inspectores
municipales lo estaban clausurando. Él dijo que se rompió el picaporte de la
puerta, que nadie lo escuchaba por el alto volumen de la música y que había aprendido
a comer cualquier cosa para poder sobrevivir.
Los
efectos del ébola
Anoche volví a leer tu poema. Por fin entendí
tu estilo. Pero cómo puede tener éxito alguien que habla de sentimientos
oscuros, desoladores. Cómo triunfaría con historias irrelevantes, que ocultan
los verbos en martillazos sobre la sien derecha. Debería verlo.
Gran
Asunción Swinging
La peste bubónica golpea la puerta,
insistente. Nadie responde por temor a resbalar sobre el piso encerado. La
peste sopla y sopla, y la casa se derrumba a pedazos. Los tres cerditos también
quedan infectados.
Suicidio
colectivo involuntario
Ya no quiero leer, aprender nuevas políticas
de uso me repugna. Dentro de tu estúpido promedio de vida, la mitad estás
encerrado en la apestosa escuela. La otra mitad te atan a un salario inútil.
Así, cuando por fin crees que podrás vivir como quieras: te mueres. A veces
antes.
Fracaso
escolar
Tus ojos son un precipicio. Ya no me mires. A
veces miro el horizonte y me doy cuenta de que soy yo el que está en el horizonte.
Graffiti
Hola. Esta es una declaración de amor. Mañana
iniciaré un largo viaje a un lugar desconocido. Espero conseguir el éxito y
volver a verte. Porque deseo estar muerto.
Pelotones
de ejecución aéreos
El techo de la casa se está quemando. Con
razón hace tanto calor. Este verano va a ser poco divertido. Afuera el sol
reparte quemaduras de tercer grado.
Radio H.G. Wells FM
La
policía utilizará como prueba las grabaciones de algunos oyentes. Claramente se
escucha en ellas la acalorada discusión y los disparos, entre cristales que
estallan y golpes extraños, transmitidos en vivo al aire. El operador de radio
mató al locutor estrella por discrepancias en la programación musical.
zeugerbol
ed opmeiT
Tampoco puede ver el diagnóstico, en un extremo
de la cama. Sí el cartel cerca de su cabeza: "etreuM". Las enfermeras
ya no se acercan a su lecho. Sólo puede manotear su aliento descomprimido.
Mientras los microbios mastican su carne por dentro y sus gritos huecos ya no
se oyen a través de su garganta. La vista se deteriora hacia el techo, sería
mejor que éste se desplomara encima suyo, de una vez por todas.
Hijo
de ********
El pequeño burgués fascista dobla la esquina.
A veces es necesario atormentarlo. Música a alto volumen y pálidas figuras quietas
mirándolo. Presionando el detonador de la carga explosiva, huyendo a toda
velocidad en el avión supersónico, tratando de escapar de la onda expansiva, de
la ansiedad destructiva. Pateando tu pequeño pedazo de tierra donde pisar.
Los
delitos del carnicero
Mentimos, pero no somos muchos. No debería
mentir. Me siento perturbado por ello, no podría tener ideas mejores, porque no
son eso.
En realidad, el poeta excéntrico es un
estudiante frustrado de medicina y trabajaba en una carnicería, hasta que el investigador
privado francés encontró las pruebas para su enjuiciamiento.
Rubia
insecticida
Te pareces tanto a una mujer que deseo besar.
Pon veneno para hormigas en tus labios y mátame. No soy yo, soy nadie. Estoy
detrás de los ojos, por si acaso llevo conmigo una cápsula de cianuro en el
bolsillo.
El
lujo elevado a la categoría de disparate
Leí que necesitamos conocer a "personas
equivocadas" en el camino a casa hasta que, al fin, llegamos a la
"correcta". Soy una persona equivocada, entonces. No debería ser
sensible, ni dejar mi frágil cerebro en un frasco de vidrio al borde del techo
de un armario con rueditas inclinado cerca de las escaleras resbalosas.
Llamale
cangrejo
Algún día podrían hacerte entrevistas y
aparecerías en la televisión, también. Es sólo una cuestión de metamorfosis.
Inicio
de clases
Estuve hablando con el extraño en un rincón
del bar. A pesar de haber sido domador de serpientes hablaba de cosas
increíbles. A las 4.17 bebió un último trago y cayó muerto sobre la mesita
llena de botellas vacías. Tal como me dijo.
Carnicería
Sector
Ese sí que era un poeta excéntrico. No
hablaba de ojos, de bocas, labios, manos o cabellos sueltos. Alababa a las
mujeres por sus órganos internos. Por sus tripas, arterias pulmonares,
páncreas, amígdalas, cerebelos y esas cosas. Era extraño, pero no era médico ni
carnicero. Era poeta.
Enfoques:
Max cuenta su historia real
A los nueve años dejé de ver mis pies. Odio
las escaleras, por eso nunca me metí en ningún edificio de más de un piso. Los
ascensores no tienen suficiente espacio para respirar. Nunca tomé un avión,
porque nunca aceptarán que pague sólo por un asiento. Alguien escribió un
cuento sobre mí, en que moría de inanición al no poder salir por la angosta
puerta de mi departamento. Cuando como uso una pequeña pala como cuchara.
Compro el pan del día por bolsas, cuatro. Un doctor me dijo que si alguien me
disparara la bala no me haría daño, porque sería atrapada por la grasa. De
todas formas, no deseo que nadie intente demostrarlo. Mi corazón no soporta más
ejercicios. Tengo muebles especiales, de un material con el que fabrican las
jaulas para gorilas silvestres. Por ahora consumo mucho calcio, ya que en mi
estado necesito huesos muy fuertes. No pienso en el futuro, porque sé que
seguiré siendo el mismo. A veces pienso en el pasado, así intento alimentarme
con recuerdos. Pero no funciona y vuelvo a sentir hambre.
Funcionamiento
defectuoso
Si se corta la luz, silba. Si levantas el
brazo pero ningún automóvil se detiene, mira al suelo con los ojos cruzados. Si
alguien estornuda por tu cara, zapatea. Pero no te preocupes, pronto la luz
volverá a ser roja y la esquizofrenia será contagiosa.
Cráneo
Yeis cierra los ojos pero no puede dormir. El
dolor de cabeza se disipa en insomnios quebradizos. El tercer hemisferio del
cerebro se inflama en el centro del cráneo. Tiene una varilla de hierro
atravesando de un oído al otro su cabeza. Un extremo hincado en la orilla
muerta del Mar Muerto, otro captando relámpagos extraviados por la tormenta
desértica.
88
millones de años
La historia de la humanidad se inició cuando
un analfabeto se decidió a dibujar lo que veía con sus ojos. Así, la historia
del hombre está dada por ¡un dibujante!
Guerra
Chanta
El Vaticano invadió Jerusalén de madrugada.
Su sofisticado ejército arrasó las tropas israelíes y palestinas. Llevaban
artillería pesada hasta un pequeño cargamento nuclear.
Estados Unidos declaró que no intervendría.
Barrer
escaleras para arriba
Cambia el mundo por mí, ámame. Tú haz el
cambio, toma el cuchillo. Haz la evolución. La próxima etapa evolutiva del
hombre no prevé brazos ni piernas. Ámame.
Polvo
motorizado
¿Cuál es tu peor temor? El mío que creas que
no me equivoco, que te identifiques con la distorsión de la ficción surrealista
rotulada como tiempo presente, en tu videoclub amigo. En mil años serás el
ancestro de un millón de desconocidos. Eres un pequeño tornillo en el
gigantesco reloj del universo descompuesto.
Presentación
del nuevo libro
"Señor Rivera, escribe demasiado sobre
la muerte".
¿Verdad? Y ni siquiera sé muy bien de qué se
trata. Un buen escritor, se supone, escribe en base a experiencia sutil. Otros
emplean apenas la imaginación, pero para eso deberían ser muy buenos. Yo soy
pésimo, lo admito, pero no dejen de comprar mi nuevo libro: "Las telarañas
dentro del cráneo de una momia egipcia cuyo sarcófago acaba de ser
saqueado", al menos para comprobarlo.
Como decía, la vida no es vivir, es esperar.
Es una especie de etapa de la evolución. La siguiente: la muerte. La
metamorfosis del hombre en polvo. Su capacidad mental avanza al nivel de las
rocas. Quizá suene ridículo, pero creo. Bien, fin de la conferencia de
prensa... Ah, no olviden, mañana mi secretaria estará firmando dedicatorias de
mi nuevo libro en el Shopping Aljibe.
El
artista del engaño
Solía fingir enfermedades para hacernos creer
que era muy débil, enfermizo. Habían semanas en que estaba en reposo tosiendo
trozos de sus pulmones, que quedaban pegados en el techo. Todo falso. Una vez
llegó con una pierna amputada y mentía diciéndonos que la gangrena no fue bien
extirpada. Lo rodeamos y le quitamos las vendas. Tenía venas atadas, mucosa
entre la carne y un hueso puntiagudo en el muñón de su muslo. Pero no caímos en
la trampa. Otra vez lo vimos comiendo en un bar y de pronto brotaba abundante
sangre por sus narices. Litros y litros, como si fuera una canilla de agua
abierta al máximo. Parecía no poder respirar. Qué farsa. En estos días lo sacan
por las tardes en la puerta de su casa, y se queda inmóvil sobre su silla, con su
figura pálida y esquelética, los ojos desorbitados hasta la cabeza afeitada.
Así cree que nos puede volver a engañar, ya no podrá.
Desvío
a Ñemby
Tengo una visión poco positiva del resto de
la vida de todos. Esa es una maldita frase, me dice mi personalidad
conspiradora. Tener éxito no es ser exitoso. A pesar de todo la rabia de
perdedor huele en la piel. Quizás deberías despellejarte. Mientras unos pocos
de litros de sangre merodean tu organismo. No me importa.
Hurbanidad
(con hache)
No tomes los taxis negros, no los tomes.
No abordes los
colectivos vacíos, no los llenes.
No: es la
necesidad negativa.
Esos bolígrafos
sobre la mesa, llévatelos.
Esas miradas en
la plaza, asúmelas.
Eso no es lo que
ocurre, ocurrió.
Un poco de frío
frente a la Gobernación.
Unos cuantos
micrófonos para aprender a gritar.
Aquel monumento
que se estremece.
Esa señal para
cruzar la calle, ¡ahora sí!
Si: atisbo
irresponsable de confort.
Suelen llevarse
esas revistas gratuitas.
Hasta los libros
en oferta desaparecen.
Como un tibio
olor a perfume.
O tal vez
escasas hojas despeinadas.
El espacio se va
reduciendo, somos muchos.
La agenda se
termina, siempre debería.
Acaso se leen
los graffitis, la protesta.
Se arroja la
basura en el cubo,
se respetan los
afiches del día.
No, aunque suene
pesimista.
("¡Hola!")
Hola, yo soy un personaje de este escritor.
No sé si es escritor, no sé si escribe, sólo puedo pensar en lo que tiene en
mente. No puedes confiar en mí, porque no soy yo, puedo cambiar de opinión y
cometer un giro inesperado en esta historia.
He estado pensando en la violencia. Quiero
que hagas estas cosas por mí: una lista de cosas prohibidas que tienen éxito
clandestino, una lista de las personas con problemas y millonarias que
desearías matar, una lista de las enfermedades infantiles que afectaron tu
personalidad, una lista de tus fracasos amorosos que te acortaron estúpidamente
la vida, una lista de tus personajes favoritos de ficción que sería bueno
partirles el cuello con un saco lleno de tornillos, una lista de las preguntas
que le harías al Creador si lo encontraras en tu cocina, preparándose un
sandwich y estirando fría cerveza enlatada de tu heladera. Ahora sabes que has
desperdiciado unos cuantos mililitros de tinta que nadie te devolverá. Ahora
puedes confiar en mí. Pensándolo bien, creo que tú también eres un personaje,
aquí.
La
mort s'ha fet
Beni entró corriendo a la sala y nos asustó
mientras sus amigos estábamos mirando el partido de Paraguay por las
Eliminatorias del Mundial.
—¡Vengan, pronto, se suicidó la Muerte!
—gritó y se fue de vuelta, después supimos que fue junto a los restantes
vecinos.
Efectivamente, allí estaba la Muerte, muerta.
Tirada en medio de la calle, con las piernas y brazos abiertos, vestida con una
larga y espesa levita oscura. En su mano resbalaba un revólver, mientras su
rostro destrozado chorreaba líquidos extraños.
Hoy hace 6.741 años de aquel suceso. Paraguay
llegó una vez a semifinales del Mundial. Estamos atrapados, ya no podemos
morirnos. La Muerte nos abandonó a nuestra suerte. Esto apesta.
Almuerzo
xristiano
La misa del domingo comenzó a las 13 horas.
El sacerdote estaba por iniciar su sermón cuando de repente vomitó sobre la
Biblia del atrio. Su mujer dijo que habían almorzado carne asada con ensaladas
de lechugas y tomates, vino y coca-cola. Algo le cayó mal.
El
caso del camionero mentalizado
El camionero fue absuelto. Alegó que el
perfume francés de la víctima le había provocado locura temporal y por eso
aceleró y luego saltó de su camión que se dirigía directo a un precipicio, con
la francesa dentro.
Mala
literatura
Creo que nunca estaré en Buenos Aires, no/ No
me perderé entre sus edificios vacíos/ ni veré a la gente, abajo, abandonarlos
atrás/ El sol que cortaría el respiro de las lámparas/ o la radio que se
retorcería entre pocas paredes/ No, que hay una sensación de sombras/ de
habladurías, hasta la hora para acostarse/ para desprenderse de catálogos de
viajes/ desfallecer, el viento en el séptimo piso/ una aureola, más balcones
desolados/ La hora directa por el teléfono desconectado/ y el cielo azul que
interfiere a la TV/ Transmitiendo en vivo desde el techo/ deteniendo el flujo
de aire, eso dicen/ No estaré muy lejos, no debería/ para no verme obligado a
volver.
Muy
estúpido para la TV
Hoy me sentí muy mal. Mi jefe me preguntó qué
tal estaba su cabello y le dije que bien. Le mentí. No le puedo mentir a mi
jefe. No pude trabajar tranquilo. Al día siguiente le confesé la verdad y me
despidió.
Mal
de la cabeza
Nadie lo puede creer. Porque nadie ha
sobrevivido. Todos están muertos, pues. La humanidad entera fulminada. El fin
del hombre sobre la Tierra. Nadie esperaba que todos terminaríamos muriendo por
culpa de los piojos. Piojos mutantes, alterados biológicamente por los químicos
tóxicos del champú. Piojos caníbales que se alimentaban de cerebro humano y
perforaban el cráneo con sus patas.
La
añeja comida de avión del pasajero sentado al lado de la puerta para salida de
emergencias
Bell observa su bandeja como un mapa donde
aterrizar los utensilios desinfectados. El pollo, el postre, el pan, la
manteca, todo en el crucigrama. Luego le entregan el jugo de durazno, luego el
café, acompañados de turbulencias. El cinturón de seguridad oprime la barriga
inflada, gasiforme.
La historia comienza en el baño, donde el
cielo siempre es azul, donde la bruma se deposita a 10 mil metros de altitud.
La temperatura exterior señala -47º. Hace tiempo que no hacía.
La luz sobre el asiento, un payaso sentado
sobre la turbia ala, afuera. Bell recuerda poco a poco lo que sucedió realmente.
El comandante ingresó al baño y aseguró la puerta. ¿Quién no? Exigió ver el
dinero (explicación: nueva enfermedad psicológica surgida por la escasez de
dinero; unos creen que ya había acabado) y peleó con Bell, en el baño. Los
urinarios secos, los espejos húmedos. Cuando despertó, despertó ya sin dinero.
A Bell lo llevaron al parque, a hacerle
algunas preguntas. Un agente lo seguía de lejos y anotaba qué libros compraba
(una aerolínea le cedió un breve crédito). Bell era buscado en su país.
El taxista no lo llevó al puerto. Lo dejó en
el callejón, sin dinero, sin compras, sin agente secreto. Mientras el payaso
reía de sus piruetas sobre el ala izquierda. Pero no se escuchaba desde
adentro.
Sí,
qué porquería
Mátame, mi amor, que mi amor es inútil. Tanto
sin sentido me rodea, qué decepción. Te he estado buscando toda mi vida, y
ahora que te encuentro no estoy presente. Planeaba ser un alivio para tus ojos,
acomodarte entre mis brazos mientras me iba. De pronto sentí náuseas cuando
pensé que yo podría atraerte. De todo el universo de personas que desean estar
contigo, creo que soy el menos afortunado. Miraba tus ojos cuando me mirabas,
mi reflejo de perdedor en tus ojos tristes. Sí, qué fracaso, siempre. Sí, el
amor y los nombres, qué porquería.
Alquileres
para fiestas
¿Bailamos? Qué tal un ritmo frenético,
lujurioso, con la fiebre a todo volumen en mi cabeza. Un trozo de sol
estrellándose en un edificio de espejos. Sin cortaduras en los labios, sin
dolor en los ojos. Alejados de las punzadas en la espalda, ya sin irritación.
Asomando la cabeza por la ventana, desviando el viento dentro de tu blusa,
llenándote de frescura. Encontré una porción del asfalto virgen en medio de la
carretera, una fracción de segundos sin necesidad de respirar y la piel fresca
en un arrebato al borde de la caída estruendosa.
Heartbreaker
Z
"Cuando sentí el cuchillo, ella dejó de
sonreír, mi Delilah" -Tom Jones-.
Cuando sentí la dentada y fría hoja de acero
desgarrando mi pecho, ella me dedicó su mejor sonrisa. Seguro que está loca por
mí. Sus suaves manos seguían firmes alrededor del mango de soporte y de la
palanca de control, mientras seguía impulsando la temblorosa motosierra
eléctrica contra mis costillas. Me siento muy bien, pues veo el amor en sus
ojos hoy. Siento que me invade una ansiedad incontrolable, de besarla y
enrojecer sus mejillas de estupor. Pero sus mejillas se van salpicando de gotas
de carne y sangre que va despedazando la ruidosa máquina al toparse con mi
corazón. La motosierra descuartiza las arterias, mientras roza uno de los
pulmones, siento un nuevo latido parecido a un zumbido desprolijo. Es
maravilloso, ella ha roto mi corazón con una motosierra eléctrica.
* Incluye una cita de Eric Clapton.
Generalidad
sobre las engrapadoras que engrapan mal
"El problema está en los agujeros",
las grapas reaccionan al revés, como dice José: "Asencillas un billete de
50 mil y enseguida desaparece". Es cierto. Nada funciona bien en este
planeta, ni en su patio exterior. Conocí un frasco de jarabe para la tos
diseñado especialmente para perder en el suelo una cucharada de su contenido al
tomarse una cucharada. La televisión no es perfecta, Dios no vive en el
televisor porque ha perdido audiencia frente al programa competidor de otra
cadena. El rock está muerto, le cortaron las piernas con una moneda para
llamadas telefónicas de larga distancia, y lo arrastraron toda la tarde por el
camino central de la ciudad. Si queda algún tema pendiente conviene comprarse
más libros abstractos.
El oscuro laberinto de agujeros
apareció al día siguiente. Nadie supo qué
pasó de él. A lo peor perdió la cordura y se internó en el oscuro laberinto de
agujeros, en un intento desesperado por no soportar más la vida en esta mina.
Dos días después, Josías nos leía las
instrucciones del balde, pero no era lo habitual. Detectó una seña que decía
que estábamos libres, que podríamos salir de aquí. Así que nos preparáramos
porque a partir del día siguiente seríamos llevados de a uno hacia la
superficie en el balde. Francisco y Pastor se alegraron demasiado, yo
desconfiaba. Pero Pedro confesó su secreto, dijo que Zacarías no fue por los
túneles, sino que tenía el plan de treparse por la soga del balde para hallar
la libertad. El del mensaje pudiera ser Zacarías. Yo sigo dudando. Al menos, el
canario respira sin problemas.
La
Sociedad de los Buenos Vecinos Agresivos
Se fue haciendo menos mentalmente
equilibrado. Reconoció todas las patologías de locura en su personalidad.
Roberto Rodríguez se vio reflejado con cada uno de los delirios enunciados como
síntomas de su condición mental. Ya estaba comenzando a matar a mucha gente en
su cabeza, ya no confiaba en la religión televisiva ni en el horóscopo matinal.
Había pulverizado todos los espejos de su apartamento, para eliminar toda
imagen suya de su memoria. Cualquier intento de verse bien. Porque nada estaba
bien. Pero sus vecinos de piso hallaron la forma de sellar su puerta, gracias a
un herrero amigo del casero, y rociaron bajo el umbral 26 garrafas de gas
licuado. Cuatro meses después sus vecinos inventaron toda clase de escandalosas
y repulsivas historias sobre Roberto para justificar su muerte. Pero en el
fondo era una venganza colectiva porque Roberto jamás daba regalos a los otros
en Navidad, ni compraba papel higiénico para el baño público, que él nunca
utilizó. Nunca más se volvió a hablar del tema en el piso. Hoy, su cuarto está
rentado a un joven matrimonio que sí satisface las reglas imaginarias
colectivas.
Todos
somos cachaqueros
El pasajero estaba notablemente aturdido por
la mierdosa cachaca a todo volumen que atravesaba el colectivo como espadas
metidas por todas partes a una caja de cartón con gente dentro. Los enormes
parlantes retumbaban y se desafinaban con los estupidizantes acordes. Encima,
la marcha del coche Nº 51 era tan lenta, tan lenta, para ser un nuevo modelo
brasileño de la línea Marco Polo 2000.
El pasajero estaba tan nervioso que se
aproximó detrás del chofer y jaló con rabia la cuerda del timbre hasta
reventarlo. El coche frenó de repente, pero ya el usuario del maldito transporte
público arrancó al imbécil de su silla y le partió la cabeza contra el
molinete, sin darle ninguna oportunidad de reacción.
Luego lo tiró por el ventanal de emergencias,
pero sin haber jalado antes la palanca roja, tapada por un seguro de plástico.
Bajó él también para atar al conductor contra la parrilla frontal del micro.
Había roto el parabrisas con el molinete arrancado para sacar los enormes
parlantes y liarlos alrededor de la cabeza del conductor. La estruendosa y
asquerosa música no paraba de sonar, estaba tan alta, en un nivel desfigurado.
Aquel pasajero se puso al volante, aceleró el móvil a su máxima potencia. Fue a
embestir directamente a un muro de ladrillo visto. El renegado estaba ileso, se
había puesto correctamente el cinturón de seguridad. Algunos otros pasajeros
contusos gemían detrás.
"¡Vamos, pues!", gritó alguien del
fondo, y el hombre los llevó a todos a sus casas.
Tanto
para...
Cuando el prisionero recibió el mensaje se
sintió muy feliz. Esa noche, al terminar las diarias labores forzosas, se
escapó de su celda, evadió a todos los guardias y comenzó a subir las escaleras
de la torre, en cuya cima vivía la Princesa. Subía muy animado pensando en
ella. Las escaleras subían en círculos estrechos, no habían ventanas en los muros
de grandes piedras de la torre, ni parapetos, ni nada.
Pasaron varios días, el prisionero saltaba
varios escalones, aunque era peligroso, porque podía resbalar y caer. En
algunas partes de la torre era bastante oscuro, en otras habían agujeros breves
entre los bloques de grandes piedras, por donde emergían débiles rayos de luz.
De vez en cuando descansaba. Ya se estaba acostumbrando a dormir sobre los
incómodos, fríos y sólidos escalones. Subir cada escalón era un proceso que se
estaba mecanizando para sus músculos.
El prisionero pensaba solamente en ella.
Definitivamente los guardias no parecían interesados en buscarlo. Ya habían
pasado unos meses y no había vuelto a ver a otros humanos, ni a escucharlos
siquiera. Estaba perdiendo peso, y debía alimentarse de pájaros que anidaban en
los huecos del muro.
En cierta época tuvo que cazar ratas. ¿Cómo
podían haber ratas allí? Él sólo pensaba en esa persona que seguro lo estaba
esperando. En un tramo de la escalera halló unos huesos que parecían humanos,
parecían estar bastante tiempo en ese sitio.
Pasaron varias temporadas. Había sentido frío
y calor, hambre y cansancio, pero confiaba todavía en que podía llegar hasta la
Princesa, entonces todo el esfuerzo podía olvidarse.
A veces no había nada nuevo para comer y se
obligaba a raciones que estaba guardando en los bolsillos. Unas pocas veces
resbaló. En una vez cayó varios metros, se golpeó en varias partes del cuerpo.
Tenía el cabello y la barba muy largos.
Por los pequeños agujeros llegó a sentir las
tormentas, fuera de la torre; parecían muy cercanas aquellas nubes. A veces
había niebla entre los escalones. Una vez se sentó y se puso deprimido, pensó
que no valía la pena, que quizá ella no existía, que la escalera probablemente
sea infinita, que ya no podía volver atrás y que moriría allí. Durmió un poco,
al despertar retomó lentamente la subida. Pensaba vagamente en ella.
Pasaron once años y doce meses. Ya estaba muy
debilitado. Un día, arrastrándose desde hacía unas semanas, llegó al final de
la escalera. Había una puerta de madera, cerrada. Le tomó mucho esfuerzo llegar
hasta la puerta. Le tomó un día entero. Estaba tirado tan cerca del umbral.
Golpeó apenas la puerta, ya no le quedaban fuerzas. Poco después se abrió y
apareció alguien. La mujer se inclinó encima del prisionero y levantó su cabeza
con sus suaves manos. Él la miró y murió allí, en sus manos. No le pudo dar la
respuesta a la pregunta que la Princesa le envió mucho tiempo atrás.
...nada
Bienvenido
a Las Vegas (de noche)
Odio mi cabello, odio mi piel, también mis
pies, detesto mis dientes al igual que mi mirada. No me permiten ser tan
invisible. Esto no es autobiográfico. Pero en el fondo es una mentira, no es
ninguna revolución nueva, ni siquiera la violencia narrativa, la obtención de
fama o el robo de cadencia registrada. No es nada, se me pasará. Mis pies se
hunden en la arena, y en el horizonte sólo se ve el horizonte siguiente. Es la
sensación desértica. Es la sensación poco optimista. Hubiera sido mejor si nada
hubiera sido. Mi rastro es absorbido por la arena ardiente que me escolta. Este
es el desierto donde tu YO se dispersa por todas partes, no existen límites
aquí. Y cada día se siente menos. Te olvidas de todo lo que nunca quisiste
aprender. Hasta que aquella arena se eleva a tus espaldas y luego te sepulta en
ninguna parte. En el desierto, en el camino.
The Octaciano's Green Chevrolet Jazz Band
—Todo
lo que dicen es mentira. Suena lógico y razonable, pero nada es cierto.
Aparentan que no existe ninguna otra verdad, pero no es verdad, no es, no. Se
sientan al otro lado del escritorio y esperan que años y años de estudios suyos
nos inspiren confianza en sus palabras. Hacen experimentos o suben al atrio
donde despliegan conciertos dramáticos con un montón de palabras inventadas.
Conceden palabras a los periodistas, esas mismas palabras. O buscan aparecer en
televisión para que creamos que son serios y respetados. Já. En el fondo sólo
desean aprovecharse de nosotros, de nuestro dinero, fe, inexperiencia, algo. O
simplemente que les escuchemos un rato y asintamos con la cabeza y con el
rostro asombrado sus construcciones de ideas huecas, innecesarias.
—¿Estás seguro de lo que dices?
—No.
Lunes
Todos los días son lunes. Es la misma hoja
del calendario que nadie arranca de la pared pegajosa y desagradable. Quizá si
no estuviera atrapado en esta bolsita de plástico abrasante. El aire angustioso
que me hace llorar sin voz. Quizá afuera sea el agua que me hunde en sus
entrañas calamitosas. Quizá sean los neumáticos que rozan la carretera con
ácida velocidad, muy cerca.
Estaba
en pijamas cuando me acosté
Es tanto el dolor que siento. Cada instante
encuentro nuevos motivos para sufrir dentro de mí mismo. Por eso volví a la
casa de los asesinatos, de la masacre. Limpié todas las evidencias. Conseguiré
otra forma de incriminar al asesino.
Feliz-Feliz-Alegre-Alegre
Mi amiga me dijo alguna vez: "La gente
piensa que estoy loca, que soy extraña y que odio la vida. Sólo soy
diferente". Por supuesto, los maestros nunca hacen reuniones con tus
padres si siempre dibujas arcos irises y personas sonrientes.
Champión
chino teknicolor™
En la final de la Copa Mundial de Fútbol un
grupo de pasapelotas secuestró al arquero de Alemania.
Pidieron de rescate 118.000 dólares, un avión
bimotor, una camioneta blindada sin calcomanías, y la amnistía de un
guerrillero deportista.
La Selección decidió convocar al arquero
suplente, nomás.
Nothing really matters (Madonna 7:6)
Otras
ideas. Quizá cada parte del cuerpo sí tenga autonomía propia. Tal vez las manos
tengan sus propias ideas, sus sentimientos. Y no te das por enterado. Quizá
sean tan conformistas o estén bajo amenazas tóxicas del lado vegetativo de la
mente. Pudiera ser que el sector simpático influya en las demás decisiones.
Las palabras significan otras palabras. Las
palabras no existen, apenas intentan representar cosas que existen porque
pueden reflejar la luz blanca. Trata de no tener ojos. Así como la gente
necesita de otra gente sólo para sentirse segura de lo que cree que cree. Es
absurdo, ¿para qué otra gente?
Por ejemplo el Gobierno. El Gobierno no existe.
No es un presidente electo, no es un grupo de personas. Suena a algo grande,
pero ni siquiera se parece al aire. Es una palabra. No sé qué significa
realmente, pero es algo referente al bien común, a las necesidades y deseos
comunitarios. La comunidad es la gente, que es el conjunto de individuos
formados por millones de células que tienen partículas, divididas en moléculas,
a su vez en átomos, que se van descomponiendo hasta llegar a cápsulas
infinitesimales de nada, cero, vacío, inexistencia, antimateria.
El todo es lo más pequeño, que no existe.
Entonces el vacío en sí es el espacio donde se puede intercambiar más vacío.
Entonces, ¿para qué tanto esfuerzo en escribir libros y en leerlos?
El tiempo es una de las percepciones humanas
(quizá sea otra cosa) que transgrede la teoría del volumen, aquella que dos
cosas no pueden ocupar un mismo sitio al mismo tiempo. El tiempo ocupa cada
porción de vacío físico y no. Por tanto deduzco que vacío=tiempo, vacío=todo y
[...].
Como el tiempo no existe tampoco, todo lo que
ves y todo lo que tocas en tu vida está hecho de tiempo. Todo lo que no ves y
todo lo que no tocas, también. Nosotros somos el tiempo y no. Entonces, no
importa.
Esquizofrenia
personalizada
Cuanto más pienso, menos existo. El psicólogo
pregunta si oyes voces en tu cabeza. Sí, una. Es la misma de siempre. Desde que
nací tengo una. Todo el mundo tiene una voz en su cabeza. Su propia voz, que
sólo puede escucharla el que la tiene. Cuando se trata de gente
"normal" o "cuerda" esa voz se conoce como pensamiento.
Nadie se detiene en ese detalle. Pero, esa voz, ¿es tu misma persona? ¿Cómo
sería el silencio absoluto en tu mente?
Un montón de microorganismos diseñando ideas:
falso yo. Millones de neuronas esperando su dosis de oxígeno de la sangre circulante.
Creciendo y envejeciendo. A veces se suman otros interlocutores, pero no los
ves. Alguien leyendo las instrucciones genéticas, nada concuerda ahora. Cada
persona tiene su esquizofrenia personalizada: puedes ver lo que quieras, puedes
mirarte al espejo y enviar una imagen nítida a tu cerebro electrizado. Pero la
imagen está invertida constantemente. Tanto espacio, una conexión lejana.
Sería odioso vivir con los demás este
momento, para luego traducirse en un fantasma invisible. No ver a los demás fantasmas,
estar atado a un sitio peligroso, a un objeto. Rondar los huecos entre los
seres respirantes. Atravesarlos sin que lo sepan. Nunca cansarse, ni dormir, ni
dolor. Espero no ser tan bondadoso.
El psicólogo habla de experiencias
traumatizantes, casi al borde de algo desconocido. Sí, las cosas distintas.
Cuando tu voz secreta roza a otras inexistentes, o simplemente se duplica y
sintonizas mensajes nuevos. No es mi esquizofrenia personalizada. Yo veo las
cosas con sus movimientos inesperados, con esa quietud en medio de innumerables
movimientos. Me quedo.
Que insisten en darte ayuda. No des señales
de auxilio, te ayudarán.
Manifiesto
consumista 1717250-Q
Eugene ganó la Lotería Nacional de Israel.
Ahora es multimillonaria. Pero hace seis años que está postrada en una cama de
un hospital para pobres. Nadie la visita. Su doctor le confesó que el cáncer
estaba avanzado, que le quedaban pocas horas de vida. Quizá sólo ese día.
Eugene pidió que le guardaran el dinero en un
banco. Trabajar duro, ahorrar y comprarte lo que buscabas. Luego se quedó
dormida toda la tarde. Al día siguiente su rostro estaba en la portada del
periódico, ella había ganado la lotería. Esa misma fotografía se repetía en la
sección de exequias, 42 páginas después.
Yo
(egocentrismo descontrolado)
Me vi. Yo me vi. Una noche suicida, sin
sueños ni pesadilla. Con los ojos acostumbrados a la oscuridad de mi sombra.
Que soy un relato de oscuras masacres personales. Me levanté de ese mundo y
caminé entre el silencio vacío de una casa asesinada. Vuelvo enseguida, me
dije. Tardé miles de años por un sorbo de agua fresca. Pero era de noche y
nadie notaba mi presencia ausente, porque nadie soportaba existir. Cuando volví
a mi lecho me vi. Me vi dormido con los ojos sin sentido. Con los huesos
vueltos eternos. Allí estaba. Por eso me crucifiqué contra el armario. Poco
después un cuervo gigante me arrancó de la cama, dormido. Se desprendió del
suelo y se disolvió en aquella noche. Yo me quedé. Ahora espero que se me
mueran todas las ideas.
Nauseabundamente
Los dientes se quebraban con cada mordida
desesperada, mientras sus uñas se desmembraban en la madera. El dolor que le
tapaba la boca, mientras levantaba la otra mano para llamar a su muerte pronta.
Esas venas tan alteradas que se hinchaban sobre su espalda. El frío metal que
se distorsionaba entre sus vértebras quebradas. Con los pies descalzos
intentando correr qué fracaso. Sí, deseo que estés mejor, pero no puedo
liberarte. Sus ojos se dilatan, se estrellan en la penumbra, en pequeños pedazos
incontables. Esa sensación negra en las entrañas insanas. Si supiéramos sus
pensamientos ahora. Cada respiro es su infierno personal. Cada segundo que
estás allí. Nada va a mejorar.
¿De
qué diario decís que sos?
Hacía semanas que Cidí no hablaba con nadie.
Clint le preguntó qué le sucedía, y Cidí le dijo que estaba muy ocupado. De
nuevo pasaron muchas semanas. Entonces Carol le preguntó en qué andaba ocupado
y le respondió que no tenía tiempo, entonces. Pasó un año. Curt se le acercó y
le dijo por qué rayos no se dejaba de estupideces. Cidí ni siquiera le prestó
atención. Fueron seis años. Al fin, Case le dio un puñetazo en el rostro y
luego le preguntó cuándo iba a morirse para así dejar de hacerse el importante.
Cidí reaccionó de su estado mental atrofiado y le dijo que en todo ese tiempo
estaba pensando en lo que diría antes de morir, en sus palabras finales (si era
posible, desde luego), ya que él creía que eso era importante y que los
periódicos publicarían año tras año su frase de despedida en la sección de
curiosidades, entre el horóscopo, el crucigrama, la receta de cocina y el
estado del tiempo.
Fin
(Ver información en la página 71)
Dulce de Membrillo Pop
"Ahora estoy a la moda. Creo que ahora
encontraré a alguien con quien casarme. Ya conseguí un buen empleo", dijo
la joven después de extirparse el ojo izquierdo en una cirugía barata.
Burla
sangrienta, ironía mordaz
En ocasiones me duele la espalda y necesito
dos manos cariñosas tuyas. Ella no sabe que podría enamorarme de su cuerpo.
Pero no me ahorques el cuello, que todavía no sé cómo resucitar. Puedo ser más
sarcástico: cambiar tus sueño por agorafobia.
Psiquiatra
desea trabajar
Estados de decepción. La primera palabra que
pronuncio al despertar es "No". Veo que éste es un buen día para un
granizo de granadas radiactivas. Sé que el ejército argentino prepara una flota
de misiles desarmables al otro lado del Río Pilcomayo. Es bueno.
Fervor
El réfere anota el número que llevás en la
espalda, esas brillantes líneas sobre tu camiseta desgarrada. El jefe de la
policía ya te está esposando las manos y otros cinco oficiales te escoltan
fuera de la cancha. Ya se escucha a una ambulancia urgente que deja surcos en
el césped. Los jugadores del equipo contrario se abrazan, algunos lloran, de
lejos, mientras están tratando de reanimar a su compañero lesionado. Tus
compañeros están cabizbajos, no te quieren mirar. Media hora después por fin se
decide reanudar el juego. A esas horas ya estás en la celda de la comisaría. El
guardia que llavea la puerta te dice: "Tranquilo, ya no hay peligro de
gol".
El
mundo está en peligro
—Ya que estamos aquí, estemos. ¿Qué estrella
te gustaría derribar hoy? ¿Cuál gobierno derrocaremos? ¿De algún país cuyo
nombre no te guste? ¿Te parece si esta vez cambiamos al Papa, de nuevo? ¿En
cuál continente sería bueno armar una guerra entretenida? ¿Querés que soltemos
nuevas enfermedades carnívoras en alguna región en especial?
—Dices cosas tan románticas. Esta es la
primera cita con la que siempre soñé.
—Mira, estamos cerca. ¡Ahí está! Sí, con
Estados Unidos a cargo, tal como lo dejé la última vez.
—Se ve azul todavía. Me dijiste que aquí
criaban humanitos...
(mensaje de una señal de radio de posible
origen extraterrestre, captado en un minúsculo receptor de onda corta, el 24 de
diciembre de 1986, por Uza Nork, de ascendencia tailandesa, residente en
Singapur por permiso especial)
Misteriosas
desapariciones anuales
"Cada año desaparecen miles de
personas", me dijo el comisario, como si estuviera leyéndome una aburrida
crónica sobre finanzas. Levantó un poco la vista de su periódico, desde su
silla hundida en el escritorio enmarañado de basura; y señaló un muro de la
habitación. Había un cartel de avisos.
El cartelón estaba empapelado, violentamente
quizá, de deformes papeles fotocopiados, de recortes de diarios, de cartones de
leche, de tarjetas postales y de hojas arrancadas de la guía telefónica:
"¿Ha visto a esta persona?", ¡caray! eran miles, miles de personas
desaparecidas.
A unos metros estaba un suboficial con una vieja
y ruidosa máquina de escribir, cuyos teclados parecían pedales oxidados.
Parecía copiar incansable montañas de notas con sus dedos puntiagudos; fuera de
cualquier noción de su entorno. Nosotros ni nadie existíamos para su mente.
El comisario me dijo que anotara mis datos,
que se los pasaría a su suboficial para el registro policial y que me llamarían
si tuvieran alguna novedad.
Le pregunté qué estaba sucediendo, me enunció
de forma rápida, como si me leyera una pequeña esquela de las cosas que mamá quería
que le comprara en el almacén: terrorismo, deudas, fracasos, post comunismo,
abducciones, fama... Me fijé mejor y vi que en realidad me estaba leyendo un
papelito pegado al borde de su escritorio, cerca de las rodillas. Entonces
desistí de preguntarle si ya habían podido resolver algún caso.
Me alejé lentamente hacia la puerta, de
espaldas. El comisario seguía leyendo, su ayudante seguía en su universo
taquigráfico. Sentí que llegaba otra persona a reportar lo mismo. Salí
corriendo entre la gente de afuera.
Fue así como desaparecieron para siempre
todos mis compañeros de colegio durante una excursión guiada en la Expo anual
de Mariano Roque Alonso. Hasta hoy.
La muerte impuntual *
De alguna manera supuso su muerte, la
presintió, más que sospecharla, la confirmó antes de que sucediera. La calculó
con precisión, e incluso descubrió la fecha, hora, minuto, momento, en qué
forma, dónde. Entonces, no hizo sino esperarla.
Pero la Muerte falló. No acudió a la cita.
Simplemente no fue a visitarlo, y tampoco le dejó recado alguno. Y así esperó
en vano por cinco años. La muerte falló, no él. Sus cálculos fueron exactos.
Quizá la Muerte se arrepintió, y decidió a último momento prolongarle la vida.
Entonces, la Muerte sería más susceptible de lo que ningún ser vivo jamás
imaginó. La Muerte tenía el poder de decisión. No se guiaba por un mero influjo
de algo así como el destino. La vida de los hombres estaba en manos de una
Muerte a veces indecisa, a veces falluta, a veces olvidadiza, aunque
generalmente implacable. La Muerte podía ser caprichosa, pero si no le cortaba
la cabeza a uno, se la cortaba a otro. Siempre trabajaba. Nadie vive por mérito
propio, sino porque la Muerte se lo permite. La vida depende de la muerte.
Quizá se equivocó de dirección, y se llevó a
alguien con su mismo nombre. Entonces, pasados los cinco años, decidió volver a
hacer el cálculo, partiendo de cero. Una vez más descubrió la fecha, hora,
minuto, lugar y cómo, exactos de su muerte, y se sentó a esperar. Pasaron otros
cinco años, y ella no apareció, otra vez, y sin dejar aviso alguno. Entonces,
agarrándose de los pelos, desafiándola a los gritos, tardó unos minutos en
calmarse y sentarse a reiniciar todos sus cálculos. Nuevamente llegó a la misma
conclusión, muy parecida a las dos anteriores. No podía fallar ahora. Y se
sentó a esperar.
Sólo que esta vez se hartó mucho antes. No
llegó al año de espera cuando decidió que todo eso era una tontería absoluta.
Incluso se convenció de que la Muerte no deseaba buscarlo, definitivamente, o al
menos por ahora. Pasó más de diez años esperándola, y se había olvidado de
vivir. Fue ahí que se dio cuenta de que en realidad había estado muerto por
diez años y un poco más. Entonces, se tomó una buena ducha caliente, se vistió,
cenó en abundancia y decidió darse un paseo por la ciudad. Apenas salió del
edificio, cruzó la calle y lo atropelló un camión.
En sus apuntes revueltos en la mesa del
comedor, pudimos confirmar que se había equivocado sólo por un día: el 17 no
caía un miércoles sino un martes, que fue cuando murió, creyendo que era el 16.
Había olvidado cambiar el calendario.
Valmon
* escritor inédito invitado
© CMGO 2000 -
Ideas irreproducibles
Todas estas
ideas pertenecen a un grupo de células cerebrales de una misma persona (excepto
la obra de 'Valmon', "La muerte impuntual", págs. 51-52).
En honor a las
neuronas ya muertas.
El
asesino de la antena
—Señor, ya llegó Scotland Yard.
—Bah, esos excéntricos estarán tomando té.
—¿Cómo lo supo? Están en el Raspoutine en
este instante. Con bailarinas jóvenes y cócteles inéditos.
—¿Qué tenemos nosotros?
—Bueno, anoche el asesino atacó en el Hótel
de Sens, en Quai Des Celestins; esta vez fue un escritor inmigrante, un tal
Charles Giménez, nadie relevante... Suma siete víctimas, incluidos Jean-Michel
Jarré y Alfredo Crillon.
—Eh, ¿quién rayos es Alfredo Crillon?
—Un trapecista. Tenía un show este sábado en
el teatro Moulin Rouge. Pero ahora está muerto.
—Mmm... ¿El último? ¿Fue en el Sens, dijiste?
—Claude asintió con la cabeza— Pásame el plano de la ciudad.
Claude lo hizo. El Inspector revisó el mapa
un momento.
—¡Ya lo tengo! Pronto, Claude, tómate un taxi
rumbo a De La Croix Nivert; busca un edificio de seis pisos que esté a oscuras.
Sube hasta el quinto piso, camina hasta el final del pasillo, hasta un
ventanal, cuenta hasta tres, gira media vuelta y vacía tu revólver.
¿Entendiste? Yo te sigo.
Claude asintió, con tremendo gesto de
asombro.
—¿Ya?, el Nivert, el hotel, quinto piso,
final del pasillo, contar hasta tres y ¡PUM! Ahora, ¡apresúrate!
Claude salió pronto de la oficina, caminó
hasta la esquina de Rue Raffet, levantó la mano y gritó: "¡Taxi!". El
coche se aparcó, Claude subió y ordenó: "¡Urgente!".
El taxi llegó hasta la Avenida Remusat, cruzó
el puente y siguió derecho por Convention unas seis cuadras, luego giró a la
derecha, donde Claude bajó. Era De La Croix Nivert. El taxi se fue. La calle
estaba desierta, con escasas luces a los lados. Metió la mano en los bolsillos
de su abrigo -era otoño- y caminó. Quince minutos después se detuvo frente a un
sombrío edificio, ninguna de sus ventanas parecía iluminada. Empujó la puerta
de vidrios empolvados. El viejo portero dormía en la receptoría. Cerca se abría
la puerta del ascensor. Claude subió y presionó el botón 5. Subió. No tenía musiquillas.
Clink. Se abrió la puerta y apareció un
pasillo alfombrado, largo, semioscuro, bordeado de puertas cerradas sin
numerar. El pasillo vacío, con alfombra rojiza. La única iluminación venía de
un enorme ventanal mugriento en el extremo contrario. Claude suspiró y se
deslizó con cuidado. Se escuchaba de lejos el tránsito de Vaugirard, y gritos,
y perros, y ruidos. Todos tan lejanos. Se detuvo a 20 centímetros del extenso
bloque de cristal. 20 minutos después. Su aliento lo rasguñaba. Nada raro. Silencioso
y oscurecido.
¡De pronto! Un taxi atropelló la vereda de la
fachada y alguien salió corriendo hacia el interior del hotel. Claude asomó un
poco para ver la escena. Abrió los ojos, estiró la mano a su arma, pero alguien
lo tomó del hombro derecho, con fuerza. Mientras gritaba en una sacudida
insuficiente, de su pecho, a la altura del corazón, brotaba una pequeña esfera
metálica que crecía y dolía; angustioso. Y luego fue soltado. Claude cayó
lentamente, infinitamente, en un giro. Cuando su rostro pegó la áspera
alfombra, su arma pudo disparar un tiro hacia el pasillo, donde apenas
alcanzaba a ver un pie veloz era arrastrado dentro de la oscuridad. Pero una
puerta se abría y un grito ininteligible llenaba el ambiente.
La puerta del ascensor se abrió y gritó
"¡Claude! ¡Oh, no! ¿Estás bien?", corrió hasta él, lo tomó de la
cabeza y era el Inspector.
"¡Maldito! Te atraparé, aunque sea lo
último que haga", bramó con la mirada al techo y el puño apretado.
40 minutos después, en el Centre Hospitalier
Ste. Anne (fue curioso, el St. Joseph estaba más cerca del atentado), un
policía, un tal Blanc, explicó que el arma del crimen correspondía a la antena
de televisión robada en setiembre pasado del pico de la Torre Eiffel. El caso
fue cerrado al día siguiente. Por una simple razón.
Pretensiones
de salario para el futuro
El cajero no
sonríe, sentado en el supermercado
Es la calle, que
te devuelve el correo
La plaza
pública, hasta los síntomas de pocos tornillos
No digas más, es
hora de morirse de mí
Mientras las cosas
abstractas se hacen reales
y caen sobre
nosotros
Triste, triste,
tristeza en las manos muertas
Yo camino en la
escena del accidente
soy el invitado
secreto
Lo siento, me
perdí fuera de cualquier esperanza
¿necesitas todo
un mundo para no verme?
Aunque baje del
viento sólo para besarte
con el cielo
púrpura,
quebrado de
ramas secas,
brazos de
árboles enterrados
No quiero vivir
dentro del teléfono inalámbrico
no quiero ser un
órgano interno del microondas
quiero ver a los
coches marchar detrás de los sonidos que caen de sus espaldas
y los dientes
que deciden suicidarse, saltando de la boca
más la mujer que
desaparece dentro del aire
El escritor
asesinando a sus personajes realistas
sí, todos los
héroes de la televisión son empleados psicópatas del Gobierno
¿Y si los ateos
tuvieran razón?
¿Si Dios
estuviera equivocado?
No sé, esa
respuesta me fascina
te responde a
ti,
Bienvenidos a
Swazilandia, población: 961.638 habitantes
Debes hacer
cartas como ésta antes de ocho días y repartir 24 copias
a cambio recibirás
sorpresas muy agradables,
por más
imposibles que parezcan.
Si no lo haces,
morirás
Vendrá un
narcotraficante a tu hamaca y te leerá su libro favorito
Punto aparte.
Hablemos de mi
suscripción al oxígeno
¿Has respirado
tu parte del día?
Será mejor que
aplastes más cucarachas,
porque el aire
se termina
Mira: azúcar
cristal, grasa vegetal hidrogenada, soro de
leche en polvo
Mi familia me
envía a buscar medio litro de agua,
el aire se
infesta de hongos dentro de la iglesia,
el puente se cae
y mucha gente muere ahogada
Espera un
momento, me dice mi amor que no sabe que la amo
Espera al
inspector, que las palomas están por eructar
Se llama rabia
urbana,
es apetecible si
el sueño quema los ojos
En ejemplar
triplicado, con seudónimo de firma
Critiquemos al
Presidente, que se depila las piernas para no quedar calvo
Critiquemos así,
en ejemplar triplicado, con seudónimo de firma
se escuchan
tiros en la selva,
la selva ahogada
de mariguana, de agentes de la DEA
si la selva de
los campesinos pobres, de los nativos desnutridos
de los árboles
amputados por la motosierra capitalista
todo mal,
es el amor,
el amor deja
rasguños
y el corazón
siente la presión de las hamburguesas y los cigarrillos (aunque no)
y la mirada
pierde brillo,
y MTV propone
ritmos asquerosos
no hay rima,
es un invento
para cobrar más impuestos federales
Mientras el
albañil se corta las uñas bajo la ducha libre
ese conejo
ensangrentado que se arrastra por el jardín
rodeado de
perros salvajes con sus dientes desenfrenados
estoy seguro que
es un duende disfrazado,
que roba los
periódicos
Hablaba del
cajero que no sonreía,
días después
enloqueció
juntó a tres
desconocidos y asaltaron el supermercado, en dos minutos
lo recuerdo,
porque los
recuerdos llegan para despedirse
Yo no maldigo,
porque esto no
es un tributo,
es un calendario
casero, sin meses, sólo días
el diseñador de
moda que perfecciona el nivel de vida de los africanos
o la estación
espacial que se derrumba por escasez de recursos
Hablemos de
Microsoft,
y su complot
para robarnos la licuadora portátil
Si mi abuelo
tuviera ruedas,
¿yo sería
bicicleta? (chiste viejo, sexy)
Yo pasearía en
las calles de China,
sería mi propio
imperio
Es tarde para
estar en la Tierra,
es tarde para ir
a la fiesta
Hoy volví a
sentirme abatido,
te vi los ojos y
me destrocé un rato
me sentí tan
lejos de ti, qué basura
imaginaba
acariciar tu pelo en mi rostro, un rato
me senté en el
fondo,
creo que odiaría
que me ames
En el mundo
condenado hay dos o tres que detestan tu opinión
"Soy
latino", "Soy cristiano", "Soy abogado", "Soy
..." (complete la frase)
Parece que todos
aprendieron a hablar, en la década de los 90
Epa, quizá ese
Premio X estará en manos manchadas de saliva (los premios son un signo de
fracaso en la lucha contra el ego)
O el editor de
la comedia estará sufriendo un ataque
cardiaco, solo
en el ascensor
¡Hey!
¿La revolución
cultural no es letra 'ñ' suprimida del alfabeto?
El ñandú come un
ñaque de ñame, hasta que un ñiquiñaque ñu lo asusta
y la ñaña se
enoja por esa ñoñez, era un sueño, un niño de dos años
Soy joven (ser
joven es un estúpido ideal que obsequian),
somos una
generación sin guerras mundiales
ni depresiones
económicas,
todo quedó
reducido a un ritmo individual
Miss Sarajevo
recibe un ramo de rosas,
ella es bonita
En tanto por CNN
comparan con Hitler a cualquier líder antiimperialista
Es día de campo,
los dinosaurios
están calentitos y crujientes
observa, las
focas no saben aplaudir
por eso les
rompen la cabeza, hay que aprender
Es domingo,
la misa no,
mejor el fútbol
entre proletarios, y la violencia espiritual
Hablemos de las
guerrillas, de los paramilitares, del ejército traicionero
Pongámonos la
remera con la efigie del Che, mejor no,
qué absurdo, hay
que destruir todo, no ideas
Subamos a una
canoa y desviemos el curso rumbo a Miami, soy latino, (qué mierda, soy una
silla, un pie, un mosquito)
Quisiera besarte
por primera vez,
nunca he besado
a nadie
Podría abrazarte
y dibujar tu sonrisa con mis labios
Sabes, tu pulso
crecería, y lo sentirías contagiándose en mi piel
Esa línea
invisible que absorbe tus comisuras deliciosas
Ese brillo en tu
mirada que podría congelar el tiempo,
cancelar la
historia
Tienes razón, no
es fácil la vida en la calle,
¿para qué
demonios crearon las calles?
Ahí viene el
guapo (el letrado),
cosechando las
esquinas
cosechando al
ganado,
qué temporada
ahí camina, con
su adicción temblando entre sus piernas
El chico que te
limpia el parabrisas,
la niña que
lleva a su hermanito entre sus brazos
Pedro
repartiendo fotocopias: "Somos huérfanos"
Mientras los
hijos del Gobierno se zambullen en piscinas de licor ilegal, sexo anormal,
dinero lavado, drogas y chicle
se rascan bajo
el brazo y luego cambian de canal
Otro que viene a
mirar qué clase de luz venden aquí
Otro que le
pegan en las nalgas para que comience a vivir
¡Un momento! ¡Lo
estamos filmando todo!
De hecho,
Penélope lleva una cámara dentro del cráneo
Va mirando por
todas partes,
absorbiendo la
estrategia de márketing de la Iglesia,
pereciendo en
insomnios consumistas, vacíos
aprendiendo a
usar su cuerpo como objeto,
Aquel que saluda
ante los lentes, (ése)
con su bolsa del
supermercado
"Gracias
por su compra", deje intoxicar los enlatados
He visto por
televisión el terremoto volátil,
tú lo viste
también (vos no lo viste, moriste allí)
He visto a esa
gente dejar de creer que hay sobrevivientes
Esa desolación
tremenda,
ese dolor que se
adhiere al alma unipersonal
Despreocupa, la
culpa es de Alá, no del Gobierno
profetizan unos
imbéciles multimillonarios
Por favor, haz
que el fin del mundo no sea tan doloroso
(acaso la
generación del 79 debería presenciar el fin de la humanidad) [revisen sus
tickets]
(lotería
generacional: y el ganador es...)
hazlo,
simplemente
que la stripper
se cree profeta
pero apenas se
vuelve a vestir, ya no interesa
sí, son los
intereses creados
Todo esto va a pasar
en 1980:
* el
descubrimiento de una nueva medicina contra el cáncer
* atentados
contra Yaser Arafat
*
"algo" que chocará contra la Tierra
* revelarán
nuevos cohetes soviéticos en La Habana,
apuntando a Springfields,
al coche rosado
de Homero Simpsons
Es el jazz de Armstrong: "The
wonderful's life"
es el cómico
italiano: "La vita é bela"
es un cineasta
cubano: "La vida es silbar"
la vida es lo
que sucede
¿por qué tanto
esfuerzo por ponerle reglas?
El jueves la he
visto,
pero me gustaban
los días miércoles
No sé cuánto
puede durar el amor
¿cuánto puede
durar el amor?
no sé, llevo mi
sufrimiento silencioso y te digo que está todo bien
pero tarde, muy
tarde,
caerá la lluvia
desconocida que te regrese de todas partes
y de ningún
lugar
cuando tu
perfume,
y la fe que se
desgasta en la radio
La acción
neurológica disminuye
¿No es aquel el
anciano que recitaba versos al revés?
Arroz al abad y
daba la zorrA
Amor atrapa o
aparta romA
Asir a la risA
ReconoceR
Lo siento no
speek english
tampoco los
indios conjugar verbos
El Llanero
Solitario no entender lo que yo decir,
no saber
distinguir,
sólo poder
responder: ¿qué?
Masacrando
políticos a tortazos de almidón
Es que todos los
personajes de las cajas de cereales son estrellas punk, yeah!!!
Resuelve la
ecuación: sen0º + 3cos60º + 2x1/2 - 4tg60º
Sino intenta
alimentar a una esposa y ocho hijos con el salario mínimo
Sino ponte un
pasamontañas en la cara y múdate a la selva de Lacandona, o donde sea que sea
Si la historia
fuera traducida a otros idiomas,
¿Los japoneses
hubieran lanzado la bomba atómica sobre Chicago y Las Vegas?
Si la Tercera
Guerra Mundial empezara el 2 de enero del 2004,
¿desperdiciarían
una millonaria ojiva nuclear sobre América Latina o África?
No suena poético
no suena ácido
no suena por que
está escrito
Anarquía en el
taxi
rebelión en la
guía telefónica
19844891 es la
cifra capicúa
y PG, apto para
todo público (casi)
Los árboles son
lágrimas del suelo,
el suelo es una
forma de caminar
sin cursos de
conducta para un duelo
ni calendarios
eróticos que admirar
Admito que
tiendo a plagiarme
Admito
que pienso mucho en ella (10)
que
me invade una incertidumbre (09)
que
no me animo a hablarle de amor (09)
¿Y
si hoy te dijera que te amo? (09)
¿Me
besarías por consuelo? (09)
Esperando
en vano por ti (08
Esperando
verte feliz (08)
Muy
triste por mis sueños, (07)
desilusionado, (06)
yo,
muriéndome, (05)
sin
ti, solo, (04)
oscuro (03)
triste, (02)
chau. (01)
El olor a campos
de frutillas francesas,
los cerdos
descansando en la laguna azul,
el periodista
codeándose con la nobleza,
bromeando sobre
el hemisferio sur,
riendo de las
vías de desarrollo;
otra copa de
champagne para el Tío Sam,
quien juega golf
en 18 hoyos,
quien aspira sus
estimulantes y roba monedas al ciego pobre, y luego lo apuñala por diversión
El muro, el
bloqueo, el río Bravo
el horóscopo, la
moda, el glamour
el té,
Greenpeace y el test de personalidad
* Ud. encuentra
un millón de dólares dentro de correo sentimental...
a. Llama a sus amigos para organizar una
fiesta extraña
b. Dona el dinero a una secta, influenciado
por su ministro
c. Hace un concierto por la liberación del
Tíbet
d. Planea hacer turismo sexual en Tailandia
e. Financia a los indios para recuperar sus
territorios e independizarse
Cualquier
respuesta forma parte de intereses creados,
integra los
delirios de una sociedad filosa
encierra los
deseos reprimidos por la falta de dinero
f. Decide estudiar un curso de bonsai a
distancia
g. Otros
Decide que
Argentina es un istmo de la Corona británica
Que Surinam no
aparezca en el mapa
Liechtenstein,
tampoco
Mira, es el
cartero cruzando la zona de exclusión
mira otra vez,
ya no está
Las cartas son
novelas desenterradas
la industria de
la estampilla
hasta el cofre
al final del arco iris
Es Elvis que
sale de su escondite
y decide
demandar a todos sus imitadores
Es mi título de
propiedad de un lote marciano
El último beso,
como si fuera esta noche
el accidente
entre dos Fusca modelo 76
Es idiota
los disquetes y
el virus de la gripe inmortal
Uno, dos,
tres... Fibonacci= seis
La fuente Helvetica
hasta la guarania, bien
Un poco de
diáspora surrealista,
un poco de
sentarse a pensar (sin sentido)
01) Yo soy la
puerta, la cu-
02) -na de
algunas ideas, una mane-
03) -ra
inexistente para atro-
04) -pellar a
transeúntes, cuyas capa-
05) -cidades,
deberían ser-
06) las de
buenos malabares y ser-
07) -vir para
algo más que
08) estudiar
arqueología y
09) sólo
satisfacer a unos tiranos-
10) -aurios con
sus huesos en el museo.
Instrucciones de
vuelo
el sentido de
los números impares
prueba, Sweet
Home Vía Láctea
prueba, Mr. John
tosiendo de tuberculosis
diseñando
planetas sobre el lienzo oscuro
siendo
sarcástico con su propia saliva
aplastando
plastilina para crear muros
recortando papel
glasé para las atalayas
tapando con moco
todas las salidas
—Espera, ¿del techo
te olvidas?
—Es cierto, es
que ya me iba
—Entonces
esperas que yo lo consiga
—No te quejes,
me debes la vida
—Tal vez, pero
apenas me das migas
—¡Qué! Ahora me
pedirás una amiga
—Si no es tanto,
y rebozar la barriga
Después Adán se
quedó buscando ese techo
puso nombre a
unos cuantos animales, más
y vagó 40 años
por el desierto;
el Edén apenas
es un oasis breve,
una laguna
transcripta y dos palmeras de contrabando.
Dime, ¿qué se
siente besar al viento?
a alguien que
sólo existe para ti.
¿Qué se siente verme
bajar del viento?
abrazarte y
besarte un instante breve
desaparecer
luego,
desaparecer en
tu imaginación.
Cómo se ve el
mundo sin mí,
¿se estarán
riendo, ya sin mí?
Dime, ¿ya
contaste cuántas neuronas te quedan?
¿cuántas se te
murieron mientras dormías?
¿Ya has probado
ver televisión y no dormir?
¿Eh?
Desde las
sombras al mundo se le ven las cartas
podría hacerte
señas para que puedas ganar
Dime, ¿qué se
siente mirar desde la popa?
Ver cómo el
puerto se aleja sobre el mar
¿Qué tal la cura
para el aneurisma?
Dicen que sabe a
pollo, ¿sabe a pollo?
¿Qué tal mi voz
en tu mente?
¿Te ha
respondido el psicoanalista que soy yo?
Dime, ¿qué se
siente cuando te miro a los ojos?
¿Qué se siente
cuando acaricio tu pelo con la brisa?
Sólo preguntaba.
COpiosa es la lluvia detrás de
la puerta ceRRada
el efECTO invernadero: ¿no ES tuyo?
BUENO, pensaba VOLVER A CASA, no
encontrarte DESPUÉS DE tantas horas disecadas
UN minuto
DesearÍA escucharte más fuerte
DESearía darte las GRACIAs por naDa
verte.
(Espacio en
blancO)
parecería
que Mad Max lo hace por diversión
a veces
riguroso
negro, la casa se reserva el derecho de admisión
antología
de las ideas del joven manos de tijeras
dark side of the moon (1973)
en
algunos lugares no se permite fumar
sin
embargo, existen fumadores empedernidos
casi
sin quererlo,
a diez mil metros de altitud
no
se permite respirar
sí,
quien diseñó el universo
así
quedaba claro el límite del edén
rubias,
flacas y altas
el
atornillamiento televisivo
necesidad
de pocos comerciales
promociones
directas por teléfono
avistamiento
de locomotoras espaciales
zurdos
que intentan utilizar un abrelatas para diestros.
Pensé que tenía algo mejor qué decir.